- Estoy nervioso... mis manos están más frías que la nebulosa boomerang - Me mira apenas su hermana se aleja hacia la cancha. Camina de un lado al otro del pasillo mientras sacude su camiseta violeta y amarillo. Ya está sudando. - El entrenador y todo el equipo me presionan para que todo salga bien. Necesito que esto salga bien y hay otras cosas que no se...
- Y saldrá. Eres el mejor jugador que conocí, Ham. No dejes que los demás te presionen y que conviertan algo que te gusta en una tortura. - Le digo mientras voy caminando detrás de él.
- ¡Es que no lo entiendes Alex! No es solo el fútbol... No solo me siento así por eso.
- ¿Que no entiendo? - Interrogó.
Se que Hamilton ha estado nervioso, un poco perdido y distante desde el día que nos juntamos a averiguar las cosas de Federica. Pero no entiendo el porque.
- Es que he estado mintiendo... desde el otro día tengo que contarte algo y no sé cómo... - Se da vuelta para mirarme y me toma por los hombros. - Y peor le he estado mintiendo a Oliver, cuando él no se lo merece.
- ¿Que dices Ham? Necesito que me expliques.
Me mira indeciso por unos segundos.
- Hamilton, Harrison dice que vengas. - Un chico de cabello color rosa aparece para interrumpir. Otro del equipo de fútbol.
- Dile que voy en un minuto... - Ignora al chico y se dirige de nuevo a mi.
Hamilton si quiere hablar encerio. Se nota y se que no es por el fútbol, conozco a mi mejor amigo, Hamilton es como mi otra mitad. Todo el mundo lo sabe. Somos como un clásico duo de películas. Conozco cuando él está mal.
Lo miro fijo. Su frente se arruga, su cabello corto tiene gotas de sudor corriendo hacia su frente y su ojos rasgados están fijos en mi.
- Es que pensarás que soy un idiota, un hipócrita, pero te juro que todo fue un accidente...
- ¿Qué paso?
- ¡Green! ¡Te estoy llamando muchacho! ¡Adentro! - Harrison aparece por la puerta de las duchas de los chicos. Mira a Ham con su rostro cubierto por una prominente barba y cargado de autoridad. Da miedo.
- Entrenador...
- Green, adentro.
- Ve ¿Si? - Tomo de su mano para darle ánimos. - Luego hablamos. Tranquilo. - Envuelvo el gran cuerpo de Hamilton en mis pequeños brazos para tratar de tranquilizarlo. - Te amo Made in china. Mucha suerte en la cancha.
Le diría:" rompete un pierna" como aprendí gracias a Nico, pero considerando que en el último partido contra los tejones casi le pasa, decido no hacerlo.
- Te amo pelos de espantapájaros.
Ham no contradice a lo que le dice Harrison y va hacia las duchas.
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Alex Tras Las Pistas.
Ficção Adolescente.Alex Williams, ya ha crecido. Dejo de ser la pequeña acosadora de diez años y grandes ocurrencias. Ahora es una adolescente de dieciséis años, con el sueño de ser la mejor periodista de investigación de Apolline. Los secretos de los estudiantes de...