Yoon-Gi es un hombre de cuarenta años, exitoso y millonario, a sus cuarenta años tenía la vida deseada, tenía una que otra pareja para pasar la noche sí, pero aún no encontraba a ese alguien que le dé un hijo.
Su alfa le pedía a gritos tener un cachorro, pero no encontraba al omega indicado para eso, las omegas con las que se acostaba no eran más que una simple diversión para pasar el rato.
Como cada mañana se levantó, se duchó, salió del baño con una bata negra puesta, se sentó frente al tocador, miró si su barba tenía crecimiento y al ver que estaba impecable sonrío gustoso, hacia algunos meses había iniciado un tratamiento para que ya no le salga barba.
Prefería tener su rostro limpio de cualquier vello, aplicó un poco de bloqueador solar en su mano y se lo aplicó con pequeños toques en si rostro, fue hacia su armario sacando un traje color gris y una camisa blanca junto con una corbata a juego con el traje y luego buscó los zapatos.
Una vez vestido buscó en un cajón uno de los tantos relojes que tenía para ponerse hoy día, buscó también dos anillos para ponerse en sus dedos largos y finos.
Una vez listo se rocío con perfume y salió de su habitación luciendo elegantemente. Subió a su auto y condujo por la carretera mientras respondía las llamadas de su secretario, el cual le avisaba de las juntas, reuniones y almuerzo de negocios que tenía ese día.
Al llegar fue bien recibido por el Valet parking quien se encargó de llevar a su auto al estacionamiento de la empresa. Caminó por los pasillos de la empresa para poder subir al ascensor y así llegar a su oficina.
Cuando llegó al piso de su oficina su secretario apareció y tomó su maletín y le entregó algunos documentos, abrió la puerta de la oficina dejando que el alfa pase primero.
Dejó el maletín a un lado y le ayudó a colgar el saco del traje en el perchero.
—¿Alguna queja con los arreglos que hice ayer?— Preguntó firmando los documentos que ya había leído.
—No señor, todos quedaron satisfechos con el nuevo aumento de sueldo.— El secretario dejó delicadamente la taza de café y el platito que contenía tres medialunas.
—Creo que era algo obvio, los documentos de los miserables sueldos que estaban ganando estaban bien escondidos, de no haber sido por ti no sé que hubiera pasado.— Miró al chico quien sonrío tímidamente.
—Muchas gracias, Señor Min. Lo dejo para que siga con su trabajo.— Hizo una reverencia y salió de la oficina cerrando la puerta con cuidado.
Yoon-Gi bebió de su café mientras seguía leyendo los documentos antiguos de la empresa tachando algunas cosas para hacer reformas. Su padre pudo aparentar ser un buen hombre pero en realidad era un asco, gracias a Dios ahora estaba hecho cenizas.
A la hora, hora y media su secretario apareció terriblemente agitado, el alfa lo miró con una ceja alzada al verlo tan alterado así.
—Señor... Tiene una visita algo... Inusual.
Yoon-Gi no estaba entendiendo mucho pero dejó que aquella visita pase para ver quién era esa inusual visita. Su secretario apareció con un niño de la edad de tres años.
—Buenos días.— Saludó el niño soltandose de la mano del secretario para poder hacer una reverencia. —Me llamo Jungkook.
—Beom, déjanos solos a mí y al jovencito, por favor.
El secretario asintió y salió de la oficina con rapidez. Yoon-Gi miró al niño y le ofreció asiento en los sillones que estaban frente a el. El niño con esfuerzo se logró sentar, al ver una medialuna en el platito la tomó y la comió con delicadeza.
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𝑷𝒂𝒑𝒊! | Yoonseok Omegaverse
FanfictionEn donde Yoon-Gi se dará cuenta que ser un padre es cosa de trabajo completo.