Capítulo 15.

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Capítulo 15.

Al día siguiente mientras Dany se fue a “mi funeral” me dedique a entrar a su casa y colocar cámaras escondidas por todo el lugar, por alguna razón no se había quedado en nuestra casa y dudo que se quede ahí.

Gracias a un micrófono escondido que portaba Mónica (a la cual obligué a usarlo) pude oír todo lo que hablaron durante el funeral y como ya había supuesto, Dany se aria cargo de mi empresa, entre otras cosas.

Mi teléfono vibro poco después del funeral y si, era Mónica.

-Hola- respondí de inmediato.

-Solo te llamo para decir que eres un maldito suertudo- soltó.

-O que soy muy inteligente y me hago muy buenos planes- me defendí.

-No te creas tanto idiota… Dany acepto hacerse cargo de la empresa y… acepto mis sugerencias, comenzara mañana-

-Bien, eh… creo que…-

-No me des las gracias-

-No pensaba hacerlo, cuida mucho a mi esposa- advertí.

Y con eso colgué la llamada dejando a una Mónica estérica al otro lado del teléfono, no digo que esto me alegra, porque jamás estaré alegre sin Dany y menos sabiendo que seré papá, tendré un hijo o hija con la mujer que amo, y aunque no pueda estar cerca de ellos, sé que es por su bien y me da paz saber que siguen a salvo.

Al igual que me trae paz el hecho que mis negocios están en muy buenas manos.

Mónica: Oye por cierto felicidades, serás papá muerto.

Sonreí al ver el mensaje, tenía razón seré papá muerto, pero sé que no será para siempre.

Rato más tarde las cámaras de seguridad de mi casa se activaron, Dany había llegado y había entrado sola, recorrió cada parte de la casa seguramente recordando momentos juntos, porque yo también los estaba recordando ahora, llego a nuestra habitación, a esa donde habíamos estado juntos tantas noches, recordé todo, ella por su parte igual, salió al balcón, su paño de lágrimas, lloro, bajo casi corriendo y salió de la casa, me dolía verla llorar y saber que otra vez era por mi culpa.

Después que regreso a su casa le ordene a Toro que pusiera un tranquilizante en su té, las cámaras de su habitación me permitían verla; lloro, grito, pateo algunas cosas y la escuche hablar:

-Te amo Johnson, te amo tanto que duele- dijo entre llanto.

Pasaron algunos segundos cuando se quedó dormida, espere a que el tranquilízate hiciera más efecto y cuando creí que estaba profundamente dormida entre a su habitación usando una de las rutas de emergencia que conecta directamente con la misma, me recosté con mucho cuidado a su lado y pase mi brazo sobre su cintura abrasándola con cuidado de no despertarla, me quede así un rato, luego le di un beso corto en los labios y susurre.

-Te amo pequeña mafiosa-

De sus ojos brotaban pequeñas lágrimas y balbuceaba algunas cosas sin sentido, estaba teniendo una pesadilla, aproveche para irme porque sabía que pronto despertaría y así fue, cuando llegue a mi coche estacionado a algunas calles de su casa, revise las cámaras desde mi celular, Dany se despertó de golpe frotando con fuerza sus ojos, se sentó sobre la cama y paso despierta al igual que yo lo que quedo de la noche.

En las siguientes semanas Dany se la pasaba trabajando hasta muy tarde y cuando llegaba a su casa se encerraba en su habitación a llorar por horas, me destrozaba saber  que era por mi culpa, pasaron ocho meses, hubieron algunos cambios para bien, mi empresa había crecido mucho en manos de mi esposa, ya no llegaba a casa a llorar, su estómago creció y se miraba adorable, yo posiblemente me la allá pasado muy mal, caí en el juego del alcohol muchas noches cuando miraba llorar a Dany a través de las cámaras, le perdí el rastro a Cédric pero al menos ahora sé que el cree que estoy muerto y no tiene intención alguna de acercarse a mi esposa.

DEL DIARIO DE UN CABRON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora