Malos Hábitos [Bet On It] ✧ KookV

Capítulo 22

*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo y los capítulos anticipados en Patreon.com/chispasrojas.

Capítulo 22. La fiesta de la Hoguera

Varios jóvenes estaban sentados cerca de la hoguera, cuyas llamas se elevaban hacia un cielo oscurecido, color índigo y despejado excepto por los restos de alguna nube fraccionada. La noche, junto a la candela, estaba siendo cálida y agradable, con las notas del mar salado de fondo.

—Hace aproximadamente diez años, oí la noticia de que una chica que trabaja en uno de esos bares —comentaba Eunji—, vio una luz en aquella dirección —señaló hacia la zona rocosa de la costa—. Así que se vino aquí con el equipo necesario, por si tenía suerte y conseguía grabar algo.

—¿Y qué era? —sonrió Jimin nerviosamente.

—La gente no habla de eso por aquí —añadió una chica, interrumpiéndoles.

—¿Habéis visto la cueva que está en el acantilado, junto al mar? —formuló Eunji, girando la cabeza hacia allá.

Taehyung asintió cuando ella le regaló un rápido vistazo, antes de volver a su labor de relatar con un tono misterioso e intrigante.

—Pues, la chica que entró jamás salió. La echaron en falta en el trabajo, en su casa, en todos lados, y a todos los que preguntaban señalaban hacia aquel lugar —carraspeó un poco.

—¿Tuvo un accidente y nadie pudo rescatarla? —dudó Hana.

—Nunca encontraron su cuerpo. Pero, bueno, si preguntaseis a la gente de la zona, la mayoría os dirá que esa cueva está encantada. Hace mucho, un barco chocó contra las rocas de la costa, y durante la tormenta, los espíritus de los muertos se alojaron allí. Incluso algunos turistas dicen haber visto restos del barco, y...

Antes de que pudiera hacer nada para evitarlo, la mente de Taehyung ya había creado una imagen muy clara de aquel accidente de barco, la gente muriendo ahogada bajo la fuerza de las olas y contra las rocas, y, por último, los rostros, los cuerpos lívidos y traslúcidos de los espectros de la cueva. Un hombre sin ojos, babeante y con pelambreras intentando atraparle los tobillos y arrastrarle hacia las pozas de agua para asfixiarle en lo más profundo de estas, donde no llegaba la luz. La mujer que había ido a grabar, ahora debía ser uno de ellos y se encontraba en la puerta del acantilado con un vestido harapiento y blanco, mirando hacia el mar tristemente hasta que girara el rostro hacia ti, y te dieras cuenta de que, en realidad, todo ese tiempo habías sido tú mismo... y que te faltaba la mitad de la cara...

—Ya, ya. No digas más —pidió Taehyung, visiblemente turbado.

—Si sigues contando estas cosas, no voy a poder dormir durante una semana —aseguró Jimin, con ambas palmas sobre el corazón.

—Venga, ya. Esas historias son mentira —dijo Minho a su lado, incrédulo y tranquilo, como casi siempre—. No sé por qué os acojonáis tanto.

—¿Y tú como sabes que son mentira? —discutió Jimin con él.

—¿Alguna vez has visto un fantasma? —le soltó Minho, desbaratando cualquier posible argumento—. ¿O a un muerto viviente?

Jimin abrió la boca y luego la cerró, sin decir nada.

—¿Alguna vez te has quemado con una plancha? —soltó Lara.

Minho frunció el ceño y la miró con un parpadeo.

—¿No me hago la plancha? —preguntó, aunque en verdad estaba afirmándolo.

—Pues las planchas queman, ¡aunque no te haya tocado a ti sufrirlo! ¡Lo mismo va por los fantasmas!