Malos Hábitos [Bet On It] ✧ KookV

Capítulo 19

*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo y los capítulos anticipados en Patreon.com/chispasrojas.

Capítulo 19. Recalibrando

Taehyung abrió los ojos lentamente junto al pelinegro. Jungkook parecía estar profundamente dormido, con la respiración profunda y acompasada. Recordar los hechos nocturnos le provocaba una sensación de mariposas en lo más profundo del estómago. Jungkook diciendo que también le amaba era lo que realmente hacía latir su corazón más rápido. En algún punto inconcreto de la noche se habían quedado dormidos y acurrucados, mientras hablaban de cualquier cosa. Ahora, Taehyung podía sentir el frío sobre la piel de sus brazos desnudos (que habían estado por encima del edredón), y el termostato de la calefacción central parecía haberse apagado hacia la mitad de la madrugada. Apenas una luz blanquecina entraba por las ventanas, pues además de tener las cortinas semi transparentes corridas, el cielo parecía estar todavía cargado de nubes pesadas.

Taehyung observó el perfil de Jungkook profundamente dormido, cabello oscuro y hecho un desastre sobre las almohadas, cara hinchada, párpados rasgados y cerrados. Labios rositas entreabiertos que le dotaba con un aspecto de bebé mientras respiraba. Torso cremoso tapado por las mantas. Taehyung estiró un brazo bajo las sábanas y estrechó al joven por la cintura buscando el calorcito que necesitaba. Reposó la cabeza en el hueco de su cuello cerrando los ojos, después de todo, era su lugar favorito y ya lo tenía más que decidido. Un lugar donde encontrar paz y seguridad. Jungkook tenía su propio perfume sobre la piel. Taehyung aún no era capaz de asumirlo. No se trataba de su ropa, ni de un olor artificial. Podía ser una mezcla de una docena de cosas y a la vez de nada. Pero eso era lo que le encantaba.

Acarició su piel por debajo de las mantas. No era una caricia exigente ni pretenciosa, y Jungkook también reacción bien..., tras unos besos que acababa de repartir por su cuello. Su propio cuerpo se lo indicó endureciéndose y rozando sobre su abdomen. Taehyung se ruborizó recordando la evidencia de que aún permanecían completamente desnudos. Y aunque el azabache se resistía a despertarse esa mañana (en la que sin duda llegarían tarde a sus clases), consiguiendo un aspecto muy adorable a pesar de su erección bajo las sábanas, Taehyung se impulsó a levantarse despacio antes de que aquello se pusiera más caliente de lo que planeaba.

Dio unos pasos por la habitación andando con la alfombra de algodón con los pies descalzos. Se agachó buscando su ropa esparcida por la habitación del chico (su ropa con el resto de sus cosas y el pijama se hallaba en la habitación de invitados), así que él recogió la camisa de cuadros de Jungkook para ponérsela. Aquello era demasiado cliché para ambos, pero a Taehyung le parecía lo suficientemente divertido, comprobando que la talla a ambos les quedaba enorme, hasta el punto de cubrir el principio de sus muslos.

Taehyung asomó la cabeza tras la cortina translúcida y descubrió una mezcla entre lluvia silenciosa que se convertía en nieve, acumulándose ligeramente en las calles. Suspiró encantado, y le apeteció dar saltitos pensando en que, si las temperaturas descendiesen un poco más, aquella nieve podría cuajarse en grandes cantidades. Se movió hacia la alfombra de nuevo sintiendo los pies helados por culpa del suelo, y pensó en lo mucho que le encantaría meterle un bolazo de nieve en la cara a Jungkook. Aunque Jungkook, conociéndole, probablemente se vengaría con algo peor.

El muchacho entró con una sonrisita en el baño para hacer sus necesidades, vislumbrando que el baño personal del chico era enorme. Una bañera de hidromasaje con una ducha aparte, cubierta por una bonita mampara semitransparente, un par de estantes que colgaban de una pared con un montón de jabones y lociones. El lavabo y el inodoro tenían unos toques dorados, y la pared estaba revestida por losetas de mármol del mismo tono tostado. Un espejo enorme, que tenía unas barras de luz muy brillantes, se encontraba frente al lavabo, y su reflejo le devolvió la cara de asombro.