Desesperado

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Yoongi no dejaba de sollozar, le había contado toda la verdad del "Tratado 21" a Jin, necesitaba desahogarse con alguien y para su suerte Jin demostró ser el amigo que necesitaba en aquellos momentos.

-No puedo creerlo Beta, eso es horrible

-Lo sé, en verdad me siento tan inútil y humillado, de alguna u otra forma estoy obligado a complacer las necesidades de los Alfas... me siento... realmente miserable...

-¿ves? te dije que cada vez te parecías más a un Omega

-Si así fuera ya estuviera preñado

-No te puedo regañar en estos momentos porque esto es más grave de lo que imaginé, bueno ahora sí voy a checarte

-Por favor hazlo

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-¿Y bien Jin? dime por favor que tienes buenas noticias

-Lo lamento mucho Yoongi, pero es tal y como esperaba, aún nada...

-¡No! ¡¿Porqué no?!

-Tu tratamiento recién comienza, tu organismo a pesar de presentar cambios notorios necesitan de reposo, necesita pasar tiempo para que se consolide tu matriz, de otra forma no habrá manera de que puedas quedar en cinta. Lo siento Beta, pero solo debes esperar

Yoongi se desanimó tanto que comenzó a llorar

-Oye Yoonie, por favor no llores, se que estás desesperado y que todo en estos momentos se complica, pero te prometo que tu tratamiento va muy bien, tu cuerpo está excelente, estás sano, en poco tiempo podrás obtener una familia...

-P-pero... la necesito ahora- dijo entre hipeos-

-En serio lo lamento Yoongi, pero solo necesitas esperar- El Omega abrazó a su amigo, necesitaba consuelo y le brindó su calor y su cariño, no iba a dejarlo solo, podía sentir lo asustado que Yoongi se encontraba y eso le preocupó más

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Después de un buen rato de silencio y abrazos, Yoongi parecía más calmado

-¿Estás mejor?, ¿necesitas algo?, ¿tienes hambre?

-Gracias Jin, pero simplemente estoy cansado

-Si quieres recuéstate en la camilla y duerme un rato, iré por una manta para calentarte

-Gracias Omega

Jin sonrió y salió de la habitación, Yoongi estaba confundido, desesperado y aterrado por lo que le sucedería ahora, se recostó y miró al teco un buen rato hasta que Jin regresó con un par de almohadas y la manta prometida.

-Ya llegué, toma, espero que con esto te sientas un poco mejor

-Gracias

Jin acurrucó a el beta entre las almohadas y lo cubrió del frío

-Bueno, descansa, sabes que si necesitas algo solo grita o llámame

-De acuerdo

Jin dejó un beso en la frente de su amigo, Yoongi se sorprendió un poco, pero le hizo sentir mejor aquel acto tan cariñoso. Cuando el Omega salió de la habitación, Yoongi no dejaba de pensar en que solo llegarían problemas a su vida sino lograba dar descendencia a la familia Park pronto, no sabía que hacer, no dejaba de llorar y su vista ardía y se nublaba debido a la hinchazón de los párpados del Beta, se sentía tan impotente, quería hacer algo, quería actuar de una vez por todas. Fueron cuestión de minutos los que transcurrieron en los que el Beta no dejaba de dar vueltas a la sala, inspeccionando cada gabinete en busca de algo que le pudiera ayudar; hasta que finalmente en uno de los gabinetes del consultorio encontró una hielera, el Beta sintió curiosidad al verla, la abrió y notó que eran una docena de jeringas con un líquido rojo espeso bastante obscuro, muy parecido a la sangre, pero este "líquido" era muy grumoso, y al leer las etiquetas se dio cuenta que eran las hormonas Omega que Jin le ha estado administrando una vez a la semana. En ese momento Yoongi estaba fuera de sus casillas, tan desesperado que sin pensarlo las tomó y apuñaló su vientre bajo, clavando las doce jeringas juntas.

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Jin se encontraba en el segundo piso del consultorio en donde se encontraba su habitación y su pequeño apartamento al que llamaba hogar, se encontraba cocinando la cena pues tenía pensado preparar algo delicioso para el Beta y subir sus ánimos, hasta que algo lo alarmó, comenzó a sentir el fuerte aroma de cobre y como la esencia de Yoongi la cual era el tenue aroma de su Alfa iba disminuyendo hasta el punto de casi dejar de existir. Esto lo asustó tanto que dejó de lado la cena y bajó corriendo las escaleras. Al llegar a la puerta de la habitación en la que había dejado dormir a Yoongi, el fuerte olor a sangre golpeó sus fosas nasales, miró por debajo de la puerta y se percató que en un oscuro charco de sangre comenzaba a escurrir.

-...mierda



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