Cariño

10 - A mi me gusta que me mires.

¿Como puedo dejar de mirarla? No quiero dejar de mirarla, sus hermosos ojos, su sonrisa, su carita, su cuerpo, sus manos, todo de ella. Esto sigue pareciendo un sueño en mi cabeza, deseando un pellizco para despertar, pero a la vez deseando no despertar nunca más. Hay dos opciones, arriesgar o no arriesgar, arriesgar siempre ha sido la primera opción y no puedo perder sin intentar.

- ¿Estas bien? - Me preguntó tomando mi rostro entre sus manos y la mire a los ojos.

- Si mi reina... Solo pensaba - Dije regalandole una sonrisa.

- ¿En que piensas tanto?

- ¿En serio quieres saber? - Pregunté y asintió - Me preguntó cómo hacer para dejar de mirarte.

- ¿Ya no me quieres ver? - Preguntó y su sonrisa se desvaneció.

- Obvio que si, pero siento que soy una acosadora por mirarte todo el rato.

- Pero, a mi me gusta que me mires.

- ¿No te molesta eso?

- Para nada, mientras me mires a mi nada más - Dijo y sonreí.

- Adueñarse de las cosas sin permiso es hurto.

- ¿Quién dice que no tengo permiso?

- Yo lo dije.

- Según yo dijiste todo lo contrario.

- ... - Abrió su boca y reí.

Escuche ruido del Jeep de Brooke y me quedé en silencio.

- Llegaron los chicos - Dije triste, me dio un corto beso en los labios.

- ¿Porque te pones triste?

- Porque te vas a ir, dijiste que me acompañaba hasta que llegaran.

- Si me pides que no me vaya, no me voy.

- ¿Te quieres quedar?

- Yo siempre me quiero quedar a tu lado.

- Entonces quedate.

- Me quedo.

- Hoooooolaaaaaaa - Entró Brooke - ¿Estaban follando? ¿Interrumpí algo? Puedo volverme a ir - Dijo y morí de vergüenza.

¿QUE DEMONIOS LES PASA A MIS AMIGOS?

- Deja de decir tantas estupideces, Brooke - Le dijo Dante - Disculpenla, se tomó unos tragos antes de venir.

- ¿Estabas bebiendo? - Le pregunté.

- Si, los amigos de mi padre llevaron una botella de vino 1993, algo así y bueno, estuvimos bebiendo un poco - Dijo Brooke.

- Era una cena de trabajo, Brooke - Dije y la escuché reír - No puede ser - Rodé los ojos.

- ¿Te vas a quedar? - Le preguntó Dante a Sadie.

- Si... - Le respondió Sadie.

- Pues hoy te toca cocinar a ti - Le dijo y se fue corriendo.

- ¿Que? - Pregunté - Cariño si ya hemos cocinado - Le dije y se devolvió corriendo.

- A... Tengo hambre - Dijo y se sentó en la mesa.

- Pues sírvete - Le dije.

- Pero... Sirve tu - Me pidió - Estoy cansado - Hizo un puchero.

- Idiota, solo está vez te voy a servir - Le dije y asintió.

Le serví y se sentó en el sofá, se quedó comiendo y yo me quedé con Sadie.