Una luz blanquecina.

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La arrastro detrás de un árbol grande, Diego estaba desesperado, no podía hacer nada por más que se esforzara. Allison trato de salir del agarre pero era más fuerte que ella, la aventó contra el suelo, y la sangre comenzó a salir de su nariz, se fue sobre de ella Allison pateaba y gritaba pero él puso su mano llena de tierra en su boca. Logró acertar un golpe en la pierna, el robusto soltó un grito ahogado de dolor y Allison volvió a golpearlo pero esta vez en su cara, comenzó a sangrar por la boca. De repente el hombre la miro furioso, le quito unas pulseras, su teléfono y su cartera y las guardo en los bolsos de su sudadera. Allison volvió a forcejear pero esta vez el hombre estaba muy molesto, la miro a los ojos y comenzó a reír de manera siniestra.

-Te dije que no hicieras nada, maldita- y con su mano derecha saco su navaja y la enterró directo en el estómago, Allison soltó un grito. El hombre riendo comenzó a correr de nuevo, Diego grito y corrió hacia ella, Allison no lo veía y escuchaba, trato de tomarla, se sintió impotente y estúpido. Ambos lloraban, Allison miro la sangre en su playera, no había remedio. Se sentía débil, desconcertada, incluso hasta mareada.

 -Di... Diego- habló con dificultad.

-Aquí estoy- susurró pero ella no lo podía escuchar Se arrodilló a su lado, y lloro mientras Allison daba su último respiro. No podía hacer nada, Allison estaba muriendo y él no podía ser visto. -Allison...- murmuro pero ella seguía sin escucharlo –perdoname, yo no puedo hacer nada, perdoname, perdón...- y entonces por su mente cruzo Felicia. –Vas a estar bien, regresare, lo haré. Aún llorando se fue.

Allison buscaba con vista nublada, a Diego, no podía entenderlo, él estaba ahí con ella, por qué no aparecía. Un sueño la llenaba, ya no sentía a sus piernas y tampoco sus brazos, el frio ya no le causaba escalofríos, la noche oscura no le daba miedo, ya no importaba. Esto había terminado para ella. Fue cerrando sus ojos poco a poco, dejándose llevar por el sueño y ese amargo dolor que le escocia el cuerpo.

 Y sí, así murió, con Diego en sus pensamientos.

Diego llamó a Felicia a gritos, la casa estaba vacía, subió las escaleras, desesperado, la encontró en la última habitación, era el centro de Felicia. Había entrado ahí muchas veces pero nunca había sentido esa sensación. La habitación estaba llena de luz, el aire era fresco y emanaba paz, una paz que Diego jamás había experimentado. Su corazón se calmó al instante y su desesperación fue apaciguada poco a poco. Busco con la mirada a Felicia y la encontró sentada, admirando la habitación, al verlo le sonrió de lado.

-¿Qué es lo que has hecho?- pregunto alarmado.

-Lo que se tiene que hacer, Diego. Esto no fue decisión mía, fue de ellos, ustedes son ángeles. Nunca lo supe, pero ese es su origen, lo siento, no podía decirlo a nadie, pero ya está hecho. Allison ha muerto como debió de ser- su voz era dura pero había un pequeño rastro de tristeza y tal vez lastima.

-¿Ángeles? ¿Has hecho esto por ti?- su voz se escuchaba más dura y enojada de lo que él pensaba.

-Lo he hecho por ustedes, van a estar bien, ya estaba decretado Diego, los quieren a los dos y al parecer los han perdonado, a mí no, pero a ustedes sí. Eso significa que podrán ser iluminados- el rostro de Felicia está lleno de esperanza y emoción, Diego no supo que decir -¿creíste que me voltearía contra ustedes, solo para que me quiten mi condena?- soltó una risita- pensé que me concias Diego. Eres mi amigo desde hace siglos, solo he querido verte feliz desde hace mucho tiempo y unos años más aquí no me vienen tan mal.

-¿Pero qué pasará ahora?- estaba más relajado, pero igualmente está preocupado por Allison.

-Ella está pasando por lo que tu pasate, tenemos que esperar que se encuentre en el médium, Él hará todo lo demás- lo calmo.

 -¿La veré antes de que pase?

-Sí, ella vendrá aquí, puesto que en lo único que piensa es en ti- dijo frustrada –ahora tienes que estar en el centro de este cirulo, ¿no me ha quedado perfecto?- hablo emocionada, Diego rio y asintió enérgicamente. Y pensó que realmente la iba a extrañar, después de todo han tenido una amistad a lo largo de muchos años –bien, colocate ahí que debo cerrarlo.

El círculo era más esférico, esta bordeado con piedras de distintos tipos, pero todas de color blanco, unas más claras pero todas emitían un halo de luz blanquecina. Dentro del círculo, estaba lo nombres de ellos escritos junto con líneas retorcidas y círculos unidos.

Diego no podía evitar estar nervioso.

-Ella sufrió y no pude ayudarla, ni siquiera pudo verme para no sentirse sola- se lamento.

-Eso ya no importa, ahora estarán juntos eternamente, ¿no es lo que querían?- ambos sonrieron al verse directamente a los ojos y recordaron todo lo que Diego había hecho por estar con ella.

-Eternamente...- su sonrisa se engrandeció más –por fin.

-Lo sé, después de muchos siglos, llanto, sufrimiento, un poco de alegría y ningún hijo, pueden estar juntos.
Río.

Una luz amarilla clara lleno la habitación.

-Ya está aquí- lo miro emocionada.

La luz se hizo más grande y de ella se fue levantando Allison, vestía la misma ropa, alzo su cara y miro a su alrededor, sus ojos se posaron en él, en Diego.

-Diego...- avanzó hacia él. La luz se fue extinguiendo poco a poco hasta morir.

-Mi amor- la miro con ojos brillos y llenos de felicidad. La tomo de la mano y la atrajo hacia él.

-Sí, sí, luego se abrazaran toda la vida pero ahora entra en el círculo Allison que necesito cerrarlo. Él ya sabe que están juntos en alma, debe de estar por llegar- Allison se tensó un poco y Felicia lo noto –no estés nerviosa, no lo vas a ver, solo lo sentirás.

Diego la sujeto más fuerte de la mano.

-Todo irá bien, ¿vale?- le sonrió.

-Estando contigo todo va bien.

Felicia comenzó a llenar el hueco que había, con las piedras que le seguían.

-Ya está, seguro en unos instantes esto terminara.

-Muchas gracias, Felicia, sin ti no sé qué hubiera sido de nosotros- Allison la tomo de la mano.

-¿Qué pasara contigo?- hablo un tanto preocupado Diego.

-Estaré unos años más aquí, y eventualmente moriré. Como debe de ser- le sonrió –por Favor no te preocupes, tal vez en algún momento los vea por allá.  

-Gracias, por todo, en verdad, en cada vida has estado ahí ayudándome. Te quiero- a Felicia comenzaron a brotarle lágrimas por las comisuras de los ojos.

-Y yo a ustedes. Pero ahora cállense, deben de estar concentrados- se limpió las lágrimas y aclaro su cara. Dio un paso para atrás y la habitación de volvió blanca, pero solo para Allison y Diego. Curiosamente, ninguno de los dos sintieron miedo, no estaba nerviosos, solo había tranquilidad y un silencio muy apacible. Era para los dos como si el tiempo se detuviera.

Ambos se miraron, la luz hacia ver a Allison más bella. Eso pensó Diego. Se sonrieron, lo estaban sintiendo, había alguien con ellos, se sentía cálido. Sintieron como si algo los tocará muy profundo en su interior, cerraron los ojos y se dejaron llevar por la sensación, no había dolor solo un ligero cosquilleo en sus pechos.

En ese momento imágenes fugaces volaron por todos lados en sus cabezas. Allison y Diego frente al altar, bailando, huyendo, bailado, riendo, besándose, Diego muriendo y Allison también, otra más donde ambos lloraban. Pero esas imágenes no aparecían como los recueros. No, esas imágenes estaba suspendidas en el aire y no solo ellos las veían y sentían. La piel de ambos estaba sensible, Allison tuvo ganas de llorar de alegría.

Ambos se pusieron frente a frente y ahí lo sintieron. Todo había salido bien, sus almas estaban siendo tomadas, Diego se inclinó hacia ella para besarla ligeramente, ambos susurraron un tierno "te amo", tomados de las manos y con sus labios unidos, comenzaron a elevarse del suelo, un resplandor salía de ellos, y los unió mas, solo se podía observar su silueta en una sola pieza.

"Por fin juntos" pensó Diego y Allison susurro "y esta vez es para siempre". Y Desaparecieron en el aire, dejando sola a Felicia y una habitación vacía.

Las cartas que le enviéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora