(Narrador omnisciente)
La paz, felicidad y amor parecen un deseo tierno e inocente, pero para el destino es egoísta y tiene que ser castigado, o tal vez solo es el tiempo y momento equivocado.
Cada día junto a Mikaela era maravilloso. El azabache había vuelto a trabajar en la clínica y, desde entonces, pequeños regalos aparecían en el escritorio de Yuichiro, y cada uno tenía una nota que expresaba el inmenso amor que sentía el de orbes zafiro hacia su ahora enamorado.
Para el azabache, todo parecía un cuento de hadas, iguales a los que leía en el orfanato y, posteriormente, la madre del rubio les leía antes de dormir. Al llegar a casa, cocinaban juntos, y uno que otro beso no quedaba atrás. También veían películas acurrucados el uno junto al otro, realizaban picnics, tenían una que otra cita, y el cine era una de las mejores opciones donde la oscuridad era cómplice de los besos que se daban al empezar la función. Salían a caminar tomados de la mano, con un pequeño disfraz.
Cuando el de orbes esmeralda no pensó que podría ser más feliz, una pequeña carta llegó a sus manos por parte del mayordomo de confianza de Mikaela. "Sigue el camino de pétalos de rosa, amor mío", se exponía en el papel de hilo escrito con tinta y con letra impecable. Un pequeño sonrojo se apoderó de las mejillas del azabache, y acató lo que decía en el papel, siguiendo el camino hasta encontrarse con Mikaela, quien estaba debajo de un bello arco de rosas.
- ¿Qué es esto, Mika? - soltó una pequeña risa, unos segundos después contempló cómo el rubio levantaba su mano, invitando al azabache a tomarla. - Querido Yuu-chan - se lo veía nervioso y algo tenso - después de este glorioso tiempo juntos y analizar todo el tiempo que estuviste a mi lado, realmente eres el único que ha logrado ver lo mejor y peor de mí, pero no te has rendido conmigo, has seguido amándome a pesar de lo cruel y detestable que fui contigo. Cuando te vi por primera vez, supe que tú serías quien estaría a mi lado para siempre. Un inexplicable sentimiento se apoderó de mí al conocerte, eres mi ángel, por eso y por mucho más - respiró profundamente para luego arrodillarse - ¿Te gustaría ser mi compañero de vida? - abrió una pequeña cajita de terciopelo donde un anillo reposaba dentro de ella.
Esas palabras que solo en sus sueños Yuichiro había escuchado hicieron que su corazón palpitara con fuerza e intensidad. Estaba emocionado, demasiado, de un momento a otro, sintió sus mejillas húmedas. Estaba claramente llorando de la felicidad. - ¡Sí, sí quiero, Mika! - el rubio colocó el anillo en el dedo anular del azabache. Este, por la euforia contenida, lo abrazó fuertemente y ambos terminaron en el césped abrazados. Un beso profundo, dulce y cariñoso cerró uno de los momentos más dichosos de sus vidas hasta ahora.
Regresaron tomados de la mano, en silencio, pero era un silencio reconfortante que hacía asimilar la nueva situación de manera más satisfactoria. Al entrar a la casa, una voz femenina llamó su atención - Mika, mi amor - era la madre de Mikaela, quien lo abrazó, soltando rápidamente la mano de Yuichiro. - Querido, lo siento si nuestro viaje se prolongó demasiado, pero estamos felices de estar de vuelta. También te tenemos una sorpresa - el padre del rubio entró a la habitación.
- Hoy haremos una fiesta en tu honor - eso dejó atónito al de orbes zafiro. El hombre mayor, al notarlo, aclaró - es la fiesta de tu ascenso a la dirección y también queremos presentarte a la hija de un gran amigo que nos ayudará a combinar nuestras clínicas - sonríe - lo siento, pero tendrás que terminar con la muchacha con la que estabas saliendo, además, no era alguien adecuada para ti, hijo - el hombre canoso salió del lugar rumbo a su habitación.
- Lo siento, cariño, pero es una buena oportunidad para empezar a pensar en formar una familia - la señora regresó a ver al azabache - por cierto, Yuu, también pensé en ti y vamos a presentarte a la hija de mi querida amiga. Es una chica muy buena y decente - sonríe y sale del cuarto, dejando a los dos jóvenes con la palabra en la boca.
- Dime que vas a rechazar ese compromiso - el de orbes esmeralda lo mira con fervor, añorando una respuesta positiva ante lo expuesto, puesto que su Mikaela lo ama, ¿verdad?
- Lo siento, Yuu-chan - la mente de Yuichiro era un caos. "Lo siento", esa no era una respuesta que esperaba. ¿Qué significa eso? Él quería
que por primera vez el rubio lo escogiera a él y no a sus padres, que solo lo toman en cuenta cuando quieren presumir y quedar bien ante la sociedad.
- ¡Sé hombre por primera vez! - junto con el reclamo, se escuchó cómo un objeto caía al piso, para luego ser recogido por el rubio - te odio - soltó con desprecio el azabache, con lágrimas en los ojos, corrió a encerrarse en su habitación.
Mikaela solo se limitó a quedarse en la sala de estar intentando asociar ideas. Sabía que su padre sería firme ante la decisión de desheredarlo si se enfrenta a él. Pensó que la mejor solución sería idear un plan donde no salieran lastimados ninguno.
Al llegar la noche, la casa de los Shindo resplandecía. Los invitados llegaban con trajes despampanantes y algunos discretos. El rubio ya tenía un plan en mente y Yuichiro quería ver qué sucedería si se quedaba a presenciar la gran noticia de aquellos que lo habían cuidado cuando era niño.
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continuara~Espero que lo estén disfrutando, y si leyerón alguna de mis obras anteriores, podrán deducir que adoro la incertidumbres y los finales que se dan de acuerdo al giro de la historia, pero hay 2, entonces me gustaría leer si tienen alguna idea de como terminará esta historia.
Bueno espero que les guste mi fanfic <3
Si hay alguna falta de ortografía o algo que no se entienda bien, me informan y lo corregiré 😁😁
Acabe de salir a vacaciones así que las actualizaciones serán seguidas.
Nos leemos luego de
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El secreto de mi amo (Terminada)
Teen FictionYūichirō es un niño huérfano que es adoptado por la familia Shindo, para hacerle compañia a su único hijo Mikaela Shindo el cual es un niño amable y optimista pero un tanto solitario; con el tiempo todo era felicidad para ambos, pero esa felicidad...