Cariño

29 - Amor, todo esta bien...

Narra Sadie.

- ¡Solo déjame! ¡No me toques! – Escuche a Paula sobre el sonido de la música de mis audífonos y voltee. Se despertó asustada otra vez.

- Amor, todo esta bien... - Me levante rápidamente del sofá y me senté junto a ella en la cama, deje los audífonos a un lado y tome sus manos – No llores mi amor – Seque una lagrima que bajo por su mejilla.

- Ya estoy cansada Sadie, no puedo ni dormir en paz – Lloro, me acomode en la cama y extendí mis brazos. Paso sus piernas sobre las mías y se hundió en mi pecho.

- ¿Puedo saber qué pasa? – Pregunte acariciando su espalda, sus manos estaban temblando.

- ¿En serio quieres saberlo? – Pregunto intentando calmar su respiración.

- Si quiero, quiero saberlo para poder ayudarte.

- Todo empezó cuando tenía 7 años – Dijo y su voz tembló, la abrace aún más fuerte y respire con calma para que me siguiera – Yo era un niña inocente. Si no lo sabias mi papa murió cuando tenía 6 años, estaba pequeñita. Mi mamá se enamoró de un hombre que jugo con mi cabeza, me hizo una psicología barata ¿Cómo no? Tenía ya 7 años, me decía que él era mi papá y yo le decía que no, me hacía regañar con mi mamá pero mi mamá siempre me decía que él no era mi papá pero que respetara. Siempre he sido rebelde y eso es algo que me ha permitido llegar hasta acá. Bueno... Él jugaba con mi mente y con mi cuerpo sin que mi mamá se enterara – Mi piel se erizo y el frio que emitió mi cuerpo la hizo separarse de mi - ¿Qué paso?

- ¿Jugaba con tu mente y con tu cuerpo? ¿Significa que... - Me interrumpió.

- Que me violo, y no lo hizo una sola vez, lo hizo muchas veces pero... - Sus ojitos se volvieron agua y tome su mano – Él tenía un arma en la casa, una pistola. Me amenazo y me dijo muchas veces que si decía algo mi mamá iba a cobrar las consecuencias de mis actos, cada vez que lo hacía sacaba el arma y me la mostraba. Una vez nos dejaron solos a él y a mí en la casa, ese día... - Sollozo – Ese día abuso aún más de mí y yo comencé a llorar, no dejaba de llorar porque me dolía y tenía miedo. Ese día me apunto con el arma y la cargo, me dijo que me callara pero yo no podía, me dolía mucho el cuerpo y me golpeo, seguí llorando y justo llego mi hermano. Empezaron a pelearse con el arma y Bernie salió corriendo, pensé que me iba a dejar sola con el pero no fue así, segundos después volvió con un arma, esa era el arma de nuestro papá, le disparo pero tristemente no lo mato. Si, tristemente porque el merecía morir, lo peor es que dentro de unos años sale en libertad, me da miedo pensar que puede volver a... Violarme o a otras niñas, esto me ha estado afectando mucho y no sé qué hacer. A pesar de todo mi mamá murió poco después de eso, Richard había salido libre y aun no sé cómo lo hizo, volvió con mi mamá y luego lo metieron en la cárcel otra vez.

- Paula, no estás sola mi amor. Siempre vamos a cuidar de ti, tienes 4 cachorros que son capaces de matar por ti y me tienes a mí que soy capaz de lo mismo solo para protegerte. No te va a pasar nada, te prometo que te voy a cuidar todos los días de mi vida para que no te pase nada – Le hable, tome su rostro entre mis manos y me miro con sus ojitos llenos de lágrimas que querían salir – Mirar tus ojos me hace pensar que es contigo con quién siempre quiero estar.

- Si no lloro por una cosa lloro por otra – Dijo y hundió su rostro en mi pecho – Sadie.

- Dime mi niña – Susurre acariciando su cabello.

- Te quiero – Me dijo – A ti y a tus chichis – Sonreí ante su comentario – Pero te quiero más a ti – Me miro y me dio un beso.

- Yo te quiero a ti, nada más a ti – Dije cuando separo sus labios de los míos.

- Gracias por llegar a mi vida – Me agradeció.

- No me agradezcas – Tome su rostro entre mis manos – Si no te hubiera encontrado en esta vida, habría hecho hasta lo imposible para encontrarte en la próxima – Acaricio mis manos y me dio un beso suave, seque la última lagrima que tenía en su rostro y le sonreí – Todo estará bien.