Capítulo 11

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Emily

Me quede analizando cada palabra que el descarado había escrito en ese correo.

¿Qué demonios le estaba sucediendo? ¿Por qué hablaba tan diferente? ¿Por qué? ¿Será que le pego todo lo que le dije? ¿Será que por fin alguien lo puso en su lugar?

No comprendía nada.

Solamente podía agradecer una sola cosa de todo el mensaje. Que me quisiera dar la liquidación. Casi 6 años trabajando para él. Era lo mínimo que podía hacer.

Cerré el portátil y miré el reloj para ubicarme. Faltaban alrededor de 2 horas para la hora pautada en la que estaría en su oficina.

Así que, comience a prepararme con tiempo.

Era un hasta siempre. Por fin se acabaría mi martirio.

Al cabo de media hora, estaba lista para salir en cualquier momento, cuando decido comer algo ligero.

Lina acababa de llegar de su cita. Se veía agotada. Me pregunté que había sucedido en esa cita para que llegara tan agotada. Jamás la había visto tan agotada. Ni tan siquiera cuando hacía ejercicio. Ni siquiera pregunte.

Al cabo de un rato, mire el reloj una vez más y al levantar la mirada, me percate de que Lina estaba dormida en el mueble. Decidí escribir en un pedazo de papel, para que no se preocupara de que iría a buscar la liquidación en la empresa; que regresaría pronto.

Salí de apartamento de inmediato. Me había pasado un poco de la hora que me había propuesto a salir del apartamento. Tome el primer taxi que encontré en la vía y emprendí camino a mi destino.

Iba por todo el camino rogando salir de allí lo más rápido posible. No estaba como para otra discusión más. Estaba harta de las discusiones. Jamás había discutido tanto con una persona como había discutido con él. No me gustaba discutir, pero jamás habían llegado a sobrepasar mis límites; y simplemente exploté.

Al llegar a la empresa. Me percaté de que estaba demasiado tranquilo. Algo muy extraño a estas horas. Ya que el turno terminaba a las 8:00 de la noche. Siempre había un corre y corre. Así que no comprendía el porqué no había personal. Ni tan siquiera la recepcionista estaba en su lugar.

Entre al ascensor y toque el botón del piso de la oficina de mi ex jefe.

La puerta estaba casi por cerrar cuando de repente una mano impidió que se cerrase. Me hago a un lado sin mirar a la persona que acababa de entrar, pero al escucharlo, se me erizo la piel.

—Que bueno verle, señorita Moore —habló de repente.

No le respondí. No le hablaría hasta llegar a su oficina.

Las puertas se abrieron y allí afuera estaba Moira con su bolso en mano y un cartapacio que le extendió al odioso, tan pronto salió de ascensor. Lo miro y asintió.

Moira le deseo una buena noche al imbécil de Lee y luego se dirigió a mí para saludarme. Le pedí una disculpa por no querer quedarme otro día más en la empresa. Moira era una excelente compañera, pero tenía que entender que mi salud era primordial; y con eso no iba a jugar.

—Sabes que cuentas conmigo. Sea lo que sea, ¿de acuerdo? —Asentí a sus palabras. Moira era una mujer muy noble y muy especial.

—Señorita Moore... —dijo él desde la puerta de su oficina. —... por favor.

—Luego hablamos, ¿sí? —dijo y, volví a asentir.

La vi marcharse y fue inevitable sentir un poco de nostalgia. La verdad me agradaba trabajar con ella, y sin duda, la extrañaría.

Querido Lee (Versión DongHae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora