¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aja estaba mirándose al espejo, junto a ella, estaba Nathalie y su madre, junto con dos chicas que estaban acomodando el vestido. La mujer de lentes llevaba consigo un ipad, siempre estaba con ese objeto. La albina miraba con una sonrisa el resultado. El vestido era simplemente hermoso, era obvio, había sido diseñado por una persona de alto prestigio. Le quedaba muy bien.
-- Se ve muy bien, señorita Agreste-- Una de las mujeres que estaban acomodando el vestido miró a la albina.
-- Muchas gracias, pero puede decirme solo por mi nombre, además, mi boda es dentro de unos días, así que aún soy una Tarron-- Dijo con amabilidad.
-- No-- Nathalie intervino-- A pesar de no contraer matrimonio aún, será mejor que desde ahora se presente como una Agreste. Recuerde que el señor Agreste tiene entre sus hombros una gran carga en la farándula, moda y en todo lo relacionado a su empresa. No debemos mostrar una relación común o pasajero. Al momento de anunciar su relación, se deberá hacer mostrando que ya están comprometidos. Así que espero que se comprometa con su papel y respete las reglas
-- De acuerdo, lo lamento-- Sonrió nerviosa, tras ello, volvió a mirarse al espejo.
La mujer la miró por unos segundos, su mirada dejó de ser estricta y se puso en una faceta más tranquila.
-- Sé que es difícil, pasé por lo mismo que usted. Una chica que no tenía relación en esos medios no conoce mucho de las normas y etiquetas, pero créame, se acostumbrará y podrá disfrutar de sus beneficios, al igual que su familia
Coranda se quedó mirando a ambas, no sabía como sentirse al respecto. Ella seguía en desacuerdo con la boda, pero veía a su hija tan decidida, que incluso llegaba a pensar que podría haber sentido algo por el rubio. Decidió tomar ese pensamiento como consuelo y se calmó. Quería pensar que realmente la joven amaba al chico y por eso no tenía problemas con la boda. Sin embargo, el dueño de los suspiros de la joven, no era aquel rubio ojiverde, sino un chico guitarrista que siempre iba a tocar en el parque, a eso de las cinco de la tarde.
[🥀]
"Tok tok", se escuchaba aquel ruido en la puerta de la joven parisina-asiática. Sabine abrió la puerta y notó que era el joven de tez morena.
-- Pasa, hijo-- Sonrió dulcemente.
-- Lamento la hora, es que mis amigos dijeron que había un código rojo y vine lo más pronto que pude
-- ¿Código rojo?-- Sabine miró hacia las escaleras y luego volvió a mirarlo-- Ella está en su cuarto, puedes ir a verla si gustas
-- Claro, muchas gracias
El chico subió las escaleras, Tom se asomó y miró a su esposa.
