Al acabar el día los padres de Allison la habían llevado a pasear por el parque y a un museo de pintura que ella tanto adoraba. La tarde había estado muy bella, el sol había estado magnifico, no hacía mucho calor, todo había sido perfecto. Sus padres no habían tocado el tema de la muerte de Diego y tampoco el de Felicia.
Habían comido helado de chocolate y en un elegante restaurante italiano, no hubo ninguna discusión como solía haber, el papá de Allison sonreía con una mirada triste todo el tiempo y no paro de mirarla y recordar la niñez de Allison, su madre solo dedicaba sonrisas de lado, de vez en cuando y ella solo imagino como sería su vida sin su adorada Allison, le miró el cabello decolorado y sus brazos delgados con varias pulseras y lloro por dentro, no soltó ninguna lágrima, pues no deseaba arruinar la comida.
Allison sonrió toda la tarde, disfrutó el día demasiado, miró a sus padres y agradeció a la vida que los haya puesto en su vida, estaba triste porque jamás los vería de nuevo pero también se encontraba ansiosa y feliz. No podía dejar de imaginar a Diego, tocarlo, verlo y poder besarlo, el solo pensarlo hacia que por dentro sufriera un remolino de cosquillas que se extendía a todo su cuerpo.Llegada la noche decidió que debía irse, necesitaba ver a Felicia, se despidió de sus padres llorando y ellos nunca dejaron de suplicar que se quedara, a lo que ella contesto: «los amo, nunca lo olviden, voy a estar bien, lo prometo. Alguien les avisará...». Deposito un beso en sus mejillas y salió por la puerta. Por la puerta donde ella había entrado y salido miles de veces a lo largo de su vida, por aquella puerta donde salió cuando encontró al amor de su vida y decidió ir con él dejando atrás a sus padres; exactamente por esa puerta por la cual salió para poder reencontrarse con él y nunca separase.
Caminó por las calles durante algún tiempo, ya no le importaba en dos días ella moriría y debía de disfrutar lo que más le gustaba.
Cuando llegó a la casa de Felicia ya daban las 11 de la noche, internamente rogó porque estuviera despierta y al ver a Felicia abrir la puerta principal envuelta en una bata color lila con el cabello revuelto y los ojos chiquitos se arrepintió un poco. Felicia la miró con desaprobación.
—Recuerdo haberte dicho que debes descansar... pasale —abrió más la puerta para darle espacio.
—Es que, yo no sé qué haré, estoy muy ansiosa y sinceramente no quiero dormir sola en mi departamento —Felicia bufó
—Bien, Allison, te pondré algo de música para que te relajes y hablaremos un poco para que puedas dormir tranquila —caminó hacia su habitación y trajo consigo dos mantas, una se la dio a Allison y otra se la quedo ella— vamos acuéstate, debes de tener frío, allá a fuera está muy fresco.
Allison obedeció y se acurrucó en el sillón, Felicia empezó a extender su manta y a acomodarse.
—Fui a hablar con mis padres... —las lágrimas que no había soltado desde que había dejado a sus padres comenzaron a brotar a lo largo de su rostro, Felicia se quedó quieta en su lugar y solo la miro de reojo— ellos están mal, yo me siento mal por hacerles esto, sé que no es justo pero sé también que no es justo que yo no este con él, no podría vivir sin él un día más.
Felicia le dio una triste mirada y se preparó para hablar.
—Nunca nada es justo, linda, la vida da mil vueltas cada segundo y a veces tienes que escoger, tal vez esto suene muy duro pero recuerda que al final del día solo estas tú, sola, no hay nadie más contigo porque así tiene que ser, la gente se va a ir y tienes que preocuparte por ti, en momentos como este debes de ser un poco egoísta, porque tus padres morirán, los amigos que tienes no siempre van a estar para ti, todos tenemos una vida y eventualmente moriremos, estamos solos y lo estaremos toda la vida pero es válido querer disfrazar la soledad con el amor, que es el que la hace más llevadera, es por eso que no es justa. Si en verdad quieres hacerlo, hazlo. No estoy diciendo que no debes de sentirte triste por tus padres, sino que no debes de desistir por algo que te mereces y deseas. Recuerda si lo dejas pasar tú serás la que tendrás que vivir con las consecuencias toda tu vida.
Felicia sabía que estaba siendo dura pero esa es la verdad y también sintió en ese momento la presencia de Diego. Quería tranquilizar un poco más a Allison y sabia de una forma muy buena de hacerlo. Rompería varias reglas pero al final el amor de ellos dos valía demasiado.
—Debes de ser fuerte, Allison, el día que tengas que hablar con El creador. Para calmar tus ansias te diré que no es tanto una conversación sino, él es es que te leerá, leerá tu alma —hizo una pausa y pensó bien como decirle lo que haría— para que estés más segura con tu decisión y más tranquila, digamos que te daré un regalo, solo tienes que creer y tener la mente dispuesta a ver todo lo que nos rodea —dicho esto susurró unas palabras inentendibles para Allison, se empezó a sentir más relajada, se dejó caer en el respaldo del sillón y Felicia le unto algo como aceite en su frente, Allison no lo entendía pero no quiso interrumpirla ya que parecía muy concentrada— aprovecha lo que te di que no durará toda la noche —pero Felicia no la miraba a ella, sino a una esquina de la casa, Allison miró y la piel se le erizo, una corriente eléctrica se encendió en todo su cuerpo, su respiración se detuvo.
Felicia se dirigió a su habitación pero antes de entrar por encima del hombro dijo— vamos Allison sé que mueres de ganas por tocarlo, hazlo, él no desaparecerá, no por al menos unas horas —sonrió hacia Allison y entró a su habitación sigilosamente.
Allison no se inmuto, no podía creer lo que sus ojos miraban, en una esquina parado, con la misma ropa que lo vio la última vez, estaba Diego, su mirada fija en la de ella decía miles de palabras y sentimientos que no se necesitaban decir. Las manos de Diego estaban metidas en los bolsillos del pantalón, él caminó unos pasos y Allison respingo, él se detuvo, no quería asustarla.
El sueño más grande de Allison se había cumplido gracias a Felicia, después de unos minutos se puso de pie, miró a Diego detenidamente, el manto cayó a sus pies pero no se percató, camino a paso lento. Diego tenia tantas ganas de abrazarla y decirle cuanto lo había extrañado, pero debía de esperar.
Allison estaba frente a él, las lágrimas comenzaron caer de sus ojos, alzó su mano para tocarlo, en su interior estaba rogando porque no fuera un sueño y que él se desvaneciera al tacto, pero su mano se detuvo, estaba temblando, tenía mucho miedo. Diego comenzó a llorar en silencio, tomó la mano de Allison y la llevo hasta su mejilla. Los ojos de Allison se engrandecieron.
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Hola, yo aquí subiendo un nuevo cap. Espero que les guste. lo siento si esta corto pero me lastime el brazo y no puedo escribir mucho pero hice lo que pude con cariño.
Recuerden votar si les gusto y comparte. Besos y abrazos. *-*/
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Las cartas que le envié
FantasíaUn chico introvertido, su nombre, Diego y una chica completamente opuesta a él, su nombre es Allison. Al verlos nunca pensarías que ellos estarían juntos, sin embargo, estaban predestinados. Se amaron, pero el destino les puso un obstáculo en el c...