Capítulo 32

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DongHae

Pasaba mis manos por todo mi cabello desesperado. Las manos me temblaban por no saber qué hacer. No podía perder otra persona más. Aquel día no pude salvarle la vida a mi hermana, pero... ahora era diferente. Tenía que salvarla.

No podíamos esperar por una ambulancia; por lo cual, una vez más, tuve que tomar una decisión.

Enderece su cuerpo luego de escuchar a mi madre decir que, aún tenía pulso. Algo bajo, pero que aún lo tenía.

—Por favor, todos aléjense. Sé que están preocupados.

Me preparé para darle respiración boca a boca. No era médico y mucho menos enfermero, pero sabía como reanimara una persona en un mal estado.

Luego que mi hermana murió, busque muchas cosas que, al momento de lo sucedido, no me ayudaron a aliviar un poco mi dolor o la culpa. Aun así, aprendí a cómo intentar salvar una vida, de ser necesario. Uno nunca sabia cuándo podría utilizar el poco conocimiento que tenía en reanimación.

—Vamos, Emily... —murmure, mientras con mis manos presionaba su pecho—... Reacciona por favor —pedí como si ella me pudiera escuchar.

La desesperación lograba hacer cosas que la otra persona nunca podría escuchar.

—Le siento más pulso.

—Necesito que reaccione... Tiene que reaccionar.

Continuaba con mi labor de respiración boca a boca. Mi madre me aseguraba que estaba reaccionando, pero yo necesitaba que abriera los ojos. Verla aunque sea por última vez a los ojos y pedirle perdón por hacer pasado por el mal momento. Para mí era necesario hacerlo. Aportaría tranquilidad a mi corazón.

De pronto la escuché toser y me detengo al instante.

—Emily... —dije sosteniendo una de sus manos inmediatamente y con mi otra mano, su rostro. —Emily, dime si te duele algo o si te lastimaste.

—No puede hablar, necesita agua y un médico.

La ambulancia llegó a los pocos minutos. La montaron en la camilla y luego en la ambulancia. Le dije a mi madre que se llevase mi auto, que yo la acompañaría al hospital. Ella asistió. Escuche decirle a la señorita Morgan, que le acompañara.

Con los nervios a tope, era más que obvio que no podría manejar sola. Debía tener a alguien que pudiera hacerlo por ella.

Al llegar al hospital, la enfermera me hizo miles de preguntas, a la cual solo pude responder una. La condición de salud pulmonar que tenía. Ellos hicieron lo propio; incluso, llamaron a una doctora. No la conocía, pero al menos tenía conocimiento en casos pulmonares.

Me senté a esperar por noticias. Esperaría todo lo que fuera necesario. La empresa podía pasa en ese momento a segundo lugar. Mi lugar era salvarle la vida a una persona. Persona que tiene una condición que podría ser mortal.

Mi madre llegó y comenzó hacerme preguntas de cómo estaba. No podía responderle, aún no tenía noticias de ella.

—Hijo... ¿Puedo hacerte una pregunta? —Asentí.

—Si —respondí al tiempo que soltaba un suspiro.

—¿Cómo... sabías que ella solo cuenta con un pulmón? ¿Ella te lo dijo?

—No importa cómo lo sé. Lo importante es que lo sé.

—Sabes que sí lo conseguiste del hospital, el día del ascensor, es ilegal. Hay una ley que protege la información de cada paciente.

—Descuida, no hice nada ilegal.

Una doctora de algunos 50 años salió del lugar. Escuche como hablaba de Emily. Por lo que me acerque a ella de inmediato.

Querido Lee (Versión DongHae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora