Bright frunció el ceño.
-No he salido de la ciudad. Te dije que no lo haría y por eso me quedé.
- He intentado ponerme en contacto contigo - dijo Mew.
-No lo he estado pasando demasiado bien, ¿de acuerdo? Sólo necesitaba...
Mew no se enteró de lo que había necesitado Bright porque en ese mismo momento se abrió la puerta y entró gulf. Bright aprovechó la oportunidad para retirarse a su despacho y el lo observó con expresión seca.
-¿Gulf? ¿Dónde has estado?
El apartó la mirada de la puerta del despacho de Bright para mirarlo.
-¿Qué ha pasado? -repitió Mew al ver su cara-. ¿Morgan y Mateo están bien?
-Están bien -dijo gulf apresuradamente; aspiró hondo-. Pero necesito que veas esto. Ahora.
Le pasó una carpeta con expresión grave.
Mew notó que se le encogía el estómago y supo que había llegado el fin, que gulf lo dejaría. Quería rogarle que se quedara, pero sabía que tenía que ver lo que él, le había entregado. Aspiró hondo y abrió la carpeta, sabiendo que no encontraría nada bueno.
Leyó las páginas por encima, para después releerlas con más detenimiento. Su instinto le decía que el informe de Gulf tenía que ser correcto, pero no quería creerlo. Finalmente cerró la carpeta y lo miró.
-Lo siento tanto - le dijo el.
-¿Bright y Driskell están compinchados?
-Un auténtico chanchullo. Finalmente me di cuenta de que tenía que haber dos personas implicadas y el abuelo y yo lo comprobamos anoche - se pasó la lengua por los labios y miró hacia la puerta del despacho de Bright-. No había manera de traspasar el sistema de seguridad. A no ser que dos personas estuvieran muy familiarizados con la instalación -aspiró hondo-. Creo que deberías avisar a la policía.
-¡Maldición!
Mew se pasó la mano por la cabeza. Su informe lo salvaría de los chupasangres de la compañía de seguros, sí, pero no lo salvaría de la traición por la espalda que Bright le había hecho con tanta maestría.
Irrumpió en el despacho de Bright. Éste estaba sentado a su mesa, rebuscando en los cajones. Cuando levantó la cabeza, su expresión era una mezcla de sorpresa y culpabilidad.
-¡Maldito canalla! -le dijo Mew en tono áspero y rencoroso- ¿Cómo demonios has podido hacerme esto?
Gulf estaba detrás de él, le tenía una mano apoyada en el hombro, como si temiera que corriera a darle de puñetazos a Bright.
-¿Hacer el qué? - preguntó Bright mientras miraba a Mew y a Gulf.
Mew le lanzó la carpeta. Bright leyó el contenido y entonces levantó la vista.
Estaba muy pálido.
-¿Quién ha hecho esto?
- He sido yo - le dijo gulf que seguía detrás de Mew.
- Maldita sea, Mew -dijo Bright-. ¿Vas a creerla a el? Soy tu socio, tío. Tú mismo lo dijiste. Es un maldito ladron.
Al oír eso, Mew se lanzó sobre Bright y le dio un puñetazo en la mandíbula. Bright cayó hacia atrás al suelo. A espaldas suyas, Gulf emitió un gemido entrecortado y Mew se volvió hacia el.
-Gulf.., siento lo que acaba de decir. Yo...
El levantó una mano.
-No. Tiene razón. Tal y como tú le has dicho, soy un ladron -se puso muy derecho y alzó la barbilla-. Y creo que ha llegado el momento de marcharme. -Gulf, quédate - Mew lo alcanzó en la puerta y la cerró inmediatamente - No me dejes ahora. Bright seguía tirado en el suelo de su despacho; pero sus palabras seguían flotando en el ambiente.
Gulf hizo de tripas corazón, sabiendo que estaba haciendo lo correcto. Era un jodido ladron. Hiciera lo que hiciera, ese detalle tan sencillo seguiría manchando su vida. -He tomado una decisión, Mew. Por favor no me lo pongas más difícil.
-¿Que no te lo ponga más difícil? ¿Qué esperas? Desde luego no te lo voy a poner nada fácil.
- Mew, por favor.
-Gulf, nos llevamos bien. Y tú eres bueno. Quédate conmigo, trabaja para mí - agitó la carpeta-. Esto es lo que sabes hacer. No lo dejes. Maldita sea, no me dejes.
El negó con la cabeza.
-No puedo quedarme. Sabes lo que siento. Nunca lo he ocultado - aspiró hondo; sabía que estaba haciendo lo correcto, pero le estaba resultando mucho más duro de lo que había imaginado-. Y ahora tengo que marcharme.
-Maldita sea, Gulf, te quiero.
Gulf se estremeció. No quería que él lo amara y no quería amarlo. Pero lo amaba, ésa era la verdad. Y por eso todo le resultaba más difícil.
-Quédate - le dijo, rompiendo el silencio-. Quédate y trabaja para mí -miró hacia el despacho de Bright y apretó los dientes de rabia-. Además, parece que voy a necesitar un nuevo socio y este trabajo es ideal para ti.
-¿Ideal? - sintió una oleada de cólera que le encogía el estómago- ¿Crees que un trabajo en el que me cuelo en las casas ajenas es ideal para mi? No es ideal. Es exactamente de lo que hace tiempo me quiero alejar. Y si tú crees que es ideal, entonces no me conoces en absoluto.
-Tal vez te conozca mejor que tú a ti mismo.
Sus palabras fueron como una bofetada y gulf se estremeció ligeramente.
-Te encanta, Gulf -continuó Mew-. Te encanta la emoción, el reto. Y, sí, conozco tu pasado. ¿Y qué? Estás intentando con tanto empeño ser alguien que no eres... Deja de intentarlo. Sé tú mismo. Sé el hombre que amo.
Sus palabras le dolieron, e hizo de tripas corazón para no echarse a sus brazos.
-Lo siento, Mew -le dijo con los puños apretados para no vacilar-. Pero te equivocas. No es el trabajo ideal para mí. En absoluto - aspiró hondo y entonces lo miró a los ojos - Te quiero de verdad. Pero eso no es suficiente.
...
Mew había llamado cada pocas horas durante los dos días siguientes, pero Gulf no había contestado a ninguna de sus llamadas. De momento no se había pasado por su casa y de verdad esperaba que no lo hiciera. Una llamada de teléfono era una cosa, pero verlo de cerca y en persona le haría demasiado daño.
Sabía que había tomado la decisión correcta, pero aun así no podía dejar de llorar. Había abierto las páginas web de varias agencias de empleo y en ese momento intentaba encontrar uno que le gustara.
Con la mano sobre el ratón, cerró los ojos. Lo cierto era que el trabajo con Mew era estupendo. Mew tenía razón, la tarea de consultor de seguridad era ideal para Gulf. Le proporcionaba emoción y desafíos. Además, se le daba bien.
Y aunque el conocía su pasado, lo seguía queriendo. Tanto en su vida como en el trabajo. Y quería que fuera su consultor de seguridad porque sabía que era bueno en su trabajo. Y sabía que era bueno porque conocía su pasado.
¿Tan malo resultaba?
Dejó el portátil a un lado, agarró un almohadón y lo abrazó. Había pasado toda la vida soñando con un hombre que no conociera su secreto, que pensara que era perfecto y que lo amara incondicionalmente. El sería el principe perfecto; él, el perfecto príncipe azul también lo serie el..
Pero no lo querría de verdad.
Mew conocía sus flaquezas y lo amaba de todos modos. Una lágrima cayó sobre la almohada, acentuando la verdad. Había cometido un gran error al abandonarlo.
Alguien llamó a la puerta de su habitación.
-Pasa -dijo con el corazón acelerado sólo de pensar que pudiera ser Mew.
Valla, no me esperaba eso de Bright pero echo y echo ya esta no? Y Wow mi niño extraña a Roller...quien no lo haría verdad? ¿Cren que queden juntos?
Pues en la actualización siguente podrán darse cuanenta de la relación que tendrán ambos si se quedan o no
Bueno no olvideis comentar tus dudas al final y votar 🍸
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B⃤E⃤S⃤O⃤S⃤ R⃤O⃤B⃤A⃤D⃤O⃤S⃤
De TodoSólo un ladron podía robarle el corazón... Gulf Coner era el tipico ladron de guante blanco que intentaba retomar el buen camino. ¿Quién iba a pensar que la noche en la que trataba de devolver unas joyas acabaría atrapado en los brazos del guapísimo...