036

6.4K 763 788
                                    

Y la parte inferior de mi pijama, y su sonrisa sobre la misma almohada, y tras la misma noche, y en ese día que ahora ya no estaba como estaba él y como estaba yo. Tal vez no fue más que eso, simplemente estar, como estaba él en mi cama. Había entrado varias veces, con esa serena y simple decisión de acostarse a mi lado, con la intención de un abrazo en mi brazo extendido.

No pegué un ojo en toda la noche, porque no dejé de pensar en él y en esas repugnantes marcas en su cuello. No le dije nada, no pregunté, solamente me fui de allí con un malestar en mi garganta, me eché en la cama desordenada y observé el techo por horas.

La mañana lenta, sentado en el comedor de mi casa, sin siquiera tomar algo del desayuno. Mamá me miraba de soslayo, pero no preguntó nada, y si lo hubiera hecho, de todas formas no habría respuestas, porque no sabría que contestar, porque tampoco sabía que pensar al respecto.

Decidí pasar la mañana en casa de mis abuelos para mantener la cabeza despejada.

Eran apenas las siete de la mañana, tomé una campera y salí a la calle, no quedaba muy lejos. Todo lo que no Iloré en la noche, Iloré de camino a casa de mis abuelos, los minutos pasaron, y las lágrimas desbordaban por mis pómulos, ¿De verdad ya no sentía nada por mí? ¿Qué eran esas marcas?

"Ya no siento nada por ti"

"Te dije que te fueras"

Él... él era mi pequeño, me negaba rotundamente a pensar que estaba con alguien mas, limpié mi nariz, que estaba roja por el llanto, y sequé mis ojos, solo esperaba que no estuvieran tan rojos, mi abuelo pensará que me anduve drogando u algo.

— Mocoso, ¿que haces aquí? —dijo apenas me vió en la entrada. Estaba pintando la cerca de color blanco.

— Hola abuelo —suspiré apoyándome en la cerca que aún no pintaba— ¿Puedo pasar?

— Sería un hijo de puta si te dijera que no, así que pasa, hijo. —hizo un ademán con la mano izquierda, ya que la otra la tenía
ocupada pintando.

— ¿Quieres que te ayude?

— Si, toma el otro rodillo. ¿que te trae por aquí?

— Necesitaba distracción.

— Oh ya veo, tienes esos problemas que tienen los adolescentes. ¿se te rompió el
celular? ¿Tu novia terminó contigo? ¿El videojuego que querías está agotado? Cuéntale a tu abuelo, mocoso.

— No, bueno, lo segundo... o algo así —tomé el rodillo y empecé a pintar la cerca.

— Pinta de arriba a abajo, me extraña que no sepas eso —me codeó, oh no, ya empezó con sus referencias a la masturbación.

Giré los ojos y sonreí, él me miraba con una sonrisa de lado. Mi abuelo era una de mis personas favoritas después de mi mamá. me llamaba "mocoso" desde que tenía mas o menos cinco años, todas las tardes mirábamos televisión y mi abuela preparaba bollos para la merienda, hacíamos largas caminatas y él comenzaba a quejarse del sol, también de los niños que andaban en bicicleta. Él siempre me transmitió confianza, y si algo no le gustaba me lo decía de frente, si..

— ¡Hyunjin! —gritó mi abuela saliendo al patio—. ¡Que agradable sorpresa! Adivina,
hice churros y bollitos para el desayuno — aplaudió mirándome emocionada. Mierda, la adoraba.

— ¿Que estamos esperando? —froté mis manos.

— Vamos, hijo.

— Maldita rata, solo vienes a tragar, eh— murmuró mi abuelo, y mi abuela le metió un bife.

La casa por dentro se me hacía tan familiar, con los cuadros de siempre, con el mismo color crema de la pared, aunque algo desgastada y todos los adornos colocados en el mismo lugar, volví a tener cinco años. Caminé hacia adentro, tomé asiento en la parte derecha de la mesa, mi abuelo se sentó en la punta y mi abuela sirvió el enorme desayuno y tomó asiento en frente de mí. Di la primera mordida al bollito, la televisión estaba encendida pero nadie le ponía atención, porque mi abuelo estaba ocupado acariciando la mano de mi abuela por encima de la mesa, y él la beso, y ella también lo besó.

i hate you - hyunlix (adaptada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora