17 - Nunca esta prohibido llorar.

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Narra Paula.

Me gustaría saber que pasa por su cabeza en este momento, saber que está pensando, que está sintiendo, que es lo que le molesta. Verla tan perdida es algo que me hace sentir vacía, si, vacía.

¿Por qué? No lo se, no me gusta verla triste.

- Amor... - Tome su mano - ¿Qué tienes?

- Nada princesa, estoy bien – Me respondió.

- No has prestado ni un poco de atención a la clase, no has mirado tu teléfono y es algo que haces cada cinco segundos.

- Perdón, es que mis padres olvidaron que hoy es mi cumpleaños y bueno sigo esperando que mi hermana me felicite o algo... No quiero que ella también se olvide de que es mi cumpleaños.

- No puede ser – Dije molesta - ¿Cómo es posible que olvidaran algo tan importante? – Me queje.

- No te preocupes ya eso es costumbre, ya no me duele tanto como antes así que no te molestes por eso.

- Obviamente que me voy a molestar por eso, no puede ser que sean así... De verdad lo siento, este va a ser tu mejor cumpleaños, vas a ver.

- Desde hace cuatro años son los mejores, pero solo porque los paso contigo.

- Señoritas – Nos habló la profesora - ¿Están prestando atención o estoy hablando por gusto?

- Disculpe profesora, no volverá a suceder – Me disculpe con la profesora y se fue, siguió hablando de como es el proceso de edición de un libro.

- Ya tú conoces todo eso – Me dijo Sadie y sonreí.

- Más que conocerlos los viví – Le dije alegremente, saco el libro que le regale hace aproximadamente 3 horas o 4.

- Bueno para todo escritor es un poco difícil ver cómo cambian las palabras de su libro, como lo redactan y todo eso, para eso hay varias personas que ayudan a editarlo, corregir sus errores y cambiar palabras.

- No es difícil, te llena de satisfacción ver como hay personas que te ayudan para que tu libro o novela sea mejor, no le veo lo difícil. Si es molesto que te digan que le van a cambiar tal palabra y así, pero es muy lindo todo ese proceso – Hable y la profesora me miro.

- ¿Cómo puedes cuestionarme? ¿A caso lo has vivido? – Me apunto con su lápiz y me miro feo.

- Pues... Sí.

- ¿Tu? ¿La niña problema? ¿Sabes al menos escribir? – Me dijo, oh no, no me vas a humillar bruja.

- Primero, un poco de respeto profesora, yo no soy su amiga y como yo la trato de usted, debería hacer lo mismo. Segundo, no soy la niña problema, soy una de las mejores estudiantes de esta universidad y si tiene dudas con eso consulte con la directora. Tercero, no dude de mis capacidades porque usted no sabe de todo lo que soy capaz yo, se escribir y mucho mejor que usted le puedo asegurar, mi novela es famosa y no he sacado la versión física, dígame usted ¿Su novela alcanzo al menos a ser publicada? Recuerdo muy bien que nos obligó a todos a leerla y resumirla, la verdad no me gusto para nada, tiene mala ortografía y no explica las cosas como debe. Por cierto, si vuelve a intentar humillarme le aseguro que no le quedaran ganas de volver a esta universidad, le aseguro que a todos los que pisoteo piensan lo mismo que yo.

- Eres una insolente, a dirección – Me levante con una sonrisa de oreja a oreja y tome mis cosas, me fui a la dirección y espere en la sala a que llegara la profesora.

- ¿Qué hiciste? – Me pregunto la directora.

- La profesora Finnegan intento humillarme, pero termino más humillada que yo.

- Ay Paula, otra vez con eso.

- Es su culpa, ella no puede decirme "¿Al menos sabes escribir?" Cuando yo, se mas que ella y toda su familia junta, a mi no me va a pisotear ella.

- Eres altanera Paula, muy altanera – Me dijo la directora – Vete, hablare con la profesora.

- Ella me envió acá, no me puedo ir.

- Paula, te estoy salvando de un castigo solo vete.

- Oh, si señora como ordene – Le dije y me fui de allí, camine a la cafetería y me sente en la mesa 4.

- Hola Paula, buenos días – Me saludo Marta, la señora de la cafetería.

- Hola Marta, muy buenos días.

- Hace días que no venias.

- Lo siento Martita, a veces desayuno en casa y no me da hambre.

- ¿Estas dejando de comer cariño?

- No, bueno a veces pero es porque estoy llena o no se.

- No vayas a dejar de comer mi niña ¿Okey?

- Okey Martita, no te preocupes.

- Bueno, tengo que ir a la cocina, permiso.

- Esta bien Marta.

Se fue y saque mi teléfono.

Yo: Mi cielo, estoy en la cafetería por si quieres venir, te invito un café y el almuerzo, pero tienes que venir.

Crush: Pau, no quiero estar rodeada de gente hoy... Estoy triste y quiero estar sola, pero gracias por tu propuesta.

Yo: Nunca vas a estar sola, eso lo tenias que saber desde el principio. No te voy a dejar sola nunca, prefiero verte sufriendo antes que dejarte sola mientras lo haces.

Crush: Es distinto hoy, nos vemos en la salida mejor ¿Si?

Yo: ¿Segura que no quieres un poco de compañía?

Crush: Solo si no dices nada.

Yo: Solo respirare y tomare tu mano ¿Esta bien así?

Crush: Más que bien, estoy bajo el árbol de maple.

Guarde mi teléfono.

- Marta, dame dos latas de Coca-cola por favor – Le pedí a Marta, las busco y me las entrego, junto a ellas me dio dos sorbetes. Le pague – Gracias Marta, nos vemos – Me fui casi corriendo a la parte trasera de la universidad hasta llegar al árbol de maple.

- Hola – Me saludo.

- Hola – Me senté junto a ella, le di su refresco y la mire - ¿Quieres un abrazo?

-Miles si puedes... - Dijo, se recosto en mi hombro y la abrace por la cintura.

- Lamento lo de tus padres, quiero que tengas claro que si ellos no te dan el cariño que mereces, yo te dare el triple sin importar que. Nunca te faltara un feliz cumpleaños o un que linda estas.

- Esta prohibido llorar en la universidad - Me dijo y sonrei.

- Nunca esta prohibido llorar.

CariñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora