Hoseok.... ¿Qué podríamos decir de el?, No es el Omega perfecto, tampoco es la mamá perfecta pero a su bebé no le faltó nada.
Tampoco le echó la culpa al alfa, el sabía perfectamente que era culpa de ambos, y también sabía que si el buscaba a Yoon-Gi desde el inicio de su embarazo el alfa no le iba a decir que no era suyo y tampoco le negaría su paternidad.
Pero tenía miedo, tenía miedo de llegar nuevamente con el y que se encuentre con que el ya estaba casado o algo. Y es que Yoon-Gi era mucho mayor que el.
Y trató de hacerlo todo por mucho tiempo, pero ya su salario como mesero en un restaurante no daba para más, y no quería arruinarle la vida a su cachorro.
Por lo que durante meses ahorró suficiente dinero para comprar dos boletos de tren y también para pagar el taxi que llevaría a Jungkook con su padre alfa.
Durante todo el camino Jungkook iba haciendo preguntas sobre los distintos paisajes, eso distrajo a Hoseok por unas horas.
Pero todo cambió cuando Hoseok llegó a su casa, los juguetes de su cachorro regados por el piso, el aroma de su bebé por todos lados.
Era inevitable para el Omega no llorar, era su bebé, jamás se había separado de el y ahora se encontraba en otra ciudad, una ciudad grande en donde el no conocía nada.
Sí, aún amaba a Yoon-Gi, su relación se rompió ya que el tenía que irse al extranjero y no supo de el hasta hace tres años atrás, aunque tampoco pensó en buscarlo, hasta ahora.
Con el dolor en el pecho juntó los juguetes de su hijo y los guardó en cajas. Luego de eso se preparó para ir a su trabajo, aunque su cachorro ya no este en casa el necesitaba seguir trabajando para comer, pagar el alquiler de la casa, la luz, el agua y obviamente la ropa y cosas básicas para vivir.
Tomó el autobús el cual lo debaja a unas tres calles de su trabajo, tuvo la suerte de que este fuera vacío por lo que fue todo el viaje sentado cómodamente. Al llegar a su parada se bajó y caminó rápidamente hacia el local ya que llegaba un poco tarde.
Entró por la parte de atrás para luego ir hacia los vestidores para así ponerse su uniforme de trabajo.
Cuando llegó a la barra su jefe le dijo que vaya a atender alguna de las mesas que ya estaban ocupadas.
Era agotador sí, todo el tiempo tenía que aguantar quejas y siempre ser amable con todos.
—¿Estás cansado?.— Una de sus compañeras le tendió un vaso con agua.
—Gracias. Uhm sí, estoy algo cansado, hoy me levanté más temprano de lo normal para hacer algunas cosas.— Explicó brevemente.
—Entiendo...
Luego de aquella mini charla volvieron a sus trabajos ya que el restaurante se estaba llenando cada vez más.
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