"Todo se veía borroso..."

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Al oír esas palabras la piel de Allison sintió un una corriente eléctrica traspasarla de dentro hacia fuera, sintió como si un golpe de la nada la hubiera dejado aturdida.

Miró a Felicia con gran sorpresa y rogó con sus ojos que continuará hablando. Felicia miró a la chica con nostalgia y ternura, tomo su mejilla con una dulce caricia y sonrió.

—Yo lo diré todo, solo si prometes relajarte un poco.

Dicho esto Allison tuvo que respirar tres veces a la cuenta de Felicia. Cuando se encontró más relajada Felicia pudo continuar.

—Como te lo he dicho, esta es su última vida, lo sé porque yo ya había conocido a sus almas en otras vidas pasadas y lo averigüé hace ya algunos años, también por ayuda de Diego... —hizo una pausa al ver como la duda crecía en los ojos de Allison.

—Pero no logró entender que hables con él, porque él está muerto y bueno eso hace que él sea un, ¿fantasma? —las palabras se le parecían irreales, su voz temblaba por la respuesta que Felicia le pudiese dar.

—Bueno, linda yo me comunico con él de otra forma y no se les llama fantasmas como vulgarmente lo hacen sino, "espíritus luz", son seres que los humanos aún no llegan a comprender —asintió— pero eso no es el asunto de este tema, lo que debes hacer para poder unirte a él, y no perderse por siempre el uno al otro, simplemente es dejar ir... debes ofrecerte ante El creador, debes darle los motivos suficiente para que el decida tomar tu alma, para que él sienta que tú eres digna de morir como una iluminada ante él, debes hacerlo, es la única forma, ya que el tiempo corre. La vida humana es muy pobre e incluso insignificante, el tiempo corre muy rápido, así que ya no tenemos mucho tiempo, debes hacerlo cuanto antes o él desaparecerá entre la bruma de mis pensamientos y de el médium donde se encuentra en estos momentos.

—¿Debo morir?

—Solo si así lo quieres linda, él y mucho menos yo podemos forzarte, ya que cuando El creador te esté escuchando serás tú la que tendrás que hacerlo creer en tu amor.

—Bien, lo quiero hacer, todo por estar con él, ¿qué debo hacer? Lo haré si es posible esta misma noche —habló con urgencia y decidida.

—Hoy no, los preparativos tienen que hacerse con cuidado, debes prepararte mentalmente, ya que una aparición tan poderosa como la de El creador es muy peligrosa y poderosa para un humano como tú, ven vayamos a mi centro, así es donde se llevará a cabo todo esto.

Subieron las escaleras y entraron a la primera habitación de la izquierda, que era bastante grande, estaba llena de velas que se prendieron ante un movimiento de dedos que hizo Felicia, había también diferentes frascos con polvos de distintos colores y con un olor a copal bastante intenso, las paredes completamente desnudas de color café claro, y las ventanas abiertas dejando pasar al aire fresco que corría afuera, también cubiertas con unas finas cortinas blancas.

En el centro del suelo había tres círculos unidos y alrededor de ellos varias figuras raras, unas retorcidas otras circulares y unas largas y rectas.

—Pondré mas incienso —anuncio— tienes que meditar mucho, iremos a algunas de tus vidas pasadas para poder hacer que recuerdes todos esos diferentes momentos que pasaron juntos y así poder intensificar más tu amor. Así podremos hacer que El creador logré tomar tu alma —encendió el incienso y un olor un tanto dulce való por toda la habitación. Tomó varias velas de distintos colores fuertes y oscuros— acuéstate en el suelo —Allison lo hizo y Felicia la rodeo de velas a lo largo de todo su cuerpo.

Felicia se sentó a su lado a la altura de su cabeza la miró a los ojos y puso su mano en la frente de Allison.

—Debes relajarte, todo tu espíritu debe de estar tranquilo y alineado, tu mente debe de estar excesivamente abierta, hare que sueñes y por medio de esto viajaremos en las vidas pasadas, no pasará nada malo, solo traeremos recuerdos olvidados.

Felicia empezó a susurrar palabras que para la adormilada Allison eran inentendibles, eran palabras en un idioma que solo Felicia conocía, era tan antiguo que los humanos no lo habían conocido. En la habitación la velas comenzarón a arder, las flamas crecían y el incienso comenzó a hacerse más fuerte.

Allison se sintió devorada por un oscuro y profundo sueño, todo estaba dando vueltas, veía borroso todo su alrededor. Y solo empezó a escuchar música, oía tal vez una flauta, violonchelos, violines, arpas y entre otras cosas que no logró reconocer pero la música era alegre y hermosa. Estaba en un claro, una mano sobre la suya dio un fuerte apretón. Ella miró a la persona que lo había hecho y vio a Diego, solo que ahí él tenía un cabello un poco más largo, ella traía falda y él estaba vestido de pantalones café, una camisa blanca con un cuello y mangas muy antiguas y encima de esta un chaleco verde muy extraño.

—Le amo con toda mi alma, mi vida, simplemente le amo, no podría vivir sin usted ni un segundo más, eres la luz de mis días, el fuego que me calienta en las noches, eres mi sol, mi cielo, eres lo que me mantiene con vida...

Allison sonrió pero al segundo siguiente todo volvió a dar vueltas y ser borroso, se detuvo frente a Diego pero esta vez los dos vestían como doctores. En esta visión no eran jóvenes si no al contrario se veían de unos 30 o más años, la beso y abrazo con pasión y deseo, estaban en un consultorio, Diego tocó su cuerpo, sus alientos se mezclaban y sus jadeos subían de volumen por toda la habitación, las almas de los dos estaban eufóricas y casi saldrían de sus pechos, sensaciones inmensas crecieron dentro de ellos, estaba a punto de estallar de los plenos que sentían.

—¡Te amo! —gritó en un gruñido y callo sobre el cuerpo desnudo de Allison.

—También te amo Diego...
Gimió y su cuerpo se relajó poco a poco.

Las cartas que le enviéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora