i hate you - hyunlix (adaptada)

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            I HATE YOU FINAL

Su cabeza descansaba entre mis piernas, dormía plácidamente, con sus manitos apoyadas en su pecho ¿cómo no dormir así después de la noche de mierda que tuvimos? lo peor es que fue en noche buena ¿cómo pretendía borrar aquel recuerdo en mi memoria? Esa noche creí ver el final de todo lo que construí en un año, creí que perdía a Felix para siempre, tuve mucho miedo de que me lo arrebataran de los brazos. Que equivocado estaba con Minjoon, creí que lo entendería, creí que no iba a llamarnos "enfermos' y nunca creí que algún día iba a pegarle en la nariz. Estuve mal, lo admito, supongo que fueron los nervios del momento al no saber que hacer. Miré el techo del aeropuerto, nos quedaba el resto del día hasta que nuestro vuelo saliera, como era navidad, la mayoría de los vuelos estaban disponibles a partir de las cuatro de la tarde, apenas eran las siete de la mañana.

— Mmm —murmuró mi novio removiendose, creyó que estaba en la cama porque giró y se cayó al suelo. Exaltado me levanté para ayudar a que se pusiera de pie, se sentó a mi lado mientras se tallaba los ojitos.

—¿Te lastimaste, bebé?

— Me duele el culo -se quejó frotándoselo, yo reí—.Tenías que sostenerme bien, olvidaba que estábamos en... en un aeropuerto —noté tristeza cuando dijo lo último.

— ¿Quieres desayunar? —pregunté para evitar el tema, y también porque moría de hambre.

— Sí, estaría bien desayunar.

No tenía el dinero suficiente como para comprar un gran desayuno, la mayoría de dinero me lo había gastado en los boletos del vuelo. Busqué con la mirada lo más accesible, divisé una máquina de café al final del pasillo, justo para dónde quedaba el baño. Le hice una seña a Felix que nos levantaramos de aquellos asientos incómodos, tomé su manito entrelazando nuestros dedos y caminamos juntos hasta aquella máquina.

— Bueno, gasté la mayoría del dinero en el boleto, así que tomaremos un insignificante café de máquina —dije colocando las
monedas en la máquina, Felix torció los labios.

—¿Qué tienes?

— ¿No hay café con leche?

—Ah, creo que no —entrecerré los ojos para tratar de ver mejor, todas las palabras estaban casi borradas—. Vas a tener que tomarte un café negro.

—¿No hay otra cosa?

—¿Un jugo de naranja?

Felix asintió emocionado, como si fuera un niño al que le acaban de decir que le comprarían un helado, entonces elegí un café para mí y fuimos a uno de los puestos de comida dentro del aeropuerto, para buscar el jugo y algo de comer. Estaba repleto de gente para ser apenas las siete de la mañana, sentí algunas miradas puestas en nosotros por ir de la mano con Felix, una señora nos miró de pies a cabeza con asco y siguió desayunando. ¿Qué le pasaba? traté de ignorar eso mientras llegábamos al mostrador, la empleada nos sonrió amablemente.

— Buenos días. ¿Qué se les ofrece?

— Un jugo de naranja y... —observé la vitrina con diferentes postres— ¿Qué quieres, Lix?

— Lo que te alcance para mí estará bien.

— No, de verdad —sonreí como un tonto.—Pídeme lo que quieras.