(Narrador omnisciente)
El ambiente era pesado, y la mirada del rubio reflejaba enojo y decepción, mientras que la del azabache, tristeza y aceptación. El moreno cerró la maleta y colocó su mano encima de un retrato donde se podía apreciar a Mikaela y él abrazados en el césped. - Lo siento, amor - fue lo que alcanzó a decir antes de tomar su maleta.
Desde hace un tiempo, Mikaela pensó que su felicidad siempre sería junto a Yuu. Pero, ¿y si él piensa que no es así? No podía cambiar lo que sentía su amado, pero sin él, la vida sería vacía, aburrida e insensata. Tomó del brazo a Yuichiro deteniendo su trayectoria y lo abrazó por detrás.
- ¿Acaso hice algo mal? - fue lo primero que pudo pronunciar antes de que varias lágrimas mojaran el hombro del azabache. - Puedo ser necio a veces y terco, pero de verdad te quiero - el azabache tomó entre su mano la del rubio y la besó.
-No hiciste nada malo - sin verse a los ojos, pero con sus manos juntas transmitían todo el amor y dolor que sentían - pero tus padres tienen razón, yo nunca seré capaz de ser bueno para ti. Los lujos, tu futuro, todo podría terminarse si seguimos juntos - el de orbes esmeralda soltó la mano de Mikaela y se dispuso a seguir el rumbo hacia la salida. Pero el rubio no permitiría esto, no después de escuchar lo que su Yuu tenía que decir.
-No me importa - pronunció el de orbes zafiro sin soltar al azabache - ¿De qué sirven los lujos y el dinero, si no puedo estar a tu lado? Además, mis estudios y mi esfuerzo no fueron logro de mis padres, son míos. Puedo ser admitido en cualquier lugar, pero solo hay un Yuichiro.
El azabache tenía los ojos llorosos, sonriendo ante las palabras de su querido Mikaela. Todas las proyecciones que tenía de una vida juntos y el deseo de que solo fuera suyo, se entregó a un beso donde descargó todas las emociones que recorrían su cuerpo, temblando y con los vellos de sus brazos erizados ante el contacto y la cercanía de su amado. Aquel beso no podía ser más glorioso; al separarse, ambos sonrieron para sí mismos y juntaron sus frentes.
-Espérame mañana en el parque, nos iremos juntos. Lleva algunas cosas, yo llevaré las mías. Nos vemos a las 5 pm; procura que nadie más te vea. Empezaremos de nuevo, en un lugar donde no nos conozcan. Tal vez podríamos tener hasta una familia, casarnos y adoptar un niño.
Todo lo que decía Mikaela era música para los oídos de Yuichiro. Sin embargo, algo aún lo atormentaba, quizás solo un mal presentimiento, pero lo ignoraría, dado que estaba planeando un futuro hipotético juntos. Algo que hizo que el corazón del azabache diera un vuelco.
- Eres la única persona con la que desearía tener una familia y compartir mi vida.
El momento era hermoso, sublime para algunos y para otros solo una abominación que debía ser eliminada del mundo. El padre de Mikaela escuchó atentamente cada anhelo del corazón de su hijo, pero desde luego, eso tenía que acabar. No iba a ser el padre de un "marica don nadie" que soñaba con ser feliz en algún pueblo donde sería reconocido fácilmente. Ya podía ver los editoriales: "Mikaela Shindo, gay y desheredado. Padre pierde a único heredero. El apellido Shindo quedará marcado y el linaje terminará". Primero muerto antes de leer eso.
El estudio estaba frío ese día, quizás era porque había llegado el invierno. Sin embargo, el frío intenso que podía engullirse entre tus entrañas y causar un dolor punzante no era suficiente para hacer que el viejo hombre sintiera algo aparte del odio y la humillación. Pasó toda la noche planeando qué hacer y su idea era sencilla, pero necesitaba de un ingenio único, y estaba listo para hacer que su hijo recobrara la cordura de una forma u otra.
Eran ya las 4 pm. Yuichiro llevaba su maleta ansioso por su nuevo inicio junto al amor de su vida. Si alguien le hubiera dicho que esto pasaría, de seguro lo hubiera mandado con un psicólogo por pensar en fantasías absurdas. Pero allí estaba Mikaela Shindo, el soltero y galán más cotizado según la revista Royals, planeando una vida a su lado. Estaba realmente feliz.
Tomó asiento en una de las bancas del parque y esperó, esperó mientras veía cómo el sol caía, esperó mientras los niños terminaban de jugar para volver a sus casas, esperó viendo a los enamorados tener sus citas en la noche, esperó hasta que el cielo se volvió oscuro, tan espeso sin luna con unas cuantas estrellas, y esperó hasta volverse uno con la lluvia. Allí entendió lo que significaba que te dejaran a tu suerte, y para terminar un magnífico día, la lluvia que podía tapar tus lágrimas mientras finges ser valiente, que no te dolió que tu gran amor te ilusionara y abandonara en un parque con una maleta y un pasaje de tren en mano.
Bien, si esta era su respuesta ante todo lo ocurrido entre ellos, está bien. Tomó su equipaje y deambuló por el parque hasta que los zapatos se le llenaron de agua y el frío desgarrador cobraba su factura. Había decidido irse sin Mikaela, el amor de su vida. Era lo mejor para los dos.
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continuara~Bueno espero que les guste mi fanfic <3
Si hay alguna falta de ortografía o algo que no se entienda bien, me informan y lo corregiré 😁😁
Acabe de salir a vacaciones así que las actualizaciones serán seguidas.
Nos leemos luego
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El secreto de mi amo (Terminada)
Novela JuvenilYūichirō es un niño huérfano que es adoptado por la familia Shindo, para hacerle compañia a su único hijo Mikaela Shindo el cual es un niño amable y optimista pero un tanto solitario; con el tiempo todo era felicidad para ambos, pero esa felicidad...