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MARLENIE

Con Dion durmiendo a mi lado agarro mi celular para ver la hora y en la notificación tengo varios mensajes de Vilma, así que al instante los abro.

VIL

Mar, adivina dónde estoy.

No lo puedo creer, definitivamente me voy a casar con este hombre.

¿Estás ahí?

Olvídalo, luego te cuento.

¿Ya cogiste con Dion?

Ruedo los ojos ante ese último mensaje, le pongo que estoy bien y que después hablamos. Dejo el celular bajo mi almohada. Son apenas las nueve de la mañana, es muy temprano y la verdad es que podría volver a su lado seguir durmiendo, pero el sueño se me ha ido de pronto.

Agarro una toalla, ropa cómoda y voy hacia el baño. Me desnudo por completo para luego ponerme frente al espejo, lo hago cada vez que puedo ya que Ashley me recomendó hacerlo y la verdad es que me siento cómoda. Pero también, la mayoría de las veces me siento rara, como si no fuera yo.

Una vez desconocí mi casa como hogar y tuve que voltear a verme las manos. Me encerré entre cuatro paredes y cuando pasé mis manos por mi piel, noté centímetros de grietas... Terreno abandonado.

¿Alguna vez has reconocido tu propio fantasma? Porque es la peor manera de declararte perdida.

Al salir de la ducha, me cambio y desenredo mi pelo para luego secarlo, aplico crema y armo un rulo en el mechón de pelo liso que está cerca de mi nuca. Sigo sin entender por qué tengo justo ese mechón de pelo liso aún con todos mis rizos, si no lo armo queda extraño. Para colmo le tengo que pedir a Amanda que me ayude a teñirlo porque el maldito crece, pero de un color blanco.

Busqué en internet sobre eso y varias personas lo tienen, supongo que es bastante normal tenerlo. Finalmente, salgo del baño después de acomodar todo.

Dion sigue en un profundo sueño así que aprovecho para salir de la habitación por algo de comer. Le pongo seguro a la puerta y al girarme me asusto cuando veo a Amanda delante de mí y cruzada de brazos.

—Ni te molestes en ponerle llave. —Niega con la cabeza y yo no sé qué hacer.

—Buenos días. —Trato de pasarle por al lado, pero me agarra del brazo y la miro.

—¿Quién está ahí adentro, Marlenie? —pregunta sin rodeos y suspiro. Está bien, dile.

—Es Dion. —Admito mirando mis pies y cuando vuelvo a mirarla alzo las cejas al verla con una sonrisa en su rostro.

—¿En serio? —alza las cejas —¿Ya son novios? —Asiento con la cabeza y la rubia da pequeños saltos como si fuera una niña.

—¿Qué te pasa? —la miro extrañada, nunca la vi así. En este momento me gustaría que vuelva la Am fría.

—No lo puedo creer, ¡que emoción! —dice en español algo emocionada y se acerca para abrazarme antes de alejarse —. Estoy tan orgullosa de ti. —Me mira con cierto cariño en su rostro y también le sonrío. A veces se siente bien que me digan eso.

—Iré por un café —murmuro pasando por su lado hasta llegar a la cocina.

—Me iré, no estoy segura de volver antes de cenar, así que, si es así, no me esperes —viene hacia mí para luego darme un beso en la frente —. Si Dion tiene malas intenciones, muéstrale mi frasco con el miembro que está detrás de mi mueble. Ah y me llevo a Tomy —termina antes de ir caminando por el pasillo. Asiento con la cabeza, rodeando los ojos por el comentario del frasco y la despido.

La niña del Área 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora