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Kento miró a su alumna curioso y a la vez confundido.

-¿Qué le trae por aquí señorita Ryomen? -la miró fijamente.

-S-solo venía a p-pedirle disculpas -desvió la mirada sonrojada y lo miró de reojo.

Su profesor estaba totalmente diferente a como solía estar en el instituto. Consigo llevaba unos pantalones Joggins color gris perfectos para sus piernas. Su remera color negra apretada resaltaba su torso y brazos marcados haciendo desear a cualquier persona. Y el cabello rubio desparramado casi mojado le daba un toque sexy, o al menos así lo veía Kaori.

-Señorita Ryomen ¿Va a pasar? -llamó la atención su profesor sacándola de sus pensamientos.

-Si, gracias -respondió algo nerviosa y se adentró al edificio con el mayor.

Ambos caminaron a los ascensores y Nanami como todo caballero, la dejo pasar primero y luego precionó el número 13. Mientras subían de pisos, A Kaori no se le ocurría que decir. Estaba más que avergonzada y su maestro solo podía sonreír disimuladamente ante su reacción.

-v-vive en un piso muy alto -comentó ella algo miedosa.

-¿Miedo a las alturas? -interrogó Kento mirándola.

-Un poco, supongo -sonrió ella convencida de que eso no sería problema.

El ascensor se detuvo y justo a un costado, quedaba la puerta del departamento de Nanami. Este abrió y le permitió el paso antes que él.

-¡Hijoo! -gritó una voz mayor desde la cocina- vamos que se me hace tarde -rió, pero al llegar a la entrada sonrió con picardía- oh al fin me has traído a tu novia eh -tomó la mano de Kaori.

-¿He? -se sonrojó la susodicha mirando a Nanami.

-Mamá, dejala. Es una alumna que solo a venido a buscar unos apuntes para sus compañeros -explicó sacando las manos de la señora- vamos, te llevaré a casa

-No no, ya pedí un taxi. Cuídate mucho ¿Si? Y deja de desvelarte que te hace mal -regañó para luego besar la mejilla de su hijo- adiós linda -se despidió de Kaori y se fue.

-disculpala, no sabe lo que dice -rió leve el pelirubio- por favor pasa y ponte cómoda. ¿Quieres tomar algo?

-Agua está bien -respondió ella avergonzada yendo a sentarse en el sillón de la sala.

Nanami se perdió por una puerta y ella se quedó mirando a su alrededor. Divisó unas fotos de su profesor dónde salía en familia y con su mascota, un perro.

-Aqui tienes -regresó Nanami con dos vasos.
Le entregó a ella el de agua y él se quedó con uno de jugo de sandía.

-¿Se podría saber a qué se debe su visita? Como usted sabe, señorita Ryomen, no es bien visto ir a las casas de sus profesores -comentó sonriente para luego tomar de su jugo.

-E-estoy aquí para pedirle disculpas por lo de hoy. Mí madre me mandó con un pastel para usted -se lo entregó deslizandolo por la mesita del living.

-Oh que lindo por parte de su madre -lo tomó y lo llevó a la cocina.

Nanami regresó con dos rebanadas del pastel y las dejó sobre la mesa. Vió que su alumna dió un suspiro y guardó su celular algo frustrada.

-¿Sucede algo? -preguntó curioso tomando asiento.

-Oh no, solo que debo estudiar para rendir lengua y literatura de quinto año. Me quedó del año pasado -dijo algo apenada.

-Si quiere puedo ayudarle. Además de dar historia, puedo dar lengua también. Si es que acepta, claramente -tomó su plato con pastel y comenzó a comer.

impossible, teacherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora