Los 12

Comienzan los juegos

Sin decir nada me regresé a mi habitación, la que comparto con Ragnar, la habitación a la que espero que él regrese esta noche. Me acosté y una nota estaba a lado de la cama en el buró, la tomé y la abrí. 

"Mi amor hermoso, ¿por qué te pones así por un imbécil? Él que te hará feliz soy yo, prometo bajarte la luna, lo que pidas te lo daré mi amor, todo lo que quieras, solo sé mía... prometo que ya terminaré esto, este juego ya a va terminar y tu y yo por fin estaremos juntos, solo es cuestión de que quieras estar conmigo... prometo amarte hasta el final de mis días, deja a ese imbécil con la doctora"

Cerré la nota y la dejé en el cajón.

En este momento estoy totalmente cansada, estoy confundida y solo tengo dos cosas claras, la primera es que quiero sacar a todos de este lugar y la segunda es que quiero a Ragnar en mi vida, sé que él es la persona con la que quiero estar... Tengo que hacer un plan para sacar a todos de aquí, entre más tiempo estemos aquí más peligro es para cada uno de ellos. 

Me quedé pensando hasta que me quedé dormida. 

Al día siguiente me desperté y la cama estaba vacía, me levanté y me arreglé, salí y todos estaban en la mesa, había una nota en una hoja de color rojo, esta llamó mi atención porque estaba distinta a la demás, esta tenía una estampa con un signo que sé que he visto en algún lado, pero no logro recordar donde.

"Hola a todos, me complace informarles que estos serán sus últimos días, el día de ayer tuve una platica con mi futura prometida, mi amor... ¿te molesta explicarles amor?"

Leyó mi hermano en voz alta. 

—Bueno, no daré explicaciones, solo les diré que están cordialmente invitados a mi boda, será en 3 días... les pido que no falten, cada uno de ustedes tendrá un atuendo personalizado, los atuendos los tendrán en sus habitaciones el día di mañana —fue lo único que dije.

Todos me miraron confundidos.

—¿Te vas a casar con ese idiota? —dijo Alex confundida.

—Te pido más respeto para mi futuro marido —contesté.

—Ni de broma te casarás con él Paola —dijo enojado mi hermano.

Regresé a mi habitación y ahí estaba él. Ragnar no se había percatado de que yo estaba detrás de él, sin pensarlo dos veces me acerqué a él, él se giró y yo lo besé, tenía tantas ganas de hacerlo, esto se siente tan bien, se siente como si por fin estuviera completa, se siente como mi hogar. 

Pude sentir como él sonrió mientras me besaba, él colocó sus manos en mi cintura, con una mano me cargó, en ningún momento nos separamos, él cerró la puerta conmigo entre sus brazos, me acostó cuidadosamente sobre la cama y comenzó a besarme el cuello lentamente.

—Amor no, no podemos ahora —dije mientras lo separaba. 

—Perdón es solo que te extrañé mi amor —él se alejó. 

—Lo sé amor, yo a ti, pero tenemos que hacer un buen juego, tenemos que destrozarlos o no saldremos de aquí —dije mientras me acostaba. 

Ragnar y yo hablamos hace un par de noches, él me pidió que fuera su novia y justo después se nos ocurrió el mejor plan, desde el inicio de esto hemos estado tomando notas de cosas, de detalles que nos han llamado la atención, todas las noches tratamos de juntar cada detalle y sacar algo de ello, por el momento no tenemos mucho, pero pensamos que Camila es algo del psicópata que nos tiene aquí, se nos hace extraño que apareciera de la nada, en especial que sea doctora a sus 20 años, ósea, terrible mentira, así que Ragnar y yo pensamos que lo mejor sería fingir una pelea, él chiste es que él se acerque lo suficiente a Camila, y yo me acercaré al psicópata que me quiere. Así podríamos buscar salida de aquí. 

—Lo sé princesa. ¿Boda con ese imbécil? Lo voy a matar —dijo Ragnar molesto.

—Ey amor, recuerda que es parte de plan... saldremos de aquí, ¿sí? —dije mientras ponía mis manos sobre su rostro.

—Si princesa, saldremos de aquí y te haré la mujer más feliz del mundo... te amo princesa —le di un beso y luego él se fue. 

Me acosté y estuve mirando en techo durante un largo rato, en eso la puerta se abrió y era el psicópata.

—Hola mi amor —dijo mientras cerraba la puerta.