"Aparición..."

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Al día siguiente Allison se despertó relajada y no con el usual dolor de cabeza y cuerpo a dolorido. y eso fue un alivio, milagrosamente se sentía bien algo de lo que no gozaba desde hace ya bastante tiempo.

Caminó hacia el baño y aseo su boca y mientras se miraba en el espejo, recordó el mar de sensaciones que le inundaron anoche, sobre todo recordó el "te amo", había sido el susurro mas hermoso que había escuchado en su vida, había sido como una delicada caricia a su tímpano. Con ese pensamiento caminó hacia la cocina y mientras lo hacia noto algo diferente en el ambiente.

La atmósfera del departamento había cambiado, ya no se sentía tan sola, triste y deprimida, el departamento estaba lleno de luz, no tan gris como lo había estado las semanas pasadas.

Tomó un vaso de agua y recordó la cita que tenía con Felicia, iría en la tarde.
El timbre sonó, Allison frunció el ceño, no había invitado a nadie y había dejado claro que no quería visitas.

Abrió la puerta dejando ver la imagen de su madre, con el ceño fruncido y una mirada seria, la boca formaba una línea recta inquebrantable. el corazón de Allison se aceleró.

—Hola mamá, pasa.

La señora no dio respuesta al saludo, solo entro en silencio y se sentó en el sillón mas cercano.

—Allison, he venido porque me he enterado de lo que has estado haciendo. Sí, tu amiga me lo dijo, y déjame decirte que no debes, por ningún motivo, molestarte con ella. Ella solo esta cuidando de ti.

Allison cerró sus manos en puños por la rabia que llenaba su cuerpo.

—Tengo todo el derecho de enojarme con ella y con respecto a lo que te dijo, que seguro son solo mentiras y rumores, no debes de meterte ni preocuparte, por que como una vez me lo dijiste ya estoy lo bastante grande como para poder cuidar de mi. Sé lo que hago.

—¡Cállate! solo eres un a niña estúpida que cree que ésta enamorada, soy tu madre y tengo la obligación de cuidarte y el derecho de meterme en todos tus asuntos. Y no vengo a hablar solo de eso, he venido a decirte que recojas tus cosas por que te regresar a vivir a la casa.

Allison engrandeció los ojos, se acerco a su mamá y la miró a los ojos.

—No pienso mover un dedo de aquí, mamá, esa casa ya no es mi hogar y este sí, así te encargaste de hacérmelo creer, ¿no? Pues ahora lo tengo bien claro. Así que por favor mamá, vete que tengo que ir a un lugar muy importante.

Se dirigió hacia la puerta y la abrió. Miro a su madre que se encontraba estupefacta, y enojada.
—Sal mamá y te pido que no vengas aquí a seguir insistiendo porque no pienso escucharte y si de lo contrario, vienes solo a platicar y pasar tiempo conmigo te recibiré con gusto pero por ahora vete.

La señora la miró a los ojos y salió por la puerta sin mirar atrás, Allison soltó la respiración y fue a la cocina a prepararse algo de comer.

Solo encontró cereal y leche, y fue lo único que comió. Le resultaba lo mismo.

Las siguientes horas lo único que hizo fue ponerse a leer, algo que no había hecho desde hace meses.

Llegada la tarde, Allison tomó su abrigo y salió en dirección a la casa de Felicia, tomó un taxi.

Cuando llego daban las tres de la tarde, camino un rato por el parque, imaginando a Diego sentado en aquella banca , lo vio en su mente viendo al sol, vio su perfil fino, su sonrisa ancha y perfecta . Lo vio sentado disfrutando el día, lo quiso abrazar, una lágrima salió del rabillo de su ojo y recorrió sus mejillas y después una segunda le siguió, formando caminos húmedos a lo largo del rostro de Allison. Sorbió la nariz. Una silueta caminó hacia ella.

—Hola Allison, llegas temprano, imaginar es bonito pero en tu caso muy doloroso. —Froto con su mano la espalda de la chica—. Vamos a mi casa, deja de llorar, tienes mucho que escuchar hoy— la tomó del brazo y caminaron en dirección a la casa de Felicia.

Allison respiró hondo y borró las imágenes que había puesto en su mente.

Entraron a la casa de Felicia y un olor a incienso lleno su nariz. Tomaron asiento en los sillones ya desgastados y esperó.

—Veamos, ¿cómo estas?

—Emm... bien, aunque ayer paso algo muy raro, fue como si Diego estuviera ahí conmigo, incluso juro haber escuchado un te amo, no sé que es lo que paso pero me sentí tan feliz y bien ayer en la noche, fue mágico...

Dijo alucinada.

—Eso mi cielo, fue una aparición, Diego estuvo ahí. Eso es seguro.

—Pero yo pensé que él ya no estaba aquí.

—Mira, para seres como ustedes es anormal que este aquí, él no podrá irse hasta que este completo. Tal vez no me vayas a creer, eso es tu criterio pero cuando nacemos es cierto que nacemos en parejas, pueden ser hombre-mujeres o bien del mismo sexo eso no importa, lo que pasa es que somos separados, nuestra misión en la vida, entre otras, es volvernos a unir para poder alcanzar el nivel de iluminación , claro está que no todos lo logran y no todos nacen con un compañero por distintas razones. Tenemos que viajar a través de muchas vidas para poder tener las experiencias suficientes y poder hallar a aquella persona que se nos a dado. Puedes incluso llegar al máximo numero de vidas pasadas y aún así no poder encontrarlo. A veces es muy difícil por las mismas pruebas que nos ponen en el camino, pero la mayoría lo o la encuentra, solo hay que tener paciencia. Podemos enamorarnos de otro y pasar nuestra vida entera con él, pero cuando llegas a encontrar a esa persona lo sientes, los amores pasado son experiencias que sirven para no dejar ir a esa persona. Esas personas son almas gemelas y a veces para encontrarlas y llegar a estar completos debes incluso ir al otro lado del mundo siguiendo tu instinto.

»Diego y tú. son almas gemelas, pero ustedes han sido algo inaudito, ustedes dos han estado juntos en todas sus vidas pasadas, sin excepción alguna y nunca se les ha permito llegar al nivel de iluminados, han roto las reglas, su conexión es muy poderosa y aún no están listos para traspasar ese nivel. Así que esta es una pequeña prueba del destino y tal vez de "Creador".

—¿Como puedo creerle? —inquirió insegura Allison.

—Porque soy una hechicera y me he encontrado con ustedes un sin fin de veces— Felicia tomó una servilleta de la mesita de centro y la opuso en su mano, acto seguido la servilleta se empezó a hacer bolita sin que Felicia la tocara, Allison contuvo la respiración al ver la acción frente a ella. Felicia por otro lado, estaba acostumbrada, ella sabia que con eso le creería. Después de uno segundo la bolita de papel empezó a arder en fuego, flotando a unos centímetros de las mano de Felicia. Allison se encontraba estupefacta por lo que acaba de presenciar.

—¿Ahora me crees? —preguntó con una sonrisa de lado.

Allison solo pudo asentir y Felicia se veía satisfecha. Si aquella señora podía hacer arder una servilleta sin alguna energía externa, podría ser cierto lo que dice.

—¿Quieres saber que debes hacer para poder estar juntos de nuevo? Ya que, debo decirlo está es su ultima vida. No habrá más oportunidades —dijo muy seria.


Las cartas que le enviéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora