Las cartas que le envié

"No importa..."

Mauricio llegó a ellos con una pistola corta movió el seguro y se escuchó un clic, la piel de Diego se erizo y dio un respiro, listo para lo que seguía. Allison fue con él, se miraron a los ojos, se dieron un pequeño beso, pero su padre la alejo de él con un fuerte y brusco jalón.

-No importa, te amo- habló fuerte Diego.

-Solo corre cuando lo diga- susurro Allison.

En el momento que Mauricio apunto hacia él, varias emociones arremolinaron a Diego en su interior, las ganas de darle un abrazo y un último beso a Allison, tenía ganas de decirle por última vez te amo pero pronto esas ganas se dispersaron al escuchar una silenciosa detonación, una detonación que nunca llego al cuerpo de Diego.

Digo escucho a Allison gritar "corre", cuando volteo a verla se dio cuenta que ella le había disparado a Mauricio y en ese mismo segundo dirigió la pistola a la cabeza de su padre.

La respiración de ambos se detuvo un segundo, el olor a sangre llenaba en ambiente, de pronto Allison se encontraba mareada pero aún así sostenía con la misma fuerza la pistola. Poso su dedo incide en el gatillo y no dudo ni un segundo en hacerlo. Un poco de sangre mancho el rostro de Allison. Diego corrió hasta ella y quito el arma de sus manos temblorosas.

-No importa... estoy- decía mientras lloraba, Diego la abrazo- no... no podía dejar que te mataran yo te amo...

-Yo lo sé, no había otra opción, yo también te amo- Diego no sabía que más decir, un rastro de culpabilidad se arrastraba por su cerebro -estaremos bien...

No había más que decir, él hubiera hecho lo mismo por ella.

De reojo Diego pudo ver como Mauricio se levantaba con la pistola en la otra mano, le apunto y soltó un disparo, cayendo de nuevo al suelo, desangrándose. Él se balanceo un poco, Allison soltó un gemido aterrado al escuchar el sonido de la pistola. Diego con una mueca de dolor se enderezo y miro a Allison que se había separado un poco de él para ver como la playera que llevaba Diego se teñía de un rojo vívido. Comenzó a murmurar algo pero Diego negó.

-Shht... vamos a estar bien, no llores yo te amo, lo vas a recordar, ¿no?- el dolor le escocia en todo el cuerpo, lágrimas brotaron de sus ojos pero debía mantenerse cuerdo por Allison -debes de ser fuerte, ¿si? Debes de aprovechar esta oportunidad para salir adelante.

-Pero no podré sin ti, yo no puedo vivir sin ti, Diego, no, no me dejes...- lloró en el pecho de Diego

Segundos después de eso Diego cayó al piso, su cuerpo sin fuerza cayo ante los pies de Allison, y fue ahí cuando ella supo que él ya no estaba.

Miro alrededor y solo había sangre por todos lados, miro a su padre y pidió perdón internamente, lo que había hecho no tenía perdón eso ella lo sabía muy claramente, sin embargo, nunca se arrepentiría de haberlo hecho. Miró a Diego y lloró con más fuerza, se despidió de él con beso en sus labios tibios, caminó al auto y condujo.

Allison despertó con lágrimas en los ojos y su cara mojada por estás, Diego loa miró y susurró "perdón" aun sabiendo que ella no lo escuchaba, por una parte se sentía sumamente culpable, los sueños para Allison son la única escapatoria de esta cruel realidad y hacerle esto hacia que Diego se odiara un poco. La miró ahí con tristeza y quiso abrazarla.

En cuanto Allison, se sentía bien, sabía que había sido solo un sueño pero también sabía que ese sueño había sido real, que paso en una de sus vidas anteriores.

Se puso de pie y sin importarle la hora tomo un taxi en dirección a la casa de sus padres. En el camino pensó en la forma de decirles que ella moriría en dos días, pensó en sus madre llevándola a la escuela todas las mañanas, pensó en todos sus cumpleaños y pensó en como esa noticia los destruiría. Pero no tenía otra opción, lo que más deseaba cada minuto de su existencia es volver a Diego.

Camino hacia la entrada de su casa, respiro hondo y después de limpiarse las manos sudadas en su chamarra presionó el botón del timbre. La noche pintaba frio, el sereno caía sobre Allison, su papá abrió la puerta con cuidado, y cuando vio a Allison con los ojos rojos y temblando de frio mezclado con nervios solo se sorprendió.

-Allison...- murmuró preocupado -vamos, entra hace frío allá a fuera.

Allison obedeció, y poco a poco el calor fue llenándola,

-¿Qué pasa? es de madrugada ¿necesitas algo?- Allison negó y comenzó a llorar -hija calma... tú mamá no esta fue de viaje con tus abuelos, pero, ¿por qué lloras?

-Lo siento papá, por todo... sé que he sido mala y te he desobedecido pero realmente lo hice porque lo necesitaba...

-Tranquila...- su padre no tenía idea de cómo reaccionar o que decirle a su hija -¿Por qué dices todo esto?

Allison supo que ese era el instante donde debía decirlo. No habría nunca forma exacta o mejor para hacerlo, solo debía decirle, el daño seria el mismo.

-Papá, yo, yo voy a morir...- el rostro su padre quedo pasmado ante las palabras de su hija, un nudo se formó en su garganta y en al estómago sintió un revoltijo -lo siento papi, yo no puedo evitarlo, tiene que ser así

-¿Qué? ¿Cómo es posible eso, Allison? Tú estás bien, no estas enferma, ¿Qué es lo que pasa, hija?- su voz se rompió al formular la última pregunta, y comenzó a llorar.

-No es algo que pueda explicarte, solo pasará y debo de despedirme de ustedes, los amo en verdad...

Abrazo a su padre como nunca lo había hecho, sabía que sería de las últimas veces que lo haría, olvido todos los rencores que había creado hacia él, y todo el coraje. Su padre la abrazo y le dio un beso en al frente.

-Debemos de hablar con tu madre, debe de regresar- el padre de Allison habló aún dolido. Allison asintió, se limpió las lágrimas y cogió el teléfono, sabía que cuando su madre llegará debería de responder a muchas preguntas. Seria difícil.