Prometida.

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Y por fin, se llegó el día de mi estúpida boda, estaba arreglándome en mi habitación cuando escuché a alguien tocar la puerta.

—Adelante —grité, escuché el sonido de la puerta y lo vi.

—Te ves hermosa —dijo Hunter con una sonrisa.

—Gracias, también te ves bien —agregué.

—Supongo que esto es todo, supongo que perdí... y fue mi culpa. Un pajarito me acaba de decir que me querías, que me quisiste todo este tiempo, me quisiste desde el kínder hasta hace unos meses...

—¿Quién te lo dijo? —pregunté.

—Eso es lo de menos. Solo quiero decirte que no me importa que no me hayas elegido a mí, porque sinceramente estaré detrás de ti toda la vida, sabes mejor que nadie que jamás me rindo, mucho menos cuando se trata de las mujeres.

—Hunt-

—Te haré mía y eso lo tengo claro. Solo es cuestión de tiempo —él me guiñó el ojo y se fue.

—Mi amor, todo está listo... —escuché esa asquerosa voz.

Cerré mis ojos y tomé aire, en serio solo deseo que esto salga de acuerdo al plan o estaremos jodidos, quería llorar, una parte de mí sentía asco, otra tenía miedo, solo quería regresar a casa.

Me di la vuelta y sonreí, puse la sonrisa más falsa de toda mi vida, ¿mi secreto? Imaginaba que estaba con Ragnar. 

La música comenzó a sonar, yo sonreí y caminé por el pasillo que estaba muy bien decorado... volteé y en primera fila estaba Ragnar junto con Camila, sus ojos estaban llenos de tristeza, a pesar de que él sabía todo, sus ojos n podían mentirme... y con solo mirarlos sabía que él tenía miedo, al igual que yo. Volteé al otro lado y ahí estaba mi hermano, a lado de Hunter... mi hermano solo movía la cabeza de un lado a otro, sabía que él no quería esto pero es la única forma de sacarlo de aquí. 

Mi mirada se desvió a Hunter,  él sonrió y me guiñó el ojo, yo quería sonreír, estaba tan nerviosa que podría darme un ataque de risa en cualquier segundo. Llegué al final del pasillo y ahí estaba él, con su traje y una máscara. 

—¿Alguna palabras que quieran intercambiar? —preguntó un señor que supondré es padre.

—Claro que si. Mi amor, desde la primera vez que te vi... sentí cosas que jamás había sentido, sabía que haría todo por hacerte tan feliz, yo te amo Paola, te amo como no tienes una idea —sonreía para contener las nauseas, en eso él se agarró de la cabeza y se quitó la máscara. 

Cuando lo vi quedé atónita, no podía describir nada de lo que estaba pasando por mi mente. 

—Adrián... —fue lo único que salió de mi boca. 

—¡Dejen de compararme con el imbécil de mi hermano! —gritó molesto.

—¿Cómo? —pregunté confundida.

—Princesa, perdón por exaltarme... me llamo Kaleb, soy el hermano gemelo de Adrian...  cuando éramos niños éramos unidos, éramos los mejores hermanos del mundo. Desde niño me detectaron TOC, desde esa vez mis padres me prohibían salir a jugar, no tenía permitido hacer amigos, un día Adrian se enfermó y mis padres estaban tan ocupados cuidándolo, así que yo me salí, fue el día que te conocí, Adrian había hablado de su mejor amiga, así que quería conocerla, por eso me hice pasar poe él, pero te conocí y solo dios sabe lo que sentí. Desde ese día me escapaba para poder verte, haste que mis padres se dieron cuenta, pensaron que estaba loco y que me escapaba para drogarme... cuando les traté de explicar no me entendieron, tomaron mis cosas y me mandaron a una isla familiar, estuve encerrado por meses en esa PUTA isla, esos meses estuve pensando en la vida tan increíblemente que tendría mi hermano estando a tu lado, en mi mente era lógico que ambos estuvieran juntos de forma romántica, suele pasar en mejores amigos, cuando me escape el plan era sencillo,  matar a mi hermano y tomar su vida, nadie se daría cuenta, yo viviría siendo él y teniéndote a ti. Pero no, el imbécil de mi hermano estaba con una tipa que ni al caso, así que lo maté, de nada me serviría tenerlo vivo. Pero esto no importa ya, porque por fin estaremos juntos —dijo con una sonrisa. Estaba en shock no podía procesar nada. 

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