Capítulo 16.

16 3 0
                                    

Capítulo 16.

Me embriague lo que quedaba de la semana y el justo el sábado (día de la bendita de mi esposa con el alemán) llame a Toro.

-¿Dónde está mi esposa?- fue lo primero que pregunte tan pronto respondió.

-Ella… acabo de traerla a casa-

-Ella salió… se vio con…-

-Ella salió a cenar con uno de sus socios, creo que se llamaba Armin, pero…-

-¡¿Pero?!-

-No sé qué paso ahí dentro, pero la cena termino muy rápido y ella salió un poco alterada señor- me informo.

-Toro te voy a preguntar algo y quiero que me des tu opinión… ¿tú crees que Dany… allá dejado de amarme?- pregunte temeroso a la respuesta.

-Patrón yo…-

-Por favor se sinceró-

-Mire dudo que ella pueda olvidarlo algún día, pero ya se ha acostumbrado a su ausencia, lo siento patrón- se disculpó.

Colgué la llamada con algunas lágrimas en los ojos, no, con muchas lágrimas en los ojos, estaba llorando como nunca había llorado en mi vida, lance todas las pantallas donde revisaba las cámaras de la casa de Dany, destruí un par de cosas, grite desgarradoramente, me dolía, dolía saber que Dany me estaba olvidando, me estaba dejando de amar y me dolía más saber que yo lo había provocado.

Tome la botella de tequila frente a mí y la tome en tiempo récord, seguí con otra, y otra, seguí hasta agotar mi reserva de alcohol, intente ahogar esa pena, pero solo logre avivarla más, no podía dejar de llorar, estaba molesto conmigo mismo, con el mundo, estaba triste, deprimente y furioso.

No sé en qué puto momento se me hiso buena idea ir a buscar al alemán ese, y mucho menos supe como carajos lo encontré, la cuestión es que ahora estaba ebrio, estaba molesto y no pensaba con claridad, toqué a la puerta de su casa con brusquedad y, después de que una de sus empleadas abriera y lo llamara él se acercó a la puerta.

-¡Tu hijo de puta!- lo insulte.

-Creí que estabas muerto- dijo enarcando una ceja -O es que acaso solo querías que tu esposa lo creyera- me acuso.

-Cállate imbécil y escúchame bien… Dany sigue siendo mi esposa, aléjate de ella- le advertí.

-¿Por qué aria tal cosa?- cuestiono sarcástico -legalmente Dany enviudo hace tiempo, a mí me conviene que sigas muerto- dijo encogiéndose de hombros.

-Ella jamás te ara caso, ella me ama a mí, tenemos un hijo- le heche en cara

-Disculpa que me ría, pero ella ni siquiera recuerda tu nombre, por otra parte, creo que hasta se está encariñando conmigo, Aiden la cagaste perdiste a tu esposa y sobre tu hijo, lo terminare criando como mío así que… puede decirse que también lo perdiste, te repito que me conviene tenerte muerto y, podría matarte ahora mismo pero, me causa placer verte sufrir- me hecho el en cara.

-No, no, eso no es cierto, ¡mientes! Dany jamás dejaría de amarme- me dije más para mí que para él.

-¡Oh! Y ya mencioné el beso de hoy- con eso me mato.

-¿El beso de hoy?- repetí.

-Si, el beso de hoy. Fue agradable verte, pero… vete sigue fingiendo que estas muerto mientras yo sigo conquistando a tu ex esposa-

Y con eso me cerró la puerta en la cara, menudo idiota. El alcohol estaba haciendo su efecto, me estaba sintiendo cada vez más mareado, con la vista borrosa y el mundo de cabeza saque mi teléfono mientras aún seguía dando pasos torpes, marque al número de Mónica el cual no sé cómo caragos reconocí.

DEL DIARIO DE UN CABRON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora