La tranquilidad con la que Poché había pasado su fin de semana era algo con lo que estaba inmensamente agradecida.
Había decidido no salir a ningún sitio a pesar de la insistencia de Juancho par que la acompañara al bar de su novio junto a unos amigos. Poché se había justificado diciendo que se sentía enferma, aunque a decir verdad no era del todo mentira.
Esa mañana después del incidente en la biblioteca regresó a su casa con dolor de cabeza, no entendía del todo que es lo que había sucedido, pero estaba segura de que el incidente con el hombre en la biblioteca había sido real, después de todo tenía un libro en su poder que no tendría porqué estar ahí. trató de no pensar más en eso y dejarlo pasar, guardó el libro en uno de los cajones de su escritorio prometiéndose a si misma que de volver a ver al hombre se aseguraría de devolvérselo.
Ahora caminando por los pasillos de la universidad rumbo a su salón de clase se sintió feliz de que también hubiera podido hacer las correcciones que su tutor le había marcado, además de adelantar un poco más en su tesis lo que significaba que si todo seguía marchando bien la tendría lista y con tiempo suficiente antes de la graduación.
Sin embargo, su buen humor no le duró mucho en cuanto una voz terriblemente familiar sonó a sus espaldas.
—Hola Garzón — giró los ojos y volteó para encontrarse con una Fernanda sonriente.
—Hola Fer, ¿cómo estás? — habló tratando de disimular el fastidio en su voz.
—Bien — la chica se acercó — aunque ahora que te veo mucho mejor — le habló despacio muy cerca de su rostro — ¿No te alegra verme Garzón?
Poché soltó un suspiro y negó con la cabeza, ya había tenido suficiente de las insinuaciones de Fernanda y de que no entendiera sus indirectas de no querer nada con ella.
—Ok Fernanda, traté de ser sutil pero evidentemente no funcionó — le habló seria y alejándose de ella — Escucha, reconozco que me la he pasado evadiéndote simplemente porque no me interesa tener algo contigo o repetir lo que pasó aquella vez en la fiesta — la pelirroja la miraba fijamente con una expresión que Poché no era capaz de descifrar — No sé que te hizo pensar algo más, pero lo cierto es que tanto tú como yo sabemos que aquello solo ocurrió porque estábamos borrachas y nos dejamos llevar por el momento pero nada más, y siento de verdad que pensaras otras cosas.
Fernanda no le había quitado la mirada de encima, su sonrisa había desaparecido mientras escuchaba a la pelinegra hablar. Poché tragó grueso al ver que Fernanda no decía nada, ambas se mantuvieron en un silencio que comenzaba a incomodarla.
Fernanda se cruzó de brazos y sonrió de medio lado.
—Hasta que lo dices Garzón — dijo de pronto, dejando a Poché totalmente confundida. Fernanda soltó una carcajada al ver el rostro de Poché — No pongas esa cara Garzón, la verdad es que a mí tampoco me interesas.
—¿No? — Poché preguntó sin entender nada.
—Claro que no, sólo me divertía ver cómo huías de mí sin motivos así que decidí molestarte hasta que tuvieras el valor de decírmelo — la pelirroja se encogió de hombros — y como al fin lo conseguí puedes estar tranquila — finalizó dándole un guiño.
—Bueno, algún karma debo de estar pagando para tener que toparme contigo desde temprano — ambas chicas miraron hacia donde provenía la voz para encontrase con Juancho quien las veía con los brazos cruzados — Sabes Fernandita, estoy considerando muy seriamente solicitar una orden de restricción para ti.
—Tranquila fiera — Fernanda se acercó a él — Pochitas y yo sólo estábamos conversando — la chica miró a Poché con una sonrisa — y como ya terminamos, es toda tuya — Fernanda le dio un último guiño a Poché antes de voltearse hacia Juancho quien miraba a su amiga y tomándolo completamente desprevenido le plantó un beso en la mejilla — Adiós galán, adiós bombón — se despidió de ambos amigos empezando a caminar en dirección contraria, dejando a ambos chicos completamente pasmados por lo que acababa de ocurrir.
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Tiempo y Destino
FanfictionCuánto tiempo necesitas para que tu destino se cruce con el de otra persona...