Su instinto de supervivencia se activó y, pese a que su primera reacción fue la desesperación ante la falta de oxígeno, se obligó a mantener la calma unos segundos. Intentaría hacer creer a su adversario que estaba logrando su cometido y, de este modo, reuniría las fuerzas suficientes para luchar en cuanto la entidad desconocida bajara la guardia.
Calmarse un poco le ayudó a darse cuenta de algo. Su enemigo, que estaba a horcajadas sobre ella, parecía ser especialmente ligero, incluso más ligero que Violet, quien era la única persona con la que podía hacer la comparación, ya que solo a Vi le había permitido estar sobre ella.
Asestó un golpe a ciegas y dio con una prominencia ósea parecida a la mandíbula, o la clavícula. Descubrió que se trataba de alguien de contextura delgada y más frágil de lo que parecía. El cuerpo rodó por la cama y cayó al suelo con un golpe seco. Caitlyn se levantó y se abalanzó contra el desconocido, invirtiendo la posición del principio. Todavía no lograba ver claramente, pero abrió la boca para que el oxígeno ingresara a sus pulmones y regresara rápido a su torrente sanguíneo. Entre sus muslos pudo distinguir una estrecha cintura con a penas un trozo de tela que, a modo de crop top, parecía estar ahí para cubrir lo importante. Plantó un puñetazo en el rostro de su rival como Vi le había enseñado. En cuanto sus ojos dejaron de ver borroso y comenzaron a enfocar, lo primero que hicieron fue vislumbrar un grasiento cabello azul, luego unas pecas y finalmente unas ojeras debajo de unos ojos demasiado oscuros.
—¡¿Jinx?! —exclamó.
La joven se valió del asombro de Caitlyn para tomar ventaja y, sin perder un solo segundo, la empujó. La Sheriff se golpeó la espalda contra el suelo y Jinx llevó sus manos al cuello de la chica justo después de sentarse sobre ella.
—¿Eh?, ¿por qué no gimes como lo haces cuando te ahorca mi hermana?, más fuerte, Vi, más fuerte —se burló.
Ese tono chiflado y chillón era imposible de confundir. Definitivamente era Jinx. ¿Cómo se había colado en la habitación?, ¿Por qué tenía que decir esas cosas como si fuera algo de lo más denigrante?, si quería avergonzarla, lo estaba logrando, sin embargo, ¿Qué si Vi la ahorcaba y a Cait le gustaba? El lado racional de la Sheriff quería dialogar, pero su lado instintivo solo quería volarle los dientes a esa loca con un puñetazo y liberarse de una buena vez.
—Eres una perra muy molesta, ¿lo sabías? —continuó Jinx y luego se rió al adivinar los pensamientos de Caitlyn. —Y yo soy una perra loca, ¡ya lo sé!
Sí, Caitlyn supo desde el día uno que para Jinx ella siempre iba a ser una perra muy molesta. Powder también era uno de los principales impedimentos por los cuales Cait no podía estar con Violet.
Aunque algunas veces se mantenía más compensada que otras, aun guardaba ese apremiante deseo por acaparar toda la atención de su hermana. Caitlyn simplemente trataba de no hablar de Jinx cuando estaba con Vi, ya que no estaba segura de querer escuchar como Vi prefería a su hermana, lo cual, siendo objetiva, estaba bien, ya que era la única familia que le quedaba; sin embargo, su lado irracional también quería a Vi solo para ella, pero ella no estaba loca y podía mantener su dependencia emocional controlada.
—Mi hermana no quiere estar contigo, ¿acaso no lo captas?, ¿no lo lees entre líneas? —por obra de su locura y dramatismo, Jinx soltó a Caitlyn y esta tomó una gran bocanada de aire mientras su agresora movía las manos para explicar lo que para ella era tan obvio. — Hasta una loca como yo se da cuenta, ya sabes, ¿has oído toda esa mierda de "no hay excusas cuando alguien quiere estar contigo"? —dijo con naturalidad, soltando una risita tonta.
De pronto, su expresión cambió a una de disgusto y su agarre se hizo más fuerte, golpeando la cabeza de Caitlyn contra el suelo aunque no lo suficiente como para hacerle perder el conocimiento.
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The Dark Side [VixCaitlyn]
FanfictionLa Sheriff de Piltover, Caitlyn, tiene una relación demasiado cercana y sospechosa con la Jefa de la guardia de Zaun, Vi. Los rumores recorren las calles. Insólito. Imposible. Ellas son como el agua y el aceite. Ambas buscan el mejor momento para h...