Capítulo 33

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*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo y los capítulos anticipados en Patreon.com/chispasrojas.

Escena versátil. Por favor no insulten a los personajes, ni dejen comentarios desagradables o serán automáticamente silenciados. Gracias!

Capítulo 33. Stendhal

Los cubiertos estaban sobre la mesa, los recipientes de cartón se hallaban vacíos y manchados, con restos de comida y los palillos utilizados. Jungkook regresó del dormitorio, Taehyung estaba sentado en el sofá, descalzo, con el lanudo gato entre las piernas flexionadas, recibiendo sus caricias en la panza.

—Oh, esa peli la he visto —señaló al televisor.

Jungkook se aproximaba con un semblante muy serio, ofreciéndole el sobre beige que había guardado por semanas entre los dedos. Habían cenado, reído, compartido anécdotas, pero llegaba el momento de centrarse en otra cosa.

—Se lo pedí a mi padre hace un tiempo —expresó el azabache, atrapando su mirada—. Me dijiste que Leo te había dicho que tu padre trabajó en la empresa, y quería saber más.

Taehyung le contemplaba con ojos muy abiertos, la pinza de sus dedos sujetó el sobre. Buddy pegó un salto desde sus piernas al suelo, largándose orgulloso, al tiempo que Jungkook se sentaba sobre la mesita café, clavando los codos en las rodillas.

—No lo he mirado por respeto a vuestra privacidad —le oyó decir—. Pensé que lo mejor sería entregártelo a ti.

En el más estricto silencio, Taehyung deslizó el pulgar por la solapa del sobre y la levantó para extraer el contenido. Era un expediente laboral sellado por Jeon Enterprises. El joven inclinó la cabeza sobre el documento, y pasó página con los dedos, mientras su vista se empañaba.

—Eh, ¿Estás bien? —preguntó Jungkook, apretándole el hombro con una mano.

Taehyung se relamió los labios, parpadeó repetidas veces para que sus lágrimas se evaporaran, y, aun así, tuvo que escurrir los dedos bajo un lagrimal traidor, que osó por desbordar su emoción en una concentrada lágrima. Jungkook no tardó en abordarle, se desplazó de la mesita café a su lado, en el sofá, y le atrajo bajo un brazo a él.

El sobre y su contenido quedó a un lado del sofá, pues el castaño correspondió a su gesto, hundiéndose en su regazo. Le rodeó la cintura con un brazo lánguido, y se relajó durante largos segundos, que se convirtieron en minutos, abrazado perezosamente a él. El compás de su respiración, y el bienestar que sentía se llevaba todo cuanto osara atravesar su mente en ese momento. Jungkook dobló la cabeza hacia él, la respiración que escapaba de sus fosas nasales le acariciaron la frente. Taehyung le estrechaba, sentir el calorcito de Jungkook, y tenerle pegado a él era inexplicablemente agradable.

—¿No debería habértelo dado?

—No. Su historial es impecable —le sorprendió Taehyung en voz baja.

—¿En serio? —Jungkook parpadeó, deslizó una mano por su hombro, acariciándole de arriba abajo el brazo.

—Han pasado diez años. El alcohol jugó con su vida personal, y hundió todo lo demás.

Su mente viajó por su infancia, deteniéndose en su madre, y luego en Leori. Su hermano era quién necesitaba realmente aquello, no él.

—Por lo visto, a mi madre también —compartió Jungkook en su cercanía.

Había liberado aquello como un pensamiento en voz alta, no como si abriera un debate. Sus vidas habían sido distintas en cierto sentido, pero tanto él como Taehyung habían sobrellevado la falta parental, tanto de un lado como de otro. Por eso mismo, Jungkook le comprendió tan rápido cuando el joven le habló de su padre, y no mucho después, Taehyung estuvo ahí, en cuanto él quiso expresar el dolor provocado por la ausencia de su madre.

Malos Hábitos [Bet On It] ✧ KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora