Capítulo 01

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*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo y los capítulos anticipados en Patreon.com/chispasrojas.

Capítulo 1. Todo lo que sube, baja

Seúl

23.53 P.M.

Jungkook bajó de la motocicleta, un hermético casco le cubría la cabeza. Vestía un pantalón vaquero negro, ceñido, que marcaba nítidamente la curvatura de sus atléticos muslos. Una camisa oscura, cuyo cuello se encontraba abierto bajo unos despreocupados botones. El borde de la prenda se arremetía bajo el pantalón, donde una brillante hebilla apretaba un cinturón a sus caderas. Él deslizó la cremallera de la cazadora de cuero negra hacia arriba, cerrándosela hasta la mitad del pecho. A continuación, se sacó el casco de la cabeza, dejando a la vista el cabello negro, de mechones largos y peinados hacia atrás. Los lados de las sienes estaban rapados, dos aros plateados pendían de cada una de sus orejas. Sólo tuvo que pasarse una distraída mano para asegurarse de que el cabello permanecía en su sitio. La música retumbaba con fuerza, provenía de la enorme casa de su amigo, frente a la que había estacionado. Él guardó el casco bajo el asiento de la moto, cerrándolo posteriormente con llave.

La noche oscura, fresca y estrellada. El parloteo de los asistentes rebosaba en el interior. Atravesó el enorme porche pisando el césped cortado, se dirigió a la puerta de la casa y pulsó el interruptor que emitió un sonoro y melodioso ding dong sobre la música.

Era la casa de su mejor amigo, Park Jimin, la cual se encontraba libre durante el fin de semana gracias al viaje previsto de sus padres. Y, cuando los parientes de alguien se ausentaban, ¿había algo mejor que invitar a media universidad para celebrarlo? ¡Por el amor de Dios, eran universitarios! Ellos vivían de sueños, alcohol, música, chicos/as, y comida basura. Los fines de semana la única meta era emborracharse y liarse con alguien a quien olvidarías al día siguiente.

Alguien le abrió la puerta a Jungkook, y tan pronto como lo hizo, despareció llevándose una bebida en la mano. La entrada era como la recordaba, amplia, con un gran recibidor y una escalera que ascendía al primer piso. Al fondo, una puerta de cristal revelaba el jardín y una parte de la piscina.

Jungkook caminaba entre la multitud de asistentes, arrastraba unas pupilas por encima de todos; no conocía ni a la mitad, pero tampoco era como si le importara lo más mínimo. Había una pareja de jóvenes dándose el lote de manera agresiva junto a la escalera. Dos chicas besuqueándose en un juego de la botella. Un grupo de tipos borrachos vitoreando como animales. Varias camarillas arremolinadas, divirtiéndose en conversaciones que cruzaban entre unos y otros, quienes acto seguido, levantaron la mirada y saludaron a Jungkook de forma variada; desde un gesto de cabeza, a un movimiento de mano, pasando por saludos más que animados.

Él levantó el mentón y se encargó de pasar de largo, buscando su zona más afín. Le echó un vistazo a la enorme y preciosa cocina: había cajas de pizzas amontonadas sobre la isla de mármol, varias decenas de vasos de plástico, servilletas de colores, y más gente que no le importaba ni un comino. Al junto al salón, Jungkook vislumbró a un grupo de personas que se sentaban en círculo, jugando a las cartas sobre una mesa de café.

Namjoon levantó la cabeza y le guiñó un ojo a Jungkook, acto seguido soltó todas las cartas de su mano bocarriba y fulminó a sus contrincantes de la mesa. Dos de ellos se levantaron, a llevándose las manos de la cabeza.

«Apuestas en la casa de Jimin. Espero que no estén jugándose más que chicles», se dijo mentalmente Jungkook. Agarró un vaso de plástico vacío, y nada más alzarlo entre los dedos, una chica le asaltó con una jarra de ponche de color rojizo.

Malos Hábitos [Bet On It] ✧ KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora