Ava no tenía claro cómo llegó a la vieja camioneta sentada en medio de Carol y el hombre del trading post, rumbo a un lugar y con un objetivo que aún desconocía.
Iban por una vieja ruta india que parecía haber estado asfaltada alguna vez, pero que ahora su deteriorada condición provocaba que la camioneta boicoteara continuamente. Frente a ellos iba Dorian conduciendo su motocicleta.
Ava no quitaba la vista del camino tratando de explicarse cómo había permitido que un extraño manejara su vehículo. Todo había pasado tan rápido... Además, una voz interior le pedía que hiciera caso a esos indios.
Al fondo, un gigantesco monolito que bien podía darse el lujo de llamarse montaña, se iba dibujando como el destino al cual se dirigían, un obelisco que cercenaba el horizonte y se erigía como un lugar sagrado.
—Es Shiprock —La suave voz de Carol se escuchaba tensa, con miedo —Vamos a tierra sagrada.
Hasta ese momento la joven no tenía suficiente información, no sólo para sentirse útil, sino para deshacerse del temor y de las dudas. ¿Shiprock? Ese era el lugar al que quería llegar. ¿Cómo era posible que la estuvieran conduciendo justo ahí, si ella nada había dicho de su destino?
—¿Por qué vamos allá?
Carol decidió borrar la preocupación de su rostro y se dispuso a ofrecer una respuesta que le diera un poco de paz a la joven. Ambas se miraron a los ojos y Ava sintió un ligero cosquilleo en la palma; ahí estaba el pequeño atrapa sueños que sin darse cuenta traía entre sus dedos.
—Mi esposo es el Gran Jefe de la tribu diné. Yo soy la guía de la tribu. Durante muchos años mantuvimos el equilibrio entre el pueblo y el mundo exterior; después vino el Gran Cataclismo y ambos nos encargamos de reestablecer el orden y la armonía, de reorganizar a nuestra nación indígena. Ahora vamos hacia Shiprock. Él está ahí muy enfermo y no sabemos qué tiene. Hemos tratado de sacar los malos espíritus, pero no quieren abandonarlo... Se han apoderado de cada una de sus entrañas, desgarrándole también el alma; por eso la nación tiene miedo. La tristeza embarga mi corazón y mi vida se escapa a cada instante que lo veo sufrir.
—¿Por qué está en Shiprock?
—Lo llevamos a la montaña con la esperanza de que su halo sagrado lo conecte con la naturaleza y lo sane, pero no lo hemos logrado. Hoy puede pasar lo peor. A pesar de que estoy segura de que su misión aquí no ha terminado, tengo miedo de que sea la última vez que lo vea. Nuestra gente todavía necesita de su sabiduría, de su guía en estos tiempos aún obscuros.
Ava escrutó con cuidado la montaña a la que cada vez se acercaban más.
—Te llevo a la montaña porque no es casualidad que hayas llegado en este momento. Tal vez tú tengas la solución.
Ava pudo observar el reflejo del ocaso en los ojos de Carol, parecían estar llenos de esperanza y por un momento se sintió responsable de la felicidad o del desasosiego que sufriría el pueblo.
La motocicleta se detuvo y justo detrás de ella la camioneta. Carol bajó y se dirigió rápidamente a una tienda de campaña que estaba en las faldas del gran monolito.
Ava se detuvo a observar que, sin una sola nube en el firmamento, los últimos rayos violáceos del sol dejaban su camino a una obscuridad donde comenzaban a hacerse visibles unas antorchas que iluminaban la tienda. Ava se dirigió hacia allá y Dorian ya la esperaba.
Al entrar a la tienda, su piel se erizó al ver a Carol hincada frente a un hombre mayor que, acostado sobre una manta de piel de búfalo o de oso, sudaba copiosamente; entonces pudo descifrar de dónde venía la extraña sensación que la invadía: no era el calor de las linternas de queroseno; era la evidencia de que el viejo estaba ardiendo en calentura.
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CHLOE
Science FictionGanador 1er lugar en los premios Daher 2022 en Ciencia Ficción. Ganador 1er lugar en los Road Awards 2022 en Ciencia Ficción. Ganador 3er lugar en los Historias Awards 2022 en Ciencia ficción. Historia destacada WttpadCienciaFicciónES de julio a se...