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-Dijo que la soltaras -tomó alguien a Mahito por detrás sacándolo de encima de Kaori.

-¿Quién eres tu? -preguntó burlesco el peliceleste- ahhh, el idiota popular

-Te has vuelto un enfermo -escupió el albino sacandose su saco para darselo a Kaori- pontelo, por favor

Ella dudosa lo tomó y se escondió detrás de él. No sabía quién era, pero si le estaba salvando, tenía que ser bueno.

-Alejate de ella ¿Me oyes? No querrás caer preso -advirtió Satoru amenazante.

-No te metas Gojo, es un problema entre ella y yo -Se quiso acercar, pero el albino le proporcionó un golpe tirandolo al suelo.

-Ven, vamonos. Puedes confiar en mi, Nanami vendrá pronto -susurró lo último llevandose a Kaori quien iba en estado de shock.

Mientras la pelirroja iba aún en su estado de shock, Satoru se estacionó en una casa no reconocida para Ryomen. Ella al bajar, divisó una cabellera rubia correr hacía la entrada del edificio y tocar cierto timbre repetidas veces.

-tranquilo Nanami, aquí está -habló Satoru apoyandose en su auto.

Este al ver a su alumna, corrió rápidamente hasta ella y le observó con cuidado. Miró cada expresión de su rostro y algo en él le dolió. El verle tan indefensa. No sabía como aquel ser que vió desde que se mudó a aquel edificio podía hacer tal atrocidad.

-¿Quieres qué me acerque? -preguntó algo dudoso trayendo en si a Nara.

Ella por su parte miró al albino, luego a él y sin pensarlo, se abrazó a Kento comenzado a llorar en silencio. Estaba totalmente rota por dentro. Estaba comenzando a odiar aquello que le atormentaba y no podia decir. Estaba cansandose de estar tan cansada por todo lo que causa solo una persona.

-por favor, lleve al mundo de la paz y tranquilidad -susurró apenas audible- donde no haya que sufrir jamas

Satoru la escuchó y bajó la mirada apenado. Sin decir nada, se fue dejando al par en la entrada. Nanami estaba más que furioso. No entendía la maldad del ser humano hasta donde podía llegar. Quería con todas sus fuerzas ir y golpear al peliceleste advirtiendole que la dejara en paz.

-Tranquila Kaori, ya estoy aqui. Entremos -le guió hasta dentro.

Mientras Nanami buscaba una ropa abrigada para Kaori, el teléfono de ella comenzó a sonar por todas partes. Tomo el aparato y divisó que decía Sukuna. Ella lo apagó y se acurrucó en el sillón a pensar que algún día tendría el valor de poder decir toda la verdad.

Kaori, si gustas puedes ir al cuarto a cambiarte y dormir. Si quieres estar tranquila, saldré a dormir en el auto -propuso algo preocupado por el bien estar suyo.

-Enseñeme -susurró entre llanto- enseñeme a tener el valor para decirles a mis padres -musitó mirandole.

Kento le miró y en sus ojos color miel pudo ver dolor, tristeza, confusión y todo aquello que le oprimía por dentro.

-estoy perdiendome a mi misma, ya no se quien soy en este cuerpo -tapó su rostro mientras soltaba un sollozo tras otro.

Nanami se sintió inútil e inservible porque no estaba acostumbrado a consolar a la gente y mucho menos en esos casos, pero algo quería hacer para hacerle sentir bien.

-Deberias descansar. Eso te hará bien ¿Si? -musitó Nanami parandose de su asiento.

-¿Podria dormir usted en el sillón? Si está aqui a esa distancia, me sentiré segura. Por favor -suplicó Kaori levantándose de su lugar.

De a poco Ryomen se acercó hasta quedar en frente del rubio y bajó la mirada mientras apretaba sus manos.

-p-perdón por las palabras en la plaza, solo estaba molesta -se disculpó y salió corriendo hacía el cuarto.

Nanami quedó pensativo y sorprendido por el gesto de Nara. Aún pensando y dandole vuelta a ciertos temas e su cabeza, preparo una jarra llena de café. Pensaba quedarse toda la noche despierto por si Kaori necesitaba algo.
El reloj marcaba las seis de la mañana y Nanami estaba sentado en el sillón con su taza de café sin haber pegado el ojo en toda la noche. Justo cuando sus ojos le estaban fallando, sintió un grito desde la habitación. Rápidamente corrió y abrió la puerta. Kaori estaba arrinconada en la cama tapada con las sabanas completamente.

-Está aquí Nanami, está aqui -comenzó a repetir mientras lloraba desconsoladamente- esta aqui...

-Tranquila, nadie está aqui, solo tu y yo. Tranquila -se acercó y le abrazó para consolarla.

Ryomen lo abrazó como si su vida dependiera de ello. Busco la seguridad y consuelo que necesitaba en sus brazos y eso le ayudaba demasiado.

-¿Estás mejor? -preguntó preocupado Nanami.

Ella levantó la mirada y se apenó.

-Mira tus ojeras -acarició sus mejillas- ¿No has dormido?

-No te preocupes por mi ¿Tu estás mejor?

En ese momento el celular de Nara comenzó a vibrar en la mesita de luz. Ella lo tomó y tenía cien llamadas en total de sus hermanos. Al ver que le llamaba Yuji, atendió.

-¡KAORI! ¡¿ESTÁS BIEN?! -preguntó en un tono de voz ronco- joder, dónde estás -comenzó a llorar- tu amigo llamó preguntando si estabas bien

-¿No dijo nada más? -preguntó apenada.

-No, solo colgó ¿Qué sucede?

-Ya regresaré a casa dentro de poco, por favor pidele a Sukuna que esté allí¿Está bien? -musitó aguantando sus ganas de llorar.

-Por favor, regresa ¿Si? Estaremos aqui

-Okey, debo irme -colgó y lo dejó a un lado.

-¿Quieres que te lleve ahora? -Preguntó Nanami levantandose de la cama.

-Por favor -suplicó ella levantandose- ¿Dónde está el baño?

-La última puerta del pasillo -señaló Kento fuera de la habitación.

Una vez ambos estuvieron listos, tomaron rumbo hacia donde vivia Kaori. En el camino Nanami pensaba en que pasaría en ese momento por los pensamientos de ella. Y Nara solo se preparaba mental y emocionalmente para enfrentar a sus hermanos. Estaba decidida a contarles la verdad, pero a sus padres no quería hacerlo. No quería decepcionarlos más de lo que ya había hecho.

-bien, hemos llegado Kaori -se estacionó Nanami en frente de la casa de Ryomen.

-Gracias, por favor baje conmigo -pidió algo temerosa- no me siento segura de decirlo sin usted presente

-De acuerdo -bajó para ayudar a bajar a Nara.

Mientras ambos iban camino a la puerta, Yuji salió corriendo hacía su hermana y le abrazó desesperado.

-Estás aqui -comenzó a llorar.

-Kaori -susurró Sukuna abrazandola en sus brazos.

Ella Correspondió cada abrazo y se adentró junto a ellos.

-¿Por qué está contigo el profesor? -preguntó curioso Yuji.

-Eso quiero hablarles. Nanami sólo me ayudó junto a su amigo. Por favor, sepan comprenderme y por nada en el mundo puede saberlo mamá y papá¿Está bien? Por favor -tomó aire para no llorar.

-me estás preocupando -le miró serio Sukuna.

-les contaré el porque no quiero que nunca jamás en la vida me dejen a solas con Mahito -susurró bajando la mirada.

Holaaaaa. Mil disculpas por estar ausente. Aqui la continuación. Ya seguiré subiendo más caps. Perdonen, espero les guste. Gracias por leer. Les tkm ❤️

impossible, teacherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora