Capitulo 11 (Cuento de hadas)

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(Narrador omnisciente)

Puede que tenga malos recuerdos, pero también cosas buenas, sonrisas y llanto, pero aún así fui feliz, así que uno siempre vuelve donde fue feliz. - Dali

No puedo quedarme aquí - evitó la mirada penetrante del rubio, reunió toda su fuerza de voluntad para retirar el agarre de su "amo", para posteriormente levantarse y dirigirse a la salida. Sin embargo, un ruido hizo eco en la habitación; el de orbes zafiro había abrazado fuertemente de la cintura al azabache.

Los ojos del antes mencionado empezaron a llenarse de lágrimas, su corazón latía tan rápido como si estuviera en una maratón, el único capaz de hacer eso era Mikaela y eso lo aturdía. No podía aceptar eso, debía olvidarlo y dejar ese sentimiento absurdo, ya que para su amado él solo sería un simple sirviente o, con suerte, amigo de la infancia.

No te vayas - se escuchó en un susurro, el rubio pegó su frente al omóplato de Yuichiro, y solo se escuchaban pequeños sollozos, hasta que el silencio fue interrumpido por la voz del rubio - ¿Qué te impide quedarte conmigo? Sé que quieres permanecer a mi lado - el agarre se hizo más fuerte. Si tan solo dejara su orgullo a un lado y viera que ese comportamiento los lastimaría a ambos, pero en ese momento de angustia y desesperación, nadie elige las palabras adecuadas.

Ante eso, el azabache tomó sus manos suavemente y soltó un suspiro para luego dar una vuelta y quedar frente a frente - Estoy cansado - lo dijo firme pero aún con rastros de lágrimas en las mejillas - ya no quiero ir y regresar todo el tiempo, estoy triste e inestable, y solo es mi culpa por - guardó silencio un momento y con enojo soltó lo que había ocultado por tanto tiempo, según él - ¡Haberme enamorado de ti!

Esto hizo que el rubio se sorprendiera. Siempre pensó que Yuu solo lo veía como su amo a quien debía seguir, pero en sus ojos ahora solo puede ver a aquel niño que le robó el corazón cuando lo vio, y decidió que sería suyo por siempre. Pero enloqueció en secundaria cuando al azabache le llegaron cartas de confesión. Analizó varias noches por qué ese sentimiento de amargura, resentimiento y ganas de abrazar a Yuichiro frente a todos; concluyó finalmente que su querido gatito le gustaba. Pero eso estaba mal, era asqueroso y poco ético, sus padres lo odiarían, él se odiaría a sí mismo y más importante que eso, Yuu-chan lo odiaría. Así que decidió aceptar ir al internado en el extranjero, fingiendo que todo fue por obligación. Sin embargo, sus sueños fracasaron cuando empezó a desarrollar una obsesión enfermiza por el azabache. Al volver, solo pudo cumplir sus expectativas de ser el amo y obligar a Yuu a desearlo.

-También estoy enamorado de ti - lo miró fijamente, en su rostro una expresión deplorable, de tristeza, angustia y anhelo - cambiaré, seremos felices, te prometo que seré bueno - se acercó para abrazarlo y acariciarlo.

No sirve una promesa, yo quiero ver que lo hagas. Sabes, yo siempre intenté hacerte feliz, pero no me sentía suficiente, y ahora estás aquí proclamando que también te gustó- soltó unas cuantas lágrimas - No había un día que no dejara de pensar en ti. Siempre que enviabas una carta, mi corazón latía rápido e intentaba mandar todos mis sentimientos en párrafos, pero yo solo quiero que me ames de verdad, sin juegos, solo tú y yo.

El rubio lo acercó suavemente y lo besó - Solo tus cartas salvaban mi estado de ánimo, cuando me despertaba cansado y sin fuerzas para continuar, pero sabía que tú me querías y en tus cartas lo demostrabas. Así que decidí volver - lo tomó de las manos, las acercó a sus labios y las besó con suavidad - para que vuelvas a mi lado.

El azabache pensó que su querido Mikaela había regresado, aquel chico que decía lo que sentía, que no tenía miedo de mostrar sus sentimientos. Nunca podría dudar de las palabras del rubio, y sin más, cayó en sus brazos. No podía más, colapsó ante tantos sentimientos y palabras lindas, o simplemente porque era Mikaela. Continuó el beso, pasó sus brazos por el cuello del rubio y lo profundizó - Te amo, Yuu-chan - esas palabras susurradas en medio del beso dieron un vuelco al corazón del azabache. Ya no había marcha atrás, su esencia, sus roces y besos, quería que todo quedara marcado en él. Pensaba que alguien no podría enamorarse más, pero Mikaela hace de las cosas imposibles algo cuestionable. Nunca podría decir que no al amor tan grande, débil y tal vez falso que le profesaba, pero eso no importa solo porque es Mikaela de quien proviene.

-Te amo, Mika - suavemente se acostaron en la cama, quedando en una posición comprometedora donde el azabache estaba sobre el rubio - me sorprende que Yuu-chan ame a alguien como yo - el rubio sonrió y de nuevo el azabache cayó en su red. Las manos del blondo recorrían la espalda baja del de orbes esmeralda, suavemente, con ansias de desnudarlo delicadamente, similar a como una gota de lluvia resbala por el pétalo de una rosa; pero este sería solo el principio del cuento de hadas.

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continuara~

Bueno espero que les guste mi fanfic <3

Si hay alguna falta de ortografía  o algo que no se entienda bien,  me informan y lo corregiré 😁😁

Realmente ya tengo pensado todo de este fic, tengo sorpresas.

El  próximo capitulo, podemos colocarnos una meta.

El cual será  25 visualizaciones y 10 votos para el siguiente cap

¡¡¡¡Si se puede !!!!

El secreto de mi amo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora