Decían que la fe movía montañas, creía que estaban en un error, para mí el dinero era lo más cercano a la felicidad, quien tiene dinero, tiene poder, quien tiene poder, tiene respeto y lealtad, y quien tiene respeto y lealtad lo tiene todo; era el erróneo lema de mi padre, lo creí por un tiempo o al menos quise convencerme de ello.
Hasta que regreso a mí, el resumen de quien soy yo ante su mirada, para ella era simple: un egocéntrico, manipulador, pervertido, el culpable de que su vida fuera una mierda, el asesino de su padre.
El resumen de quien era ella para mí: una diosa, perfecta en todos los sentidos, era mi puta debilidad y por ella… por ella era capaz de dar mi vida sin pensarlos.
Esa pequeña mafiosa era mi puto punto débil.