11 - Me hace jodidamente feliz.

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Sentí como la sangre comenzaba a salir de mi boca, mire hacia arriba y el estaba ahí, sentado sobre mi.

- Ya dejame, por favor - Rogué llorando.

- Callate perra - Dijo y me dio un puñetazo, solté un gemido de dolor - No hagas ruido - Me dio otro golpe.

- Ya por favor - Lloré.

- Eso te pasa por decir mi nombre ahí, maldita puta - Me volvió a golpear, sentí el impacto en mi mejilla derecha, el dolor, como si te dieran un batazo - Te dije que te callaras la boca, no lo pudiste hacer perra de mierda - Me volvió a golpear, se levantó y me quedé ahí tirada, sacó una Glock y me apuntó - Hasta hoy llegas perra - Le sacó el seguro.

- ¡No por favor! ¡Ya! - Rogué y escuche el ruido ensordecedor del disparo - ¡No! - Grite y me levante de golpe.

- ¿Que pasa? - Escuché a Sadie y se levantó de la cama - ¿Que pasó? - Me preguntó y se acercó a mí - ¿Por qué lloras mi amor? - Preguntó tomando mi rostro entre sus manos.

- ¡¿Que pasó?! - Entró Dante con un palo de golf.

- ¿Que sucede? - Entró detrás de él Brooke y lo empujó - Tengo una cuchara y no tengo miedo de utilizarla - Dijo y apuntó a todos lados.

- Nada - Me levante de la cama y me fui al baño, cerré con seguro y me recosté de la pared, seque mis lágrimas e intente calmar mi corazón, el cual está latiendo muy rápido.

- Paula, sal de ahí - Dijo Dante con voz calmada.

No dije nada, abrí la llave del lava manos, llene mis manos con esa agua y lave mi rostro. Otra vez estas malditas pesadillas. ¿Por qué? ¿Hice algo otra vez? No he hecho nada malo, no he hablado con extraños, no he estado cerca de ese hombre. No otra vez, no quiero pasar por esto otra vez.

Las lágrimas se unieron con el agua.

Me aferre a la orilla de cerámica del lava manos como si mi vida dependiera de ello. Mi respiración se entrecorto, no puedo respirar bien, mi pecho está agitado y mis manos temblando, siento que otra vez todo se me viene encima, siento que todo se hace grande, me duele el pecho.

Escuche el timbre sobre las voces de los chicos.

- Paula, mi cielo - Escuche a Sadie - Abre la puerta, te lo pido por favor - Pidió.

- ¡Paula! - Escuche un grito - ¡¿Donde está?! - Es la voz de Bernie, no puede verme así otra vez - Paula, abre la puerta, por favor... - No respondí - Voy a derribar la puerta si no abres - Dijo, se que lo va a hacer, no sería la primera vez que lo hace. Tome la manilla y le abrí, me quedé detrás de la puerta para que no viera mi rostro en éste momento - ¿Que pasó? - Preguntó cuando entró y cerró la puerta detrás suyo, alcé mi rostro lleno de lágrimas y las facciones de su rostro se se relajaron. Me abrazo con fuerza - No va a volver a suceder, te lo prometí antes y te lo prometo otra vez, estoy cuidandote aunque no esté junto a ti, siempre estoy al pendiente chiquita, no va a suceder otra vez - Me habló con voz suave.

- Estoy teniendo pesadillas otra vez, pero se siente muy real... - Lloré ocultando mi rostro en su pecho.

- Ya chiquita - Acarició mi cabeza - Todo pasará, ya verás, pronto no volverás a recordar eso...

- Siempre lo recuerdo... - Dije y mi voz se quebró.

- Un día lo vas a olvidar, el ya está muerto... No volverá a hacerte daño mi niña - Susurro.

- El no, pero hay muchos afuera y... Y nada me asegura... Que no... Me volverá a pasar - Dije llorando, la última vez que lloré así fue hace medio año.

CariñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora