El viaje a Busan pasó más rápido de lo que Jungkook quería. Su padre le dijo que podía pasear por la ciudad mientras que el resolvía algunos asuntos.
Y Jungkook una vez que su padre lo dejó solo buscó en su celular la ubicación de la cafetería de su mamá. Caminó y caminó hasta que llegó allí.
Entró y se acercó a la barra, su madre estaba allí, tragó el nudo que tenía en su garganta y habló. —Hola, buenos días...
Hoseok reconoció esa voz y rápidamente levantó su cabeza, se quedó mudo al ver a su hijo frente a el.
—¿Le pasa algo... Señor?.— Fingió no conocer al omega.
Hoseok se sintió triste por eso, su hijo no lo reconocía. —Sí... Solo no creí que un joven como usted venga a esta cafetería.
—Es que han dicho que sus cafés son los más ricos al igual que los pasteles y yo quería venir a probar.— Sonrío inocente.
—Está bien, siéntate donde gustes.
Jungkook simplemente decidió sentarse en la barra pues sentarse en una mesa no lo veía correcto más mesas eran de dos a siete personas la más grande, y el estaba solo, así que no veía correcto ocupar una mesa.
Cuando su café estuvo listo Hoseok le dejó un plato con tres medialunas en el, sonrío ante eso pues a su padre siempre le llevaban eso o pastelitos a su oficina de desayuno, pero Yoon-Gi siempre dejaba una medialuna sin comer y esa la comía el.
Decidió sacar una foto y la subió a sus redes sociales recomendando el lugar alegando que el café estaba delicioso y que era el más rico que había probado.
La cafetería era bonita, y en un estante estaban las fotos de Hoseok mostrando el avance del local.
Afortunadamente Yoon-Gi lo llamó para saber dónde estaba para pasar a buscarlo.
—Papi, estoy en la cafetería... Que me dijiste, ¿Quieres que te pida algo?. Bueno, te espero.— Suspiró y colgó.
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Yoon-Gi al llegar a la cafetería entro a esta y vio a Jungkook mirar su celular.
—JungKook, ¿Quieres ir al auto?.— Dijo cuando ya estuvo cerca suyo.
El Omega dejó un beso en la mejilla de su papá y se fue de allí. Yoon-Gi miró a Hoseok y sonrío levemente. —Lo siento...
—¿Que le dijiste de mí?. ¿Por qué no me recuerda?, ¿Y las fotos?.— Tenía tantas preguntas.
—Sabe quien eres, pero está enojado... Está enojado porque nunca lo fuiste a ver.— Del bolsillo interior de su saco sacó un sobre. —Yo sé que unas fotos no reemplazan el hecho de que no pudiste estar con el, pero al menos puedes tener un recuerdo.
Hoseok aceptó el sobre y asintió. —Yo quiero hablar con el...
—No lo puedo presionar, pero tu puedes ir a visitarlo cuando quieras, en el sobre te dejé mí número telefónico y el de mí casa.— Sonrío al ver lo que había comido su hijo. —¿Pagó?.
