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Kaori trago grueso y fue detrás de él algo nerviosa. Otra vez sería regañada por su profesor.

-tome asiento señorita -señaló Nanami el sillón en frente suyo.

La susodicha lo miro y se sentó de mala manera cruzando sus brazos al igual que sus piernas y no se atrevió a dirigirle la mirada a su profesor.

-Digame Ryomen ¿Cuántas veces ha estado en mí despacho? En más, me gasta de a poco el asiento del sillón de tantos regaños -desordenó su cabello algo frustrado.

El pelirubio retiró su saco y dejó a la vista sus tan formados brazos y torso que solo los cubrían la tela blanca delicada de su camisa.

-Señorita, estoy cansado de entrar a aulas y encontrar a alumnos hablar de usted. Estoy cansado de entrar a las salas de maestros todos los días y a toda hora escuchar su nombre y lo que hace o no hace. Estoy arto de que se hable de usted en cada reunión de este instituto. Y lo peor, estoy arto de que interrumpa mí clase -comentó  acercándose poco a poco a la muchacha.

Este se inclinó hacía la peliroja con su semblante serio y se frenó al notar que estaba a escasos pasos del rostro de la joven.

-¿Se encuentra bien? Está muy colorado -se preocupó Kaori tocando la frente de su profesor.

-Usted... -se dificultó el habla de Nanami ya que comenzó a sentir calor.

En un abrir y cerrar de ojos, el pelirubio yacía tirado en el suelo al costado de su alumna. Kaori asustada, abrió la puerta y fue corriendo hacia dirección. Al entrar de golpe, fue mirada por la directora y su madre, la cual, no se había ido aún del instituto.

-¿Que hiciste ahora? -regañó su madre frunciendo el entrecejo.

-Ahora no es momento de explicar, señora directora, El profesor Nanami....su despacho... Llame un doctor -explicó incoherentemente.

La señorita Zenin entendió y llamo un doctor para luego ir corriendo hacia la oficina del profesor.

-¿Qué pasó? -Miró Mine a su hija esperando explicaciones.

-El señor Nanami me llevó a su despacho para un regaño y se desmayó -habló Kaori jugando con el borde de su camisa algo nerviosa.

-No aprendes, no aprendes -repetía una y otra vez su madre más que enojada- espero y te castiguen

-¡Mama! -discutió ella haciendo un berrinche.

-No, Mamá nada. Espera a que llegue tu padre de viaje -tomó su bolso del sillón de alli- en más, hoy vuelve -salió por la puerta.

-¡Hey! ¿No me retiraras? -se asomó rogándole a su madre.

-No, debes quedarte -respondió Mine siguiendo su camino.

-señorita Ryomen -llamó la directora- puede regresar a clases. Debo darles un comunicado.

Ambas caminaron hacia el aula de los alumnos de Nanami y John Seo divisó a su amiga sana y salva.

-¿Qué pasó? -interrogó su amigo una vez que Kaori tomó asiento.

-Queridos alumnos, debido a que su profesor tuvo un accidente...

En ese momento Johnny miró asustado a su acompañante y luego a la directora.

-Pueden retirarse por ahora. Más tarde se les informará si vendrán a clases. Nada más que decir, retirense

Una vez se retiró la directora, los compañeros de Kaori la miraron y le sonrieron.

-Eres genial -habló Mike, su compañero.

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