*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo y los capítulos anticipados en Patreon.com/chispasrojas.
Capítulo 30. Amigos con derechos
El teléfono no paraba de sonar, y luego de cuatro o cinco intentos por parte de la insistente persona que permanecía al otro lado de la línea, Jungkook rodó hacia un lado de la cama, agarró el teléfono entre los dedos y terminó por darle al botoncito para descolgar la llamada, dejándolo por encima de su pecho. Esperaba que al menos fuera una buena noticia.
—¿Sí...?
—¡Por fin coges la llamada, gandul! —reconoció la voz de Jimin al instante, y el dolor de cabeza se hizo aún más intenso—. Llevo llamándote desde hace diez minutos. Seguidos.
—Lo he notado, créeme.
Jungkook cerró los ojos, recibiendo las decenas de flashbacks de la noche interior con una serie de pálpitos a través de las sienes. Farolillos. Hanboks. Un templo. Besos. Y una barandilla, desanclándose para llevarle a él y a la persona dueña de su pasión a un chapuzón helado. El mínimo de luz de la habitación rozó sus pupilas al volver a desplegar los párpados, escuchaba la risita de su amigo al otro lado tras el comentario «sí que te mojaste anoche, ¿eh?».
—Dime, ¿habéis solucionado las cosas?
—No estoy seguro —murmuró pasándose unos dedos por la sien.
—Pues yo vi anoche a Taehyung muy bien. Minho no intentó zurrarte, y él se la pasó pendiente de ti.
Jungkook parpadeó, observando el techo del dormitorio desde su almohada.
—¿Tú crees?
—¡Sí! ¡Sí! Yoongi me dijo que se te caía la baba. Nos parecías muy mono.
—Yoongi —exhaló Jungkook, pasándose una mano por el cabello despeinado—. Menuda parejita habéis formado...
No necesitó ver a su amigo Jimin para saber que el suspiro que soltó iba acompañado de un fuerte rubor.
—¡Oye...! —farfulló, y luego trató de controlar el tono de su voz—. Nos vemos en los exámenes, ¿vale?
—Hasta mañana —Jungkook esbozó una débil sonrisa.
La línea se cortó poco después, y entonces comprobó la hora en su teléfono. Eran las doce y veinte de la mañana; había dormido bastante. Creyó oír el sonido del ding del ascensor a lo lejos y se armó de fuerza de voluntad para levantarse, suponiendo que su padre, Ami y probablemente Sunmi habrían aprovechado la mañana del domingo mientras a él se le pegaban las sábanas. Nada más levantarse, alcanzó a leer un inesperado mensaje de texto en uno de sus chats.
Hazel (10.56AM): Me harías un gran favor si pudiéramos hablar. Necesito explicarte algo. Si no te apetece, está bien. Estaré en la cafetería de la avenida con la setentainueve, la que está al lado de la tienda de relojes.
¿Hazel? ¿En serio? Llevaban varias semanas sin hablar, desde aquello. Y honestamente, Jungkook sabía que no les quedaba mucho en común para volver hacerlo. Salió del dormitorio pasándose la mano por la coronilla, con aquello dándole vueltas en la cabeza. ¿Y si iba? Hablar y zanjar el tema era lo mejor. Quería pasar página, y quizá, también era lo que Hazel quería.
—He vuelto a por ti—la voz de Ami le detuvo en mitad del pasillo—. Tu papá quiere que te avise de que han reservado una mesa para almorzar con Sunmi. ¿Vas a vestirte o qué?
Jungkook giró la cabeza, estiró los brazos y bostezó perezosamente. Ella estaba totalmente arreglada, como si acabara de llegar del centro, de compras, con su familia. Vestía una faldita corta con volantes, y una blusa que mostraba un pirsin en el ombligo.
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Malos Hábitos [Bet On It] ✧ KookV
FanfictionLibro publicado en físico en Amazon [⋆] Un juego. Una apuesta peligrosa. Jeon Jungkook es un popular universitario, uno de esos niños ricos y playboys de los que todo el mundo habla. Su único problema es que todavía no se ha iniciado en el sexo... A...