6 meses después
Jayce y Mel estaban en el salón principal recibiendo abrazos y buenos deseos de parte de los invitados que hacían fila para felicitar a los recién casados. Mel estaba cargando a su hijo menor Nix en sus brazos y Damien correteaba por todos lados bajo la estricta vigilancia de Poppy. Andaba trapeando el suelo con su elegante traje en blanco y negro, totalmente indiferente al hecho de que sus padres acabaran de firmar probablemente el acta más importante de sus malditas vidas. Él prefirió andar jugando bajo las bonitas mesas con mantelería de mil hilos y cubiertos dorados. Poppy estaba vestida para una boda del siglo pasado. Su extravagante peinado rococó no había pasado desapercibido pese a su baja estatura. Se arrepintió de haberse puesto toda esa pedrería en el cabello ya que ahora no podía correr lo suficientemente rápido para alcanzar a ese pequeño explorador. Su labor como niñera no daba tregua y al menos no usar sus pequeñas botas anchas con plataforma de cinco centímetros había sido un acierto.
La ceremonia fue sencilla e íntima, reunieron solo a un pequeño círculo y dijeron sus votos de un modo aceptable. Jayce los olvidó, pero improvisó, porque así era él. El líder religioso casi perdió los estribos, sin embargo, ellos solo eran una pareja más tratando de mantener la calma en medio de los nervios y la emoción. Se amaban profundamente y eso lo reflejaban sus iluminados rostros.
No necesitaron mayores ostentaciones. Llevaban seis años de relación y dos hijos. Querían pasar el resto de sus vidas juntos, se habían comprometido el uno para con el otro hacía mucho tiempo sin necesidad de firmar nada.
Finalmente llegaron al salón de eventos sus invitados especiales de Zaun. Viktor traía del brazo a una tímida Orianna mientras Ekko y Vi venían más atrás caminando como los matones que eran, pero vestidos de forma elegante. Parecían los gorilas de Viktor y, hasta cierto punto eso creía él, ya que en todo momento habían caminado guardándole la espalda mientras recorrían el salón de esquina a esquina con la mirada. Era muy probable que solo estuvieran admirando la decoración, más no podían evitar que sus caras lucieran como si estuvieran tratando de ubicar el escondite de algún francotirador.
Jayce abrazó a su mejor amigo por más de un minuto. Viktor le devolvió el abrazo y lo felicitó. Pese a que Jayce percibió bajo el traje entallado de su amigo el metal de las prótesis que le daban esa apariencia más fornida, su abrazo se sintió cálido y esto era la prueba de que dentro de él aun latía un corazón humano que guardaba un genuino afecto por él.
Viktor abrazó de manera gentil a Mel y acarició la cabeza de Nix. Orianna, que no sabía mucho de bodas, solo lo imitó poniendo algo incómoda a Mel que no entendió por qué esa chica la había abrazado por tanto tiempo si se acababan de conocer.
Jayce no pudo evitar soltar un silbido al ver a Vi por primera vez usando un vestido.
—Creo que solo te falta llevar el arma atada un liguero en el muslo.
—No necesito armas cuando tengo mis guanteletes.
Eso fue casi un alago para Jayce. Los guantes de acero se los había obsequiado él.
—Combinan con tu vestido.
—Deberías dejar de coquetear con todo lo que se mueve, niño progreso. Te acabas de casar y te recuerdo que tu esposa está al lado.
—Gracias por recordarme que esta hermosa mujer es mi esposa. Así me convenzo más fácil de que no estoy soñando y de verdad me casé con la mujer más maravillosa que puede existir —comentó Jayce pasando su brazo de manera delicada por la espalda de Mel, e inclinándose para darle un tierno beso que Mel correspondió.
—Iug~ —dijeron Vi y Ekko al mismo tiempo.
De pronto apareció Caitlyn para saludarlos, les extendió una mano manteniendo la serenidad, e incluso hizo un esfuerzo sobrehumano por mantener la decencia y no sonrojarse cuando su mano y la de Vi se tocaron en un cortés apretón de manos.
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The Dark Side [VixCaitlyn]
FanfictionLa Sheriff de Piltover, Caitlyn, tiene una relación demasiado cercana y sospechosa con la Jefa de la guardia de Zaun, Vi. Los rumores recorren las calles. Insólito. Imposible. Ellas son como el agua y el aceite. Ambas buscan el mejor momento para h...