Beep… Beep… Beep…
El incesante sonido de la alarma la hizo revolverse en su cama, sacó un brazo de debajo de las sábanas y tomó su teléfono de encima de la mesa de noche para verificar la hora.7:00 am.
Soltó un bufido y volvió a acomodarse bajo las sábanas.
Toc…Toc… Toc…
Los toquidos en su puerta la sobresaltaron, escuchó como era abierta y luego el modo en el que alguien sacudía su hombro.—Daniela, es mejor que te levantes si no quieres llegar tarde —Daniela reconoció al instante la voz de su madre.
—Mmm — se quejó la castaña, rehusándose a moverse de la cama.
—Dani, tu papá no debe de tardar en estar listo y a no ser que quieras que el avión te deje será mejor que te apures — advirtió su madre al tiempo que abría las cortinas de la habitación.
—¿Avión? — la castaña levantó el rostro confundida — ¿Cuál avión? — cuestionó a su madre.
—Ay Dani, será mejor que te des un baño para que despiertes — Mafe le dijo a su hija riendo al verla confundida —Y apúrate porque ya es tarde y el desayuno está listo. — le recordó saliendo de la habitación.
Daniela se incorporó y permaneció sentada sobre la cama tratando de ordenar sus ideas. No recordaba nada sobre un viaje, aunque la maleta que estaba recargada en la pared al lado de la puerta y los documentos encima de ella eran una prueba de que efectivamente ella iba a viajar.
Sacudió su cabeza y se levantó de la cama suponiendo que la fiesta de la noche anterior solo la había confundido. Se encaminó hacia el cuarto de baño pero se detuvo de repente teniendo una sensación extraña, se volvió y revisó todo su entorno, aunque todo parecía normal había algo que no supo identificar, algo que parecía haber cambiado.
Revisó cada rincón con la mirada hasta que fijó su vista en el espejo, su reflejo era claro, sin embargo, estaba convencida de que había algo diferente.—¡Daniela…! — el grito de su madre la hizo reaccionar, sacudió su cabeza alejando sus pensamientos y se fue al baño, tal vez una ducha era lo que necesitaba para aclarar sus ideas.
° ° °
Poché había perdido completamente la noción del tiempo que llevaba mirando el espejo, aunque la verdad era que no se veía a ella, más bien su atención estaba en tratar de identificar porque se sentía como si hubiera algo que la llamaba.—¿Por qué me siento así? — se preguntó a sí misma mientras revisaba toda la superficie del espejo con la mirada.
—¿Estás tan embelesada contigo misma, que no puedes dejar de mírate? — Poché volteó al oír la voz encontrándose con Juancho quien la veía con una sonrisa mientras se recargaba en el marco de la puerta con los brazos cruzados.
—¿Cuánto tiempo llevas ahí? — preguntó la chica sintiendo como sus mejillas se ruborizaban.
—El suficiente para darme cuenta de que no me hacías caso por más que te hablaba — Juancho rio al ver el rostro completamente rojo de su amiga — ¿Ya estás lista? — le preguntó.
—Sí, ya — confirmó la ojiverde —¿Abi y Juli? — preguntó.
—Las vemos en el aeropuerto — respondió Juancho —Vámonos o llegaremos tarde y no tengo las más mínimas ganas de perder el avión.
Juancho tomó la maleta de Poché y salió de la habitación, la chica se acercó a su mesa de noche para tomar sus documentos y su celular y seguir a su amigo, sin embargo, antes de cruzar la puerta se giró cuando algo llamó su atención. No estaba del todo segura pero habría jurado que pudo distinguir el reflejo de algo que se había movido sobre la superficie del espejo. Decidid a averiguar que había sido aquello comenzó a acercarse lentamente.
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Tiempo y Destino
Fiksi PenggemarCuánto tiempo necesitas para que tu destino se cruce con el de otra persona...