Capítulo 11

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*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo y los capítulos anticipados en Patreon.com/chispasrojas.

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Capítulo 11. Duelo dulce

Jungkook se despertaba despacio, estirando los músculos de la espalda y dándose la vuelta en una cama que no era la suya. Reparó en ello unos minutos después, con el cerebro frito consiguiendo filtrar la suficiente sangre para recordar a Kim Taehyung. Todo lo sucedido el día anterior. Su golpe bajo la lluvia. Su fortuito encuentro en la calle. Descubrirle llorando. En silencio, durante tanto tiempo, mientras él entrelazaba su mano. Taehyung sufriendo, irritado, sonriendo, ruborizado. Jungkook se levantó con una fuerza renovada, se pasó una mano por el cabello y dio una vuelta por el apartamento silencioso tratando de despejarse.

Pasó por el cuarto de baño para atender a sus necesidades, lavarse el rostro y peinarse un poco. Luego se apoyó en el marco de la puerta de su habitación, Taehyung estaba durmiendo bocarriba con la cabeza a los pies de la cama y con la almohada. Su gato gordinflón levantó la cabeza recelosamente, como si le dijera «¿no es demasiado pronto incluso para alguien como tú?». Jungkook se quedó viéndole unos segundos, sintiendo una desconocida pasión por el chico que le desbordaba, y que nunca había sentido antes con ninguna otra persona.

Hasta Buddy parecía adorarle, tal y como él lo hacía, a diferencia de que Jungkook no se había permitido dormir con él...

Suspiró peinándose los mechones de la nuca entre los dedos, y se fue hacia la cocina para preparar el desayuno. Jungkook proveyó de unos sencillos cereales con leche (su arte culinario no daba para más) y un par de cruasanes con un vaso de zumo, que dejó en unos platos sobre la isla de la cocina. Él se mordisqueó un cruasán yendo al salón para recoger lo de anoche, luego regresó a la cocina, donde dejó la vajilla y la bandeja, y siseó al gato, que se desperezaba en el suelo y acto seguido brincó junto al bol de cereales.

Sshh. No es para ti, amigo —musitó el pelinegro a su apeluchado gato, al que apartó de la encimera y dejó de nuevo en el suelo mientras ese le dedicaba una interesante decepción felina.

Jungkook se acuclilló para servirle algo más apetitoso y recomendable para los de su especie, que él recibió igual de encantado y con cara golosa. Después se fue hasta su habitación, se aproximó al borde de la cama observando a Taehyung aun dormido. ¿Se había muerto? ¿O era de los que dormía como un tronco? No sabía muy bien cómo despertarle, si dejar que sucediera de forma natural (aunque por su aspecto diría que podría seguir durmiendo por horas), o ser un poco perverso y despertarle él mismo.

Quizá una brusca sacudida de hombro funcionaría, pero, Dios, un pensamiento más apetecible se cruzó por la mente de Jungkook. Unos besos de buenos días en su nariz y mentón, para después desayunarse esos labios probablemente suaves y adormilados. Pero Jungkook se metió el trozo de cruasán que le quedaba en la boca y lo masticó, diciéndose a sí mismo que eso era lo máximo que iba a aspirar esa mañana.

De repente, Taehyung se giró en redondo y golpeó el brazo de Jungkook con el suyo, sobresaltándose y soltando un sonido ininteligible que provocó a Jungkook una risa en voz baja.

—Tae —susurró, inclinándose—. ¡Tae!

—Mhn, mhn, mh —pujó el otro, revolviéndose.

—Vamos, no pretenderás que te levante de un beso. No es para nada mi estilo.

Abrió los ojos hinchados un poco y descubrió a alguien que se parecía Jeon Jungkook, mirándole algo ceñudo y divertido. Taehyung se sobresaltó a lo grande, le soltó un manotazo en la cara que le golpeó en toda la nariz y se agarró a la almohada como si tuviera que defenderse de un depredador carnívoro.

Malos Hábitos [Bet On It] ✧ KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora