25 - ¿Les caigo mal?

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Narra Brooke.

Aún tengo una duda ¿Nathan quiere algo serio o no? Puedo pensar que si, se está tomando todo en serio y eso me agrada, está muy pendiente de mí y cuando lo invite al viaje se emocionó.

- ¿Les caigo mal? – Pregunto Nathan acostándose a mi lado.

- No, son así.

- ¿En serio? ¿Sadie y Calum pasaron por eso?

- No, pero avergonzamos a Paula, es a ver si en serio están interesados en nosotros ¿Entiendes? Si te vas es porque no estabas tan interesado.

- Entonces si me cortan la lengua me voy a quedar – Dijo.

- Eso no es necesario, tampoco lo van a hacer.

- Pero si lo hacen me quedo.

- No te lo estoy pidiendo...

- Lo voy a hacer sin que me lo pidas.

- Oh... - Di un media sonrisa, me abrazo y cerré los ojos.

- Descansa, buenas noches – Deseo, abrace sus brazos y el silencio invadió la habitación.

- Me gustas – Dije, por un momento desee que estuviera dormido pero a la vez deseaba que me escuchara.

- ¿Por qué? - ¿Cómo que por qué imbécil? Dios, los hombres a veces son tan tontos.

- Porque eres muy inteligente, siempre sacas un tema de conversación y no te quedas callado...

- ¿Sabes por qué tú me gustas? – Me pregunto.

- No, no sabía que te gustaba – Respondí.

- ¿Cómo qué no? Si te he robado más besos de los que he dado en mi vida y te he dicho que estas hermosa cada vez.

- Eso lo hacía Paula y también lo hacía Dante, lo vi normal.

- Bueno, tú me gustas...

- ¿Puedo saber por qué? – Lo interrumpí mirando sus manos mientras sus dedos acariciaban mi brazo.

- Porque eres una chica increíble y única... La pregunta es estúpida pero ¿Habéis visto el color de tus ojos? – Reí.

- Obvio, todos los días.

- Me hacen recordar al cielo, si te ponéis junto al cielo puedo decir que eres más hermosa que el cielo, supongamos que tus ojos son el azul – Me soltó y se sentó en la cama, lo mire – Y que el rubio de tu cabello es el sol, y tu piel clara son nubes. Si te vieras en este momento desde mis ojos quedarías en shock, no sé cómo explicar lo hermosa que eres. Dios, a veces me siento y pienso "¿Cómo puedo estar cerca de ella sin morir de un infarto?" Y aun no le encuentro respuesta a esa pregunta. No sé explicar cómo puedo ver el cielo en ti. Eres ese tipo de personas que les cuesta dar cariño pero cuando estás ahí, en ese punto donde ya recibes ese tan pero tan deseado cariño, eres como un ciervo en un campo de flores, como una mariposa volando sobre una margarita, como un oso polar jugando con el hielo... Como... No lo sé, pero eres tan perfecta en cada sentido que me dejas sin palabras.

- ¿Qué estas tratando de decir?

- Yo mejor cierro el hocico, vamos a dormir mejor – Me dijo.

- ¿Me vas a responder?

- Sí, es que mira... Sabes que hay siete maravillas en el mundo y tú eres la primera, que hace convertir a las otras siete en simples monumentos ¿Entiendes? Es que no sé cómo explicar... - Sonreí como una boba – Eres como una noche llena de estrellas y con luna llena, perfecta.

- ¿Quieres que deje de preguntarte ya?

- Me gustaría seguir alagándote pero no quiero que aguantes sueño, tienes que descansar – Me dijo, se volvió a acostar.

- ¿Quieres que te abrace? – Le pregunte.

- Shi – Dijo así, como un bebé, me acosté y coloco su cara en mi pecho, me abrazo por la cintura y suspiro – Hueles a vainilla – Susurro, acaricie su cabello con una tonta sonrisa.

- Duérmete, solo duerme – Le pedí.

- Okey – Susurro, seguí dándole cariñitos y Dante entro, abrió la boca pero le hice señas para que se fuera.

- A él si le haces cariñitos – Me dijo y me apunto con el dedo para luego sacarme el dedo medio.

- ¿Celoso? – Pregunte.

- No, para nada, perra asquerosa – Me dijo y reí.

- Que grosero – Le dijo Nathan.

- Cierra el hocico cucaracha, nunca en estos 7 años de amistad esta castrosa me dio al menos un cariñito, eso que me moría casi todos los días – Me dijo y reí.

- Que mentiroso... - Se colocó ambas manos en la cintura y me miro – Está bien, nunca te di cariño, pero no te trate mal nunca – Le dije y elevo las cejas – Bueno a veces cuando estaba molesta pero sabes que te amo Dante – Me excuse.

- Piri sibis qui ti imi Dinti – Me imito y se fue diciendo pestes entre los dientes.

- ¿No tratas bien a Dante? – Pregunto Nathan.

- No trato bien a nadie, osea yo no le doy cariño a nadie...

- ¿Y yo que? – Pregunto.

- Tu... No sé, duérmete – Le ordene, se quedó en silencio.

- ¿Te puedo dar un beso?

- No, duérmete – Trate de no sonar cansada.

- ... - Se levantó y me miro, me dio un beso y sonreí.

- Ya duérmete – Le dije, se volvió a acostar en mi pecho y se quedó dormido.

Es tan tierno, es como un ogro con las personas pero a mí me trata tan lindo ¿Podre dejar de ser tan seca algún día?

- Mira – Entro Paula y en silencio se acercó a mí – Te juro que si escucho algo abro un hueco en la pared o tiro la puerta. Te lo juro – Dijo y se fue.

- ¿Qué diablos? – Pregunte en un susurro.

Todos están súper raros con Nathan, sé que apenas es la segunda vez que conviven con el pero no entiendo porque tanta inseguridad con él.

Es un buen muchacho, trabaja y cuida de su madre, es solo dos años mayor que yo y va a la iglesia cada domingo, es feminista, tiene dos hermanas menores que él, lo educo su mamá y es "El hombre de la casa" Sé que ellos no saben todo esto pero bueno, es un buen muchacho y nunca ha estado en la cárcel, no como yo que por estar bebiendo con Paula termine en la cárcel con ella, gracias a Dios nuestro amado Dante siempre nos saca de problemas. Nathan se graduó hace un año como cardiólogo, si está ejerciendo su título en el hospital a donde siempre terminamos metidos los tres. Lo conocimos ahí, yo lo vi y le sonreí al igual que él, fue hace 4 meses cuando Paula se cortó sin querer con un cristal porque sin querer rompió el vidrio de mi auto, soy testigo que fue sin querer pero literalmente le llevo 8 puntos el "Accidente". EL fue quien le curo la herida porque ese día el hospital estaba saturado de pacientes, luego de eso me quede sola con el porque le pregunte qué era lo que necesitaba para mantener la herida limpia y pues intercambiamos números por si se infectaba la herida. Hasta ahora hablamos y la herida nunca se infectó, la mano de Paula está en perfecto estado y escuche que se iba a hacer un tatuaje sobre la cicatriz.

Él es el que me ayuda con mis tareas inacabables de la universidad, me explica cada cosa que no entiendo y voy mejor que nunca en la universidad.

Es bueno, sé que en el fondo les agrada pero me están cuidando.

CariñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora