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-Nunca se lo he dicho a nadie, pero creo que a usted puedo contarle... Mahito lo odio. Es un ser repugnante. Nunca debí estar sola en esa fiesta -comenzó a llorar desesperadamente- él... Él...

-K-Kaori -le miró entristecido, pero a la vez enojado.

-No, no quiero su lástima. Ha, ni siquiera se porque dije esto. Haga de cuenta que no he dicho nada ¿Si? -secó sus lágrimas y Cubrió su rostro con sus manos húmedas.

El pelirubio se estacionó cuidadosamente a un costado de la carretera justo en frente de una heladería. La chica estaba confundida al ver qué detuvo el auto justo en esa parte de la carretera.

-Vamos, quisiera invitarle un helado -llevó sus cálidas manos hacia la muchacha para secar el resto de sus lágrimas y le sonrió cálidamente.

-P-pero mireme -se miró así misma Kaori pensando que se vería un desastre.

-Esta en perfectas condiciones. Está más que bien -desvió la mirada algo sonrojado.

Ella asintió no muy convencida y ambos bajaron del coche para esperar en la esquina y cruzar la calle. El semáforo se dió de color rojo y caminaron para cruzar. En mitad de la calle, Nanami vio que venía un auto a una velocidad que seguramente no podría frenar. Tomó la mano de Nara y la llevó hacia atrás.
El auto frenó de golpe en la siguiente esquina y de este bajaron dos pelirojos. La mirada de Kaori mostraba preocupación, pero sobre todo enojo.

-Ya tenía que suponer que eras tu. Eres el único salvaje que manjeria así, Sukuna -reprochó ella cruzada de brazos.

-Le dije, pero no escucho -habló nervioso Yuji.

-primero hagamos lo que vinimos a hacer -se arremango la camisa el mayor- Yuji, toma a nuestra hermanita

Sin más rodeos, Sukuna le dió un golpe al rubio en su rostro haciendo que esté cayera al suelo por el impacto. Nanami sin saber que pasaba, se sacaba la sangre que salía de su boca.

-¿He? ¿Qué te sucede? -se interpuso Kaori enojada- ¡¿ACASO ESTÁS LOCO?! D-disculpe señor Nanami -lo ayudo a levantarse del suelo.

-loco me voy a poner si te sigo viendo con este hombre -señaló su hermano mayor.

-¿Qué pasó Yuji? -Preguntó la chica mirandolo esperando explicaciones ya que con el mayor no se podría hablar.

-Nos preocupamos porque no llegabas a casa. El socio de la empresa llamó y nos dijo que te vio salir de un edificio llorando con un señor ¿Qué esperas que reaccionemos? ¿Que traigamos flores y un cura para casarles? Somos tus hermanos

-Okey. Pero, PRIMERO PREGUNTEN. No me hizo nada el señor Nanami. Él es mí profesor. Me quedé hasta tarde en su departamento porque me estaba ayudando con la materia que rindo pasado mañana

-osea que usted...

-Disculpenme. Nunca le pondría un dedo encima a una mujer sin su consentimiento y menos siendo una alumna. Nunca haría algo para perjudicar a una chica buena como lo es la señorita Ryomen -explicó Kento seriamente.

-Bueno... Creo que le debo una disculpa entonces -se avergonzó Sukuna algo apenado.

-No se preocupen. Les entiendo. Yo también me preocuparía así por un familiar -les sonrió Nanami amable.

-Ahora vayan y esperen en el auto. Ya iré -ordenó Kaori media enojada.

Ambos hermanos asintieron y fueron al Coche estacionado en la esquina.

-De verdad, disculpeme profesor. A veces son muy impulsivos cuando se trata de mí -se avergonzó ella haciendo una leve reverencia.

-No se disculpe. Creo que lo del helado no podrá ser. Solo quería que se sintiera mejor, pero creo que es tarde. Por favor vayan con cuidado y cuídese. Mañana si quiere venir después del almuerzo a estudiar, estaré en casa. Que tenga buenas noches -le sonrió algo sonrojado.

impossible, teacherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora