—¿Cómo te sientes, Allison?
La mejor amiga de Allison la había venido a visitar.
—Estoy bien, no debiste venir, seguro tienes tarea.
Allison no tenia ánimos de ver a nadie solo quería dormir, todo el día si era posible.
—Allison, no estás bien, lo puedo ver, no sales de casa nunca, no hablas con nadie. Sé que has sufrido una gran pérdida pero Allison, tienes que seguir. Deberías ir a un psicólogo —dijo llena de preocupación.
—¿Sabes? No lo necesito, eventualmente lo superare, estoy bien.
—¡Por dios! ¡Mirate, no comes, estás súper delgada y ojerosa! Te la vives en este departamento donde solo hay recuerdos de él. Allison te digo esto porqué eres mi amiga, quiero lo mejor para ti, estás apuntó de reprobar en la universidad. ¡Reacciona, no estas bien! —Allison solo miro al piso.
—Es que... No puedo... Lo necesitó y sé que no lo entenderás así que deberías irte —se puso de pie y abrió la puerta.
—Él no volverá, lo sabes. Debes seguir, él te lo pidió, piénsalo —resopló cansada y metió su mano a su mochila en busca de algo —mi mamá te manda comida, aún esta caliente así que debes comerla, por favor, intenta hacerlo. Sal de casa, conoce a alguien más... —sabia que estaba yendo muy lejos. Allison frunció el ceño y cerro sus manos en unos puños firmes.
—¡No hace falta! ¡Nunca podría conocer alguien así, nunca nadie podría hacerme tan feliz como él lo hizo! Sé que volveré con él —gritó enfurecida.
—¿No serás capaz de hacer alguna estupidez? O ¿si? Allison no me asustes, por favor... —fue interrumpida por Allison.
—No, pero lo siento en mi pecho, estaremos juntos, lo sé. Es hora de que te vayas. Es tarde y no hace falta que vuelvas, seguro tienes cosas mejores que hacer, y dile a tu mamá que se lo agradezco mucho.
Corto rápidamente. La chica bufo y salió negando en silencio, preocupada.
Allison se dejó caer en el suelo, se sentía tan débil, fue quedándose dormida poco a poco, hasta caer en un sueño profundo.
(...)
—Ven, caminemos —Diego extendió la mano en dirección a Allison, ella estaba desconcertada, ¿dónde se encontraba? ¿cómo había llegado aquí?
Se encontraban en un parque muy luminoso, el sol entraba por todos lados, corría aire fresco. Tomó la mano de Diego, sintió escalofríos, se sentía tan real...
Caminaron entre árboles, en silencio.—¿Que estas haciéndote? —preguntó Diego con el ceño fruncido, ella no supo a que se refería —Allison te extraño mucho, tanto que no tienes idea, pero me duele verte así, entiende que tienes que seguir.
—Pero no puedo, yo... Respirar, vivir duele, no lo soporto más... Quiero estar contigo.
Llegaron a un claro, luminoso, se detuvieron, Diego la soltó de la mano y la miro enojado.
—¡No! ¿¡Quieres estar conmigo?! —ella asintió —¡Deja de decir y hacer estupideces! Deja de hacerte daño, me dañas a mi, ¡entiende! ¡así no estarás conmigo nunca! Deja de herirte y continua, ¡entiendelo! —al decirlo, su voz se hizo más gruesa, de repente ella tenía sangre en sus manos, el cielo se oscureció casi daba miedo, miró a Diego, estaba tan enojado, se veía pálido y huesudo, su piel no se notaba sana, su ropa se veía sucia y vieja.
—¡Deja de destruirte!
Le gritó mas fuerte, Allison brinco por el susto.
(...)
Se despertó con la frente y el cuello lleno de sudor. Su respiración acelerada, había dormido en el piso. Todo estaba silencioso.
«Yo... Toque a Diego, en verdad lo vi»
Y tenía razón ella había estado con Diego...
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Las cartas que le envié
FantasíaUn chico introvertido, su nombre, Diego y una chica completamente opuesta a él, su nombre es Allison. Al verlos nunca pensarías que ellos estarían juntos, sin embargo, estaban predestinados. Se amaron, pero el destino les puso un obstáculo en el c...