Prólogo

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Decían que la fe movía montañas, creía que estaban en un error, para mí el dinero era lo más cercano a la felicidad, quien tiene dinero, tiene poder, quien tiene poder, tiene respeto y lealtad, y quien tiene respeto y lealtad lo tiene todo; era el erróneo lema de mi padre, lo creí por un tiempo o al menos quise convencerme de ello.

Hasta que regreso a mí, el resumen de quien soy yo ante su mirada, para ella era simple: un egocéntrico, manipulador, pervertido, el culpable de que su vida fuera una mierda, el asesino de su padre.

El resumen de quien era ella para mí: una diosa, perfecta en todos los sentidos, era mi puta debilidad y por ella… por ella era capaz de dar mi vida sin pensarlos.

Esa pequeña mafiosa era mi puto punto débil.

DEL DIARIO DE UN CABRON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora