La Maldita Jefa

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El guardia le abrió la puerta. Era un metamorfo de lobo casi tan grande como la puerta misma, pero valoraba su vida y sabía que no debía negarle nada a la jefa de guardia, ya que, si ella quería entrar, entraría así fuera pasando por encima de su enorme y peludo cadáver. 

El burdel ahora estaba a cargo de la sobrina de Miss Babette, Sarah Fortune y, como todo en Zaun, se había adaptado a la nueva generación que tenía fetiches tan secretos y retorcidos como la anterior. Se podría haber terminado cualquier negocio en Zaun con la llegada del nuevo mandato, más no el burdel. 

Vi avanzó por el pasillo sin que nada llamara su atención y se dirigió directo hasta la oficina de Sarah. Golpeó con cortesía, pero firme. 

"Adelante" se escuchó la seductora voz de la encargada. Para Vi aun era extraño entrar y no ver a la arrugada y pequeña Miss Babette. Ver a este mujerón en su lugar era una experiencia casi religiosa. Ahora entendía por qué Ekko no había querido acompañarla. 

Sara descendía de sirenas, lo cual la hacía indudablemente hermosa. Poseía una cabellera bermellón con toques cobrizos y brillantes como el sol, la cual llevaba suelta y decorada de manera delicada con accesorios de piedras preciosas que combinaban con las perlas de su cuello. Llevaba puesto un vestido purpura de lentejuelas con un escote que llegaba justo a la gloria, a Vi le resultó raro no verla usando ninguna de esas blusas con excesivas e innecesarias capas de tela, ni su corsé estrangulador. Ese atuendo estaba hecho para conseguir todo lo que ella quisiera. 

Vi a veces pensaba que de no estar perdidamente enamorada de Caitlyn lo habría estado de Miss Fortune. Luego no entendía su afán por fijarse en mujeres que no le convenían. 

—Violet —la sonrisa coqueta de la encargada no hizo más que acrecentarse. 

—Sarah

Pasó y tomó asiento frente a ella. Charlaron un poco de banalidades por mera cortesía, hasta que, sin rodeos, Sarah le preguntó el motivo que la había llevado hasta ese lugar. 

—Me gustaría creer que solo vienes a divertirte, pero no pareces interesada en ello. 

Chica lista, Vi sonrió de lado y ladeó la cabeza. 

—Me subestimas. Bien podría haberme aburrido de la monogamia. 

—Sea cual fuere el motivo, no te habrás dado el tiempo de venir hasta mi oficina solo para saludar, ¿o sí?

La encargada alzó una ceja de manera retadora y sus labios rojos conservaron su sonrisa seductora. Cruzó inevitablemente sus piernas escondidas bajo el escritorio. Los dedos de sus pies se curvaron dentro de los tacones. Vi no pudo el verdadero poder que ejercía sobre una mujer poderosa en su propio territorio. 

—No te equivocas, sweetheart —le guiñó el ojo. 

Podría haber jurado que los ojos de Sarah brillaron con cierta expectación cuando dijo eso y luego hizo un gesto que para ella era tan natural y sencillo. 

—Pero no vine aquí por lo que crees —aclaró. 

Miss Fortune apoyó su espalda en la silla y trató de ocultar su decepción. Le dio crédito a la jefa de guardia por saber poner a las heterocuriosas en su lugar. 

—Ya se me hacía raro que todos aparecieran justo hoy aquí. 


—Buenas noches, doctor, mi intención no es molestar. 

Vi entró sorpresivamente a la habitación privada que había alquilado el doctor. En el paquete había incluido la compañía de una linda señorita. 

The Dark Side [VixCaitlyn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora