Vuelve

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Corrí hasta que llegué al lugar que se veía más lejos de todos, me senté y lloré, lloré tanto como pude, me estaba sintiendo demasiado mal... lo extraño, lo extraño tanto. 

—Si pudiera pedir un deseo sería que él volviera, quiero que vuelvas, por favor Ragnar vuelve, no estás consiente de lo mucho que te necesito... eres mi fuerza, lo que todo el tiempo me mantenía de pie. Ragnar te necesito, por favor te lo suplico —en eso sentí el abrazo de alguien, se sintió como si el que me abrazara fuera Ragnar, estaba por abrir mis ojos pero decidí no hacerlo, porque en cuanto los abriera dejaría de sentir su abrazo... se siente tan real que no quiero volver a abrir mis ojos, simplemente mis lágrimas se detuvieron, me recosté en la pared y sentí unos ligeros besos en la frente, inclusive sentía su olor... no pude más y volví a llorar.

—Mi amor no llores por favor, no me gusta verte así  —rápidamente abrí mis ojos y lo vi, no lo podía creer, me lancé sobre él y lo abracé como si fuera lo único en el mundo, lo abracé tan fuerte como pude.

—Te extrañé —lágrimas caían de mis ojos, él me abrazó. Después de un par de minutos así me alejé y lo vi, estaba muy lastimado, me levanté del suelo y lo ayudé a levantarse.

—Tranquila princesa, estoy bien —agregó él.

—Claro que no lo estás vamos a la habitación —lo llevé la habitación y lo acosté con mucho cuidado.

—Princesa en serio estoy bien, Hunter ya me quitó la bala y la verd-

—¡¿QUÉ?! ¡¿UNA BALA?! —comencé a revisarlo con mucho cuidado, la herida al parecer estaba bien.

—Princesa te prometo que estoy bien —dijo con una sonrisa, yo sé que detrás de esa sonrisa le duele, tiene muchos golpes, incluso me atrevo a decir que tiene una costilla rota.

—¡¿Tienes idea de lo tonto que fue lo qué hiciste?! ¡RAGNAR YO TE PERDÍ! Diablos contigo Ragnar, ¿qué carajos te pasa eh? No sabes lo que sentí yo... yo —me acerqué y lo besé, lo extrañé, él es mi persona, él regresó el beso pero después se alejó.

—Lo siento, no era mi intención haberte lastimado, no quería dejarte sola pero no había otra opción, era Hunter o yo... y creo que ambos sabemos que para mí eso ni siquiera fue una decisión.

—Eres la persona más buena que existe en el mundo, eres demasiado bueno para tu propio bien... por eso me gustas... por lo que eres, por como eres, todo de ti Ragnar —no podía evitar no sentirme mal, sé que Ragnar haría lo que hizo por cualquiera, pero yo no quiero que lo haga, sé que eso me vuelve egoísta, pero no quiero perderlo.

—Princesa no quiero molestarte pero, ¿crees que puedas pasarme una de las pastillas que están en el estante por favor? 

—Claro —yo me levanté y las tomé, eran para la cabeza. Recordé que el psicópata nos debía el artefacto que ayuda a Ragnar a controlar esos dolores, rápidamente salí y afuera de la puerta estaba el auricular, lo que es raro porque cuando entramos no estaba ahí, lo tomé y se la llevé a Ragnar, se la di y él se lo puso.

—¿Cómo lo conseguiste? Gracias, esto es lo único que me ayuda con mis migrañas.

—No quiero hablar de nada, solo quiero quedarme contigo —él sonrió, yo me acosté cuidadosamente sobre su pecho, él comenzó a hacerme piojitos y yo por fin me sentí en casa. Esto se sentía tan irreal, era increíble... después de días sin él por fin puedo sentir que vuelvo a respirar.

Después de un rato sentí como él se había quedado dormido, yo no me quería mover de aquí porque con él es donde quiero estar, el único problema es que algo no se sentía bien, puse mi mano sobre su abdomen y lo sentí, tenía una costilla rota, rápidamente me levanté y él se despertó.

—¿Qué pasa princesa?

—Ragnar... tienes una costilla rota —agregué.

—Ah sí, pero no pasa nada no te preocupes. 

—¿No pasa nada?¿Es en serio esto Ragnar?

—Prin-

—No, no, no. Ragnar, ¿por qué no me dijiste? Nunca me dices nada —estaba molesta, molesta porque Ragnar siempre quiere pasar por todo solo y eso no esta bien.

—¡Porque no tienes por qué preocuparte por un maldito invadido como yo! ¿Sabes qué es lo que yo desearía? Desearía poder dejar de amarte, porque esto de amarte me está matando, lo hace porque jamás estaré contigo, no tienes que cargar conmigo y no dejaré que lo hagas. Te amo desde que entendí el maldito significado del amor. No tienes idea de lo difícil que es amarte, es lo más complicado del planeta. Eres perfecta en todos los sentidos, ¿y yo? Yo solo soy un maldito inválido, un maldito sordo que es hijo del mafioso más conocido, ¿sabes qué me espera saliendo de aquí? Entrenamiento, eso me espera, desde los 10 años me entrenaron para ser un asesino, para ser un líder... no quiero que tu estés en ese mundo, lo que menos quiero ese ponerte en peligro y es lo único que hago —él se levantó.

—Rag- —simplemente él se fue. Claro que tenía que arruinar esto, sé mejor que nadie por lo que él pasa y de igual forma actuó de la forma en la que lo hago... no es justo para él. 

Salí de la habitación y vi a Hunter sentado en la sala, me acerqué a él.

—No. 

—¿No? Aún no hablo —agregué.

—Ya se lo que pedirás y no, él no quiere estar contigo ahora... y si te soy sincero es totalmente entendible bonita, él salió de un infierno, él me encontró y estaba mal, sigue igual de mal pero en serio no lo viste, no tengo la menor idea de como logró llegar hasta acá. 

—Supongo que está en tu habitación —me di la vuelta y caminé hacia la habitación de Hunter, él se paró y me detuvo.

—No quiere estar contigo. No lo hagas más difícil para él, en serio no lo hagas bonita —yo miré a Hunter.

—Hunt-

—Oigan lamento interrumpir su momento pero tenemos que ir todos al sótano... es momento de otro secreto —interrumpió mi hermano.

—Claro, entraré por Ragnar y voy para allá.

—¿Ragnar? —preguntó Travis confundido. 

—Si, ese imbécil es un maldito guerrero, hoy en la mañana me encontró, estaba muy herido, ya le había contado a todos que él había vuelto, pero creo que mencionaron algo de que te estabas bañando o así —dijo Hunter.

—Wow, en serio esto es genial. Te ayudo bro —Travis y Hunter entraron, yo me quedé en la puerta.

—Pequeña... vamos.

—Pero falta Ragnar —agregué.

—Pequeña, entiende que él quiere estar solo, al menos por ahora... si irá, pero no quiere ir contigo —dijo mi hermano.

—¿Cómo sabes? 

—Lo acaba de decir y estoy seguro que también escuchaste, digamos que Ragnar no es consciente de lo fuerte que es su voz cuando grita, pero eso es lo de menos, si te soy sincero lo entiendo. Ragnar te ha amado desde siempre, sabes mejor que nadie como es él y lo mucho que le cuesta sentirse suficiente para alguien... no lo hagas por ti, hazlo por él...  —Efra me tomó de la mano y nos fuimos.

















Los 12Donde viven las historias. Descúbrelo ahora