Capítulo 13. (+21 no explicado)
Amaneció por fin, el día seria triste para ambos, me levante de la cama con cuidado y me di un baño, luego me cambie mis vendajes los cuales estaban rojos de sangre, rato después Dany despertó y se preparó para el funeral de su madre.
-Aquí yace el cuerpo de Luz María de Hernández, que descansé en paz su alma… siempre te recordaremos como la mujer valiente y alegre que fuiste mamá- leyó la inscripción llorando con la voz cortada, la abracé pegándola más hacia mí.
-No estás sola Dany, estoy aquí para ti- intente reconfortarla.
Me dio una mirada gratificante.
-¿Aiden?- solo asentí -¿Por qué hiciste todo esto por nosotros? Me refiero a ¿Por qué tanto afecto y consideraciones?- pregunte.
-Tus padres fueron como mis padres Dany- confese.
Me miro extrañada, le di una sonrisa triste y seguí.
-Mi madre era una prostituta que me dejo en manos de mi padre cuando yo solo tenía unos meses de nacido, nunca supe más de ella, a mi padre lo único que le importaba eran sus negocios, nunca tuvo tiempo para mí, y yo, yo estaba encerrado en una jaula dorada viviendo mi vida atreves de los demás, tu padre siempre trabajo para nosotros así que era de total confianza, tu madre fue contratada como mi nana, ellos pasaban mucho tiempo con migo, hacían de mi vida más tolerable, hablaban todo el tiempo de su bella hija, y aunque suene ridículo me enamore de ti, o más bien de todo eso que me habían contado, todos los días buscaba un pretexto para que me hablaran más de ti, luego mi padre enfermo y murió, ustedes se fueron a Colombia yo era un niño inexperto aun, a los 15 años tu padre se encargó de mostrarme las cosas básicas luego, murió por mi culpa y yo me quede solo- relate.
Hice una pausa recordando mi infancia o la mierda que fue, de mis ojos brotaban algunas lágrimas, luego continue.
-Luego regresaron ustedes, te vi por primera vez en esa sala y solo avivaste más lo que ya sentía por ti, no podía dejar de mirarte y ese carácter que te caracteriza hacía que me volviera loco en el buen sentido, te amo Dany, nunca has sido un juego para mí, mi nana me ayudo un poco a saber más de ti, de lo que te apasionaba, de tus sueños, cada vez que te veía u oía era un disparo de amor directo, nunca me había sentido así por nadie, ahora que paso esto, perdí a mi nana, y estuve a punto de perderte a ti, abecés pienso que no te merezco, es decir has hecho tanto por mí y yo, yo solo te he lastimado, abecés creo que estarías mejor si no me hubiera involucrado en tu vida, estarías a salvo, tu madre estaría viva y tú, tu no estarías llorando- admití.
-Yo… no sabía nada de eso- su mirada viajo apenada hacia la tumba de su madre.
-Mírame Dany, nunca has sido un juego para mí, y si tengo que morir para ponerte a salvo lo are sin siquiera pensarlo me oyes- deje en claro.
Me abrazo -Aiden… te amo…-
-Y yo a ti pequeña mafiosa- le di un beso en los labios, luego de eso regresamos a casa, pasamos el resto del día en nuestra habitación, intente, no más bien obligue a Dany a comer, salí un momento por asuntos del negocio, pero trate de regresar lo más pronto posible.
Durante la noche no podía dejar de pensar en el hecho de que Cédric estaba cerca, incluso tuve algunas pesadillas, el lado positivo Dany no se despertó, el lado negativo, pero no tan importante la herida de bala a mi costado dolía y seguramente había vuelto a sangrar, le reste importancia y trate de quedarme dormido de nuevo abrasando a Dany.
Ya por la mañana me desperté muy temprano ante el llamado de uno de mis empleados, habían enviado un paquete sin precedente, dentro de él estaba la cabeza de uno de mis empleados con una nota que decía:
