Algo como un beso bajo la lluvia...

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—Es la razón por la cual estas aquí, Allison quieras creerme o no, yo he tenido contacto con él, y sé qué son ustedes y que deben de hacer para poder estar juntos.

—¿A que te refieres con, "sé que son ustedes"?

Felicia solo tomó la mano de Allison, le dio un apretón y sonrió de lado con ternura.

—Seguro estás cansada, has recibido demasiada información por un solo día, continuemos mañana. Debes ir a descansar.

—No estoy cansada, debes de decirme todo hoy, no quiero dormir apenas puedo creer todo lo que me has dicho y no creo poder dormir, me has dado esperanza y tal vez estoy mal pero intentaré hacer todo lo que me pidas. Ya no puedo sobrevivir así un día más.

La mujer de ojos negros y grandes la miro con un poco de tristeza, y pensó, «realmente nunca había visto una conexión tan fuerte. Ellos deben de estar juntos».

—Prometo que mañana lo diré todo, linda, ahora estás muy alterada como para escuchar todo lo que debo decirte, es bastante fuerte, ve a casa y descansa.

Daban más de las 5 de la tarde cuando la puerta de la casa de Felicia se cerro tras ella. Allison estaba alterada pero también tenia el alma calmada un poco, sabía que había esperanza y no la planeaba desperdiciar.

Allison no sabía lo que debía de hacer para poder lograr estar con él, es lo que más teme saber, pero lo haría sin importar nada. Empezó a caminar a paso rápido, quería llegar a casa lo más pronto posible, necesitaba digerir toda la información que Felicia le había dado.

Parada en la esquina esperando un taxi, alguien le toco el hombro, Allison volteo y pudo ver a su mejor amiga.

—Allison, ¿qué hacías en la casa de esa señora? —cuestionó con voz cansada —¿qué es lo que haces, Allison?

Allison frunció el ceño y después sonrió de lado.

—Nada que no deba de estar haciendo, espera, ¿qué haces aquí? —la miró seria —me estabas siguiendo, ¿no? ¿Qué es lo que te sucede? No hago nada malo.

—¿Nada malo? esa señora es una estafadora, he escuchado como engaña a la gente y tú eres un blanco fácil, Allison. Sea lo que te haya dicho no creas en eso.

—¿Qué no crea? Oye, ella me dio esperanza y un poco de calma, le voy a creer, tal vez esto suene loco pero lo voy a hacer, tal vez pueda estar de nuevo con Diego. Voy a agotar todas las opciones, no me daré por vencida.

El tono de voz de Allison subió un poco.

—Para ya, Allison, él ya no está. Ya no más, entiéndelo, él está muerto, y no puedes evitar que lo este, ya basta, solo te estás engañando. Te estás haciendo falsas ilusiones, nada va pasar, no existe la posibilidad de que tú estés con él de nuevo. Está muerto y nunca va a volver. Allison ya para —suplicó, pero Allison la miró con indiferencia.
Hizo la parada al primer taxi que paso y antes de subir la miró.

—Haré todo lo posible para estar con él y créeme que no me importa si me apoyas o no, he sobrevivido así casi toda mi vida, sin algún apoyo de mi familia o amigos así que no me interesa en lo mas mínimo tu opinión o si llegas a creerme. Deja de estar tras de mí, no necesito tu ayuda o que me estés cuidando, lo puedo hacer yo sola.

Dicho eso subió al taxi, dejando a su amiga perpleja, confundida y hasta un poco dolida por aquella mirada y palabras tan hirientes que le dio.
Algo estaba pasando con su amiga y debía de ayudarla. Pensaba cada minuto después de haber ido por su auto y conducido hasta su casa.

Por otro lado Allison no tenía otra cosa en la mente más que todo lo que le había dicho Felicia.
Estar de nuevo con Diego... Esas palabras parecían un sueño.

Llegó a su casa más relajada, tomó una ducha y mientras lo hacía, la idea de volver a estar juntos de la forma que fuera, la hacía feliz.

Ella siempre había creído en la existencia del amor a primer vista, en las almas gemelas, también en la reencarnación de estas y sus viajes a través de varias vidas para poder cumplir algún fin o encontrar a su otra parte. Algunos se reían de las ideas que ella tenía, por eso rara vez hablaba sobre esto con su familia o amigos, todos siempre había sido tan escépticos y obstinados a sus ideas, tanto que nunca dejaban que otros las alteraran o irrumpieran su ímpetu. Ella solía decir que tenían miedo a dejar de creer en eso a lo que se han aferrado tanto por miedo a descubrir algo nuevo, algo que los sacará de su zona segura. Temían a lo desconocido.

Salió de la ducha y después de cambiarse decidió acostarse en su cama, puso algo de música instrumental, aquella que tanto le gustaba a Diego escuchar.
Y los recuerdos empezaron a volar en su mente, con miles de imágenes, los sentimientos venían con ellas, un remolino de emociones, la inundó, algo extraño sucedía. Se sintió llena, un hormigueo empezó a brotar en su frente, algo como un suspiro, lo pudo sentir... Mariposas y ese extraño aleteo en su corazón estaba volviendo, su mente seguía inundada de recuerdos que llegaban de forma ávida, sin detenerse, el aire estaba fresco alrededor de ella, pero las ventas no están abiertas. Otro suspiro en su oído, un hormigueo en su frente, y un roce que dio un suave piquete cosquilloso en está. Su interior estaba pleno. Un sentir la lleno, estaba feliz, empezó a subir desde las puntas de sus pies y lo sintió pasar por todo su cuerpo hasta su frente, de repente tenía ganas de sonreír, las comisuras de sus labios cosquillearon y cuando sonrió escuchó "te amo..." en su oído, fue más un susurro, un te amo débil y fugaz, como una sonrisa, como un beso dado sin aviso, como una caricia o un abrazo en medio de la madrugada, como un abrazo en medio de la noche fría, como un beso apasionada bajo la lluvia. Así se sintió. Una lágrima salió del ojo izquierdo de Allison sin previo aviso, ella seguía sonriendo, estaba llena de felicidad.

—También te amo, Diego... No te vayas.
Suspiró aún sonriendo. No estaba loca, esto es real, lo puede sentir en su piel. Él está aquí.

Las cartas que le enviéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora